El presidente Macron ha decidido dar un sentido puramente francés a unas elecciones que no eran puramente francesas, a pesar de haber afirmado antes estar por encima de la política partidista.
Michel Mujica
21/06/2024.- Las elecciones del Parlamento Europeo han revivido recuerdos encontrados en la izquierda francesa y traído al tapete el año 1936, cuando el Frente Popular triunfó en Francia, en medio de una década de tragedias marcada por el avance del fascismo, parecido a lo que acontece actualmente, aunque sin el tronar de cañones; aunque no muy lejos, en la frontera euroasiática, se notan nubarrones.
Decimos que fueron años de euforia y sinsabores porque, a los tres años de aquel idílico 1936, Hitler activó el gatillo de la Segunda Guerra Mundial, que dejó una estela de millones de víctimas mortales, la mayoría de los países socialistas, encabezados por la Unión Soviética.
Han pasado 88 años de aquel Frente Popular (Front Populaire o Rassemblement Populaire) integrado por partidos de izquierda, aplaudidos desde Moscú (agosto de 1935) por el Séptimo Congreso de la Internacional Comunista, en un intento por frenar el avance del fascismo, algo parecido a lo que se vislumbra hoy en la convulsionada Europa.
Por aquellos años, las izquierdas, encabezada por la Sección Francesa de la Internacional Obrera (SFIO socialista), el Partido Radical o el otrora poderoso Partido Comunista Francés, apoyaron la coalición, pero no entraron en el nuevo gobierno. Francia estaba convulsionada y antes de instalarse (el 3 de junio) el gabinete del socialista Léon Blum, masas obreras presionaban en la calle al futuro gobierno de los sueños, cuando era evidente el masivo aumento de afiliados en los sindicatos y las huelgas impulsaban la ocupación de fábricas como medida de presión ante los patronos que recurrían a los esquiroles. Unos dos millones y medio de trabajadores aupaban unas 17 mil huelgas.
Le style Macron
El 30 de junio y el 7 de julio el pueblo francés está llamado a las urnas, después de que el presidente Emmanuel Macron disolviera la Asamblea Nacional. El resultado de las elecciones europeas en Francia fue adverso para la tolda política de Macron, que apenas sumó 13 de los 81 eurodiputados que corresponden a Francia.
Michel Mujica, quien estuvo siete años al frente de la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Francia, sostiene que el presidente Macron ha pisado en falso:
Me parece la mayor irresponsabilidad en mucho tiempo, peor que la disolución de Chirac en 1997 (…) Salirse de la lógica de las instituciones no puede ser democrático. No hay más razón para disolver el gobierno luego de las elecciones que tras una manifestación de dos millones de personas. Lo cierto es que Macron está dando un golpe tras otro en una versión placentera del poder (…) Un demócrata habría consultado a todos los partidos, empezando por el suyo, cuyos diputados se enteraron de que han sido disueltos, y no habría precipitado al país a una campaña mucho más corta que la que decidió en 2022 tras su elección, cuando las cuestiones de alianza y programas eran más complejas.
La Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés), que lidera Marine Le Pen, ganó las elecciones con 30 de los 81 eurodiputados. Las izquierdas superaron al macronismo, mientras que el Partido Socialista, con Raphaël Glucksmann al frente, obtuvo los mismos escaños que Renaissance, el partido de Macron. La Francia Insumisa sumó nueve eurodiputados, los Republicanos (la derecha gaullista), obtuvo seis eurodiputados, y Los Verdes, cinco.
Aunque la derecha celebró a lo grande, la realidad revela que los votantes salieron a pasear y que los comicios franceses pueden sorprender, como ocurriera en los años de Léon Blum, durante las legislativas de 1936.
Ahora, las izquierdas amenazan con un Nuevo Frente Popular, impulsado por el Partido Socialista, La Francia Insumisa, el Partido Comunista y los Verdes, junto con más de una decena de candidaturas de izquierdas que se van sumando al grito libertario.
El temor a una victoria de la derecha radical ha creado expectativas, porque en menos de dos días se activaron acuerdos para unir fuerzas, aunque aún queda por decidir el candidato a primer ministro, un punto que calienta el ambiente. Ya se pueden visualizar encuestas, con números interesantes, en los cuales el Nuevo Frente Popular se tutea en la punta con Le Pen y Jordan Bardella.
En este momento, los poderes presidenciales van desde el nombramiento del primer ministro, un referéndum, la disolución de la Asamblea Nacional y la firma de los decretos del Consejo de Ministros, que puede dotarse de facultades excepcionales si se considera que los poderes públicos no pueden cumplir su función o someter una ley a revisión constitucional antes de que se promulguen.
Será interesante seguir si esta vez, como Jean-Luc Mélenchon hizo en 2022, la candidatura unitaria del Nuevo Frente Popular también abrazará las ideas del parlamentarismo. Lo que está claro es que el modelo de la V República está en juego cuando las dos principales fuerzas que pueden ganar las elecciones apuestan a cambiarla.
Recuerdos de Vietnam
Mejor no podía ser para Vietnam aquel triunfo del Frente Popular en Francia en 1936, y es que para entonces se cumplían 78 años de la ocupación francesa en Indochina. Además, estaba de vuelta Ho Chi Minh, luego de una estadía precisamente en la «cueva de lobo», en París, donde vivió más de veinte años. En Francia, bajo el seudónimo de Nguyen Ai Quoc se hizo marxista-leninista, primero como militante del Partido Socialista, luego activista del Partido Comunista y después como funcionario de la III Internacional Comunista. De tal manera que ese eficiente timonel comprendió rápidamente que era el momento para aligerar las cargas en la lucha contra el colonialismo y la liberación nacional.
Los cambios se sintieron rápidamente en Vietnam: muchos revolucionarios abandonaron las mazmorras, circularon abiertamente los periódicos revolucionarios y la Asamblea Nacional envió comisiones desde la metrópoli para investigar en las colonias.
Los moderados aires democráticos soplaron por toda Indochina, donde el Partido Comunista aprovechó las brisas libertarias para desencadenar un nuevo movimiento bajo el nombre de Congreso Indochino, que propició un gran diálogo nacional, en Vietnam, Laos y Camboya.
Se hizo sentir el Frente Popular en las principales ciudades, como Hanói, Saigón, Hai Phong y Vinh, donde los trabajadores desarrollaron jornadas reivindicativas como el derecho a crear sindicatos. Y algo muy importante fue la implementación de la jornada obrera de ocho horas.
Pero la euforia no duró mucho, porque tres años después, en 1939, estalló la Segunda Guerra y Francia cayó en manos del nazismo: dos millones de soldados y cientos cincuenta generales franceses fueron encarcelados.
La incertidumbre tomó cuerpo, pero la revolución había tomado terreno, a pesar de que nuevos colonialistas se habían sumado a las masacres cuando los japoneses aprovecharon la caída de París para ocupar Indochina.
Pero no hubo vuelta atrás, porque la presencia nipona más bien provocó la unificación nacional, mientras las tropas francesas imitaban al avestruz, rehuyendo del combate con el invasor nipón.
Las condiciones objetivas y subjetivas dieron lugar, en 1945, al gran movimiento nacional llamado la Revolución de Agosto, que derrotó al usurpador japonés y abrió senderos importantes hacia el nacimiento de la República Democrática de Vietnam (RDV), con el Tío Ho como presidente. Se había cumplido el viejo adagio de que «no hay mal que por bien no venga».
Ángel Miguel Bastidas G.
Fuentes de consulta:
El Independiente. https://www.elindependiente.com/
M. Luan, y Xuan, D. (2008) Ho Chi Minh, de la infancia a la presidencia. Vietnam: Editorial Thế Giới.
Vien, N. K. (2010) Vietnam, una larga historia. Vietnam: Editorial Thế Giới.