RUBÉN CONTRERAS


Historiador

EL 5 DE JULIO DE 181I, DECLARACIÓN DE LA INDEPENDENCIA Y EPIFANÍA DE LA LIBERTAD

No le fue fácil a los venezolanos llegar al 5 de julio de 1811, antes hubo un tránsito laborioso plasmado en variadas iniciativas en Venezuela y en las demás provincias americanas, que iban sembrando la semilla germinadora y libertaria, como fue el levantamiento de Juan francisco de León en Panaquire, el Zambo Andresote en Yaracuy, el negro Pírela en Maracaibo, José Leonardo Chirino en Coro, La Conspiración de Gual y España en La Guayra y otros como los levantamientos de Los Comuneros del Socorro en Colombia y el de Túpac Amaru “José Gabriel de Condorcanqui”, en Perú, entre muchos.
La semilla fecunda germinaba y en 1808, motivado a la invasión a España por parte de Napoleón Bonaparte; sale del trono Carlos IV abdicando a favor de su hijo Fernando VII, cuestión que el francés no reconoce y corona a su hermano José Bonaparte como emperador de España.
Esta acción alimenta el sentimiento patriota de los españoles quienes se organizan y crean La Junta Central Gubernativa el 25 de septiembre de 1808, la cual ante la ausencia del rey, se encargaría de ejercer un gobierno que tendría entre otras atribuciones el de mantener el contacto con los súbditos de los vastos dominios del imperio, razón por la cual decidieron sus integrantes poner en práctica el principio de la representación soberana de todos sus ciudadanos, emitiendo un decreto mediante el cual, Los Virreinatos, Capitanías Generales y los Ayuntamientos de las ciudades cabezas de partido, elegirían tres personas. En total los representantes americanos serían nueve, que integrarían las cortes o parlamento español; mientras que en la península se designarían treinta y seis, dos por cada una de las provincias españolas a fin de formar parte de dicha junta depositaria de la soberanía en ausencia del rey.
El llamado de la Junta Central fue atendido en La Nueva España (México), Guatemala, Nueva Granada, Perú, Chile, Venezuela y parcialmente en el Rio de la Plata. Era la primera vez que se realizaban elecciones en América para elegir una instancia de gobierno, con representantes de ambos lados del Atlántico y los americanos pasarían a integrarse con igualdad de derechos en un nuevo estado, ante la ausencia del rey y, era la posibilidad del criollismo autonomista americano de incidir en la política desde el estado de acuerdo a la apreciación del historiador Manuel Chust.
A pesar de haber cumplido con el mandato de La Junta Central, ninguno de los electos en tierras americanas pudo integrar dichas cortes, debido a que la junta ante los problemas generados en España, con la resistencia a Napoleón Bonaparte, fue disuelta y sustituida por el Consejo de Regencia.
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Esta circunstancia colmó la paciencia de los americanos, quienes desconocieron dicho Consejo de Regencia y avivaron las aspiraciones autonomistas en todas las provincias indianas, quienes a partir del 19 de abril de 1810, empezaron a constituir Juntas Supremas de gobierno, expresando en sus proclamas la fidelidad únicamente al Rey. Así observamos que después de Caracas, Buenos Aires la crea el 25 de mayo, Santa Fe de Bogotá el 20 de julio, Chile el 18 de septiembre, todas en 1810. El argumento utilizado era similar en casi todas, roto el pacto entre el rey y sus súbditos, la soberanía recae en la nación.
La Junta Suprema de Caracas actúa diligentemente, envía emisarios a las otras nueve provincias de Venezuela invitándolas a asumir su soberanía. Responden Barcelona el 27 de abril, Cumaná el 30 del mismo mes, Margarita el 4 de mayo, Barinas el 5, Guayana el 11, también de mayo: Mérida el 16 de septiembre y Trujillo el 9 de octubre.
La Junta Suprema de Caracas necesitaba legitimarse ante los ojos de los ciudadanos y del mundo para tener la autoridad institucional, razón por la cual promulgan un reglamento el 11 de junio de 1810, elaborado por Juan Germán Roscio, para normar la elección de los futuros señores diputados, cuestión que se realizó el 1 de noviembre de 1810, en las provincias incorporadas al deseo de soberanía, resultando la elección de los mismos de la siguiente manera: La Provincia de Caracas, la de mayor densidad poblacional eligió 24 representantes, la de Barinas 9, Cumaná 4, Barcelona 3, Mérida 2, Trujillo 1 y Margarita 1; en total 44 diputados que se instalarían el 2 de marzo de 1811 en la casa del Conde de San Javier. Lo que es hoy en día la esquina del conde en Caracas.
Este congreso estuvo integrado por ciudadanos en su mayoría civiles de mentes muy esclarecidas como Juan Germán Roscio, Cristóbal Mendoza, Francisco Javier Yánez, Francisco Javier Uztáriz, Manuel Palacio fajardo Martín Tovar Ponte, Fernando Peñalver, Manuel Placido Maneíro, Felipe Fermín Paúl, entre otros; los eclesiásticos eran nueve, como Manuel Vicente Maya, José Vicente Unda y Ramos Ignacio Méndez, entre otros y militares eran una minoría, los cuales habían sido electos por sus actuaciones cívicas en la gestación de la junta suprema, no por acciones bélicas; Francisco de Miranda que llegó a Venezuela el 3 de diciembre de 1810, un mes después de realizada la elección pero fue incorporado por el Pao, perteneciente a la provincia de Barcelona, en la cual no se había realizado la elección, el almirante Lino de Clemente, el general y marqués Francisco Rodríguez del Toro y el coronel Fernando Rodríguez del Toro.
Estos son los hombres llamados a declarar la independencia de Venezuela el 5 de julio de 1811 y a constituir los eslabones para crear la república, cuestión que inician con la creación de un poder ejecutivo en la modalidad de un triunvirato integrado por Cristóbal Mendoza, Baltasar Padrón y Juan de Escalona. Y cuando tuvieron un momento de debilidad en cuanto a la decisión a tomar respecto a la declaración de la independencia, surgió la voz recia y sonora de Simón Bolívar, en la sesión de la Sociedad Patriótica el 3 de julio de 1811, cuando los conminó y les dijo” Es que acaso 300 años de calma no
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bastan, vacilar es perder, La Sociedad Patriótica respeta las decisiones del Congreso, entonces el Congreso debe escuchar los planteamientos de la Sociedad, la cual propone que se declare la Independencia”. Cuestión que fue asumida y después de intensos debates el 4 y 5 de julio, el diputado Rodríguez Domínguez, en su calidad de presidente, declaró formalmente la Independencia de Venezuela.
En la sesión de la tarde de ese día el congreso designa varias comisiones de trabajo, se le encomienda a Francisco de Miranda, Lino de Clemente y otros la creación de los símbolos de la nueva república. Se delega en Juan Germán Roscio y Francisco Isnardi la redacción del Acta de la Independencia y se amplía esta comisión con Francisco Javier Yánez, Manuel Palacio Fajardo, Martín Tovar Ponte, Felipe Fermín Paúl, para redactar la Constitución que regirá la república; la cual tendrá una fuerte carga de inspiración guaireña, debido a la incorporación en ella de Francisco Espejo, quien había sido el juez inquisidor designado por el capitán general de Venezuela, Pedro Carbonell en 1797, para juzgar a los comprometidos en la conspiración de Manuel Gual y José María España y tomó los postulados de las máximas republicanas de la conspiración y las vació en la nueva constitución.
En fin no fue trabajo de un día la declaración de la independencia, fue todo un proceso laborioso, trabajado con el buril de la constancia por todos sus protagonistas, los cuales desde distintas posiciones, ubicados en su espacio y tiempo, hicieron aportes importantes que pudieron hilvanarse a semejanza del sastre que confecciona un traje, aprovechando las circunstancias precisas para tomar la decisión el momento indicado.
Fue tan laborioso ese trabajo, que La Academia Nacional de La Historia Venezolana, el año de 1909, emitió un acuerdo en el que se hicieron 14 importantes consideraciones respecto de las circunstancias y hechos históricos del 19 de abril de1810, mediante los cuales se reconoce que ese día constituye el movimiento inicial , definitivo y trascendente de la emancipación venezolana.
De igual manera el historiador colombiano Germán Colmenares en su libro “Las Convenciones contra la Cultura”, editado en 1997 y el cual es un ensayo sobre Historiografía Hispanoamericana del siglo XIX, expresa que” La Independencia se postuló como la Epifanía de la Historia Americana”, lo que nos deja entrever que tal como se entiende este término, que el nacimiento político institucional americano, comenzó al lograrse la independencia de los pueblos que la integraban. Y decimos nosotros esto pudo darse gracias a la activación de los protagonistas en los diversos espacios públicos y por un proceso de integración en todos los órdenes sociopolítico, económico, cultural y en el pluralismo étnico.
Esa es la Venezuela que nace en 1811, producto de la acción de hombres estudiosos, que entendieron su rol creador, en la que los militares estuvieron subordinados al poder civil, tal como rezaba dicha constitución y como lo reafirmó ocho años después El Libertador Simón Bolívar en el discurso ante El Congreso de Angostura, el 15 de febrero de 1819, y que hoy 200 años después, tal como lo expresó el profesor Germán Carrera Damas en su brillante discurso emitido en el paraninfo de la Aula Magna de la
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Universidad Central de Venezuela el 21 de abril de 2010, en la apertura del año bicentenario del 19 de abril de 1810, Venezuela también está sumida en un despotismo y tal como aquellos hombres hicieron uso de la soberanía, nosotros debemos seguir sus huellas para rescatar a la Venezuela de hoy con los mismos bríos y desterremos el despotismo actual.

Fuentes Documentales:
Barnola Pablo
Textos Oficiales de la Primera República
Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. Caracas 1959

Montenegro Colón Feliciano
Historia de la Primera República.
Biblioteca de la Academia Nacional de La Historia. Caracas, 1959.

Parra Pérez, C.
Historia de la Primera República de Venezuela
Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, Caracas 1959.

Boletín de la Academia Nacional de la Historia N° 370, tomo XCIII
Caracas, abril-junio 2010.

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