Exclusivo. Palestina: Solución de uno o dos estados

La ocupación sionista sobre Palestina no se parece a ninguna otra en la historia moderna, y eso se debe a la fabricación sionista de un pueblo de colonos y un Estado, a costa de borrar al pueblo palestino y adueñarse de su suelo patrio. 

El fraude y robo cometido con la Resolución 181 de la Organización de Naciones Unidas (ONU) la ha pagado el pueblo palestino muy caro. Con ella se legalizó la partición de Palestina sin consultar a su pueblo, dándole a colonos judíos —que no poseían ni el 1% de las tierras— el 56 % del país. Así de inverosímil comenzó la era posguerra, anunciando la creación de un estado israelí que garantizará, a lo largo de los años, la hegemonía imperialista e impedirá cualquier estabilidad o proyectos de liberación en la región del Medio Oriente. 

Así fue como también las bandas sionistas, a las que no les bastó el 56% que les otorgó la ONU, se hicieron del 78% de la Palestina histórica; mientras el 22% restantes —Cisjordania, incluida Jerusalén, y la Franja de Gaza— fueron controlados por el Reino de Jordania y Egipto, respectivamente. Pero Israel no se conforma, años más tarde, en 1967, ataca a varios países árabes y termina de ocupar la totalidad de Palestina y otras regiones de Siria y Egipto, principalmente.

Para leer más sobre la resolución 181 de la ONU

No se permitió a Palestina la creación de un Estado en 1948 y, como consecuencia de ello, el Pueblo Palestino sufrió el proceso de limpieza étnica más grande de todo el siglo XX. Y cada acción despótica tiene una reacción contraria.

Desde el comienzo de la lucha armada del Pueblo Palestino, incluso antes del 1967, el objetivo estaba claro: lograr el retorno de millones de refugiados palestinos a sus aldeas y casas, desmantelar el régimen sionista, y crear el Estado palestino democrático sobre los 27 mil km² de su suelo.

Sin embargo, el reconocimiento internacional a un Estado Palestino era limitado, el sionismo logró convencer a muchos en occidente (incluso gente que dicen ser de izquierda) de la existencia de un pueblo judío y, que este pueblo, tiene derecho a construir su estado en Palestina simplemente porque así lo dice su Dios, en su libro sagrado.

“Del mismo modo que está haciendo caso omiso, ante la mirada y complicidad del mundo, de la última resolución del Consejo de Seguridad de la organización la 2728 en cual exige a Israel un cese al fuego inmediato en la Franja de Gaza”

Cuesta entender como personas que dicen ser marxistas-leninistas reconocen la existencia de un pueblo judío. ¿A caso existe pueblo cristiano o musulmán? ¿O existe un pueblo según cada religión en este planeta? El judaísmo es una religión que tiene sus seguidores en casi todos los países del mundo, por lo que los judíos son COMUNIDADES en esos países, donde viven en paz y armonía con el resto de los ciudadanos, según el país que sea. 

Desde 1967, la ONU y sus resoluciones reconocen a Cisjordania —incluida Jerusalén y la Franja de Gaza— como territorios bajo ocupación por Israel. Aun así, Israel ha hecho caso omiso a todas las resoluciones que llaman a retirarse de los territorios ocupados.

Del mismo modo que está haciendo caso omiso, ante la mirada y complicidad del mundo, de la última resolución del Consejo de Seguridad de la organización —la 2728— en cual exige a Israel un cese al fuego inmediato en la Franja de Gaza; y de esta forma permitir la entrada de ayuda humanitaria que aliviaría la hambruna que sufre más de un millón de palestinos en Gaza. Una hambruna provocada directamente por Israel, quien ha violado todos los artículos del Derecho Internacional en su guerra de genocidio, y desde su insistencia de continuar con la ocupación.

En 1988, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) reconoció la existencia del Estado de Israel y aceptó negociar la construcción de un Estado palestino sobre los territorios que fueron ocupados en 1967. Eso abrió las puertas a una serie de cumbres y negociaciones secretas, que culminaron con la firma de los Acuerdos de Oslo, en 1993. 

Se suponía que la suscripción a tales acuerdos iban a conducir a un Estado palestino independiente, sin embargo, desde la llegada de Netanyahu en 1996, el único objetivo de los sucesivos gobiernos de Israel ha sido impedirlo mediante la permanente colonización y confiscación de tierras, bloqueo contra la Franja de Gaza, asesinatos diarios contra su pueblo desarmado, promulgación de leyes racistas y colonialistas, las que confieren solamente a los sionistas el derecho a la autodeterminación entre el río y el mar.

Durante esos 31 años de negociación, la ocupación sionista demostró con hechos diarios que no están dispuestos a convivir en paz, ni mucho menos permitir la creación de un Estado palestino. 

Para leer los acuerdos firmados entre Israel y la OLP en 1993. Oslo, Noruega

El mismo Netanyahu reconoce que él es el responsable de abortar cualquier iniciativa que conlleve a la creación de un estado palestino. Y para ello se vale de la continua construcción de colonias, a la par de la destrucción de la infraestructura agrícola y económica de los palestinos. Además, como parte de su proceso de anulación de Palestina, impide cualquier iniciativa de la ONU en pro de reconocer su Estado y normaliza las relaciones de Israel con los países árabe y el mundo, sin retirarse de los territorios ocupados o siquiera comenzar un proceso de negociación.

Desde octubre del 2023, con las heroicas acciones de la resistencia palestina, los centros de poder internacional están tratando de buscar una “solución” que garantizaría la seguridad de Israel y un Estado palestino. 

EE.UU. ciertamente pide un Estado palestino desmilitarizado y sin soberanía, y esto es consistente con la llamada “solución de dos Estados”. En el Reino Unido, el Secretario de Asuntos Exteriores, David Cameron, anunció su pleno apoyo al establecimiento de un Estado palestino, y Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, insistió en que el establecimiento de un Estado palestino representa el único camino para llevar la paz a Oriente Medio. 

Estas declaraciones pueden verse como un intento frenético de contención imperialista, ya que la estrategia de ignorar por completo a las y los palestinos fracasó totalmente, entonces es mejor impulsar el establecimiento de un Estado palestino desmilitarizado y fragmentado.

Entonces, ¿es verdaderamente justa la llamada Solución de dos Estados? La respuesta común es descartarla, por ser una peligrosa maniobra imperialista y una legitimación del apartheid. Paralelamente se debe hablar de la opción de un solo Estado como una opción estratégica. 

La opción de un Estado democrático fue propuesta por la izquierda palestina, después de junio de 1967 y luego fue adoptada como estrategia política por la OLP. Después de los Acuerdos de Oslo, esta opción fue adoptada por un grupo de intelectuales palestinos, entre ellos Edward Said, Ghada Al-Karmi, y otros.

Ghada Al-Karmi escribió, en 2002, “Aunque la lucha por un Estado democrático parece utópica, no lo es más que el proyecto de establecer un Estado judío en tierra ajena”.

Para releer un artículo de Ghada Karmi 10 años después de los Acuerdos de Oslo

El pueblo palestino en Gaza, Cisjordania y toda la Palestina histórica es el que tiene derecho a elegir la mejor solución a su “conflicto” con el sionismo. Por lo tanto, otros no tienen derecho a determinar el tipo de solución aceptable para los palestinos. La solución de dos Estados limita el derecho de retorno de los palestinos y los confinará a cantones separados desgarrados por los asentamientos de colonos judíos. 

La solución estratégica de un solo Estado, tampoco es fácil, obligaría al pueblo palestino a formar “amistades” con los ocupantes y permitir que cierta parte de los colonos se queden. Esto también parece difícil después de las masacres cometidas por los sionistas, y una decisión como esta debe provenir de los propios palestinos, y de ahí reside la importancia del carácter democrático de la estructura política nacional palestina.

Pero dada la actual situación regional, ¿sigue siendo la opción de un solo Estado la opción más realista y basada en principios?

La enfermedad incurable de la sociedad de colonos sionistas, es más clara y aterradora que nunca, es el gran obstáculo para la creación de uno o dos Estados. Si es imposible imaginar el desarraigo de los colonos de Cisjordania, ciertamente es más difícil esperar que Israel ponga fin al etnonacionalismo racista y que coexistan pacíficamente con los palestinos.

En 1974, la Organización para la Liberación de Palestina anunció, dentro de su programa nacional, el establecimiento de una autoridad palestina en cualquier tierra palestina liberada por cualquier medio y, a partir de ahí, se estableció una autoridad palestina después de los Acuerdos de Oslo. Pero está claro que Israel ha vaciado el contenido nacional de esta autoridad y la ha restringido a acuerdos de seguridad.

No hay duda de que la invasión israelí de la Franja de Gaza y las masacres cometidas por los sionistas plantean tareas difíciles para el movimiento de resistencia, pero al mismo tiempo El Diluvio de Al-Aqsa cavó la tumba para el sionismo. Esta guerra también expuso la complicidad de los regímenes y la hipocresía de los países occidentales. La política de doble rasero que practican contra los pueblos del Sur ha quedado clara y demostrada.

Por último, la solidaridad demostrada con la causa palestina a nivel mundial se ha convertido en el centro de atención de la opinión pública. Además, la firmeza de la resistencia en Gaza ha dado a sus militantes —-y en particular al movimiento Hamas— una legitimidad revolucionaria que no puede ser esquivada en ninguna solución a la causa palestina. 

Autor: Muaz Mussa