“Miraflores es del pueblo y su Presidente, no de la oligarquía ni del imperialismo”

por C. Farías

Quise iniciar este artículo diciendo que el presidente Nicolás Maduro ha posicionado inicialmente una fórmula que dice: “Calles, Redes, Medios y Paredes”. Pero, además, incorporó también la famosa y tradicional “Radio bemba”, afirmando que con ella “logramos derrotar el Golpe de Estado del 2002 y movilizar a nuestro Pueblo en las circunstancias más difíciles. Vamos a la vanguardia comunicacional para demostrar que no podrán con Venezuela”.

A partir de esa propuesta, adelantada por nuestro Presidente, el título original y completo que se me ocurrió para este artículo es: “Comunidades, Calles, Redes, Medios, Cuarteles y Miraflores son del pueblo; no de la oligarquía ni del imperialismo”. Esa es la idea central de este artículo; pero, es muy largo para el título. En consecuencia, opté por centrar el título directamente con el objetivo estratégico que ya el Presidente lo ha configurado.

Efectivamente, el Presidente es el jefe de la casa donde funciona el poder político del país. Y el pueblo organizado es el Poder que funciona las 24 horas del día fuera de Miraflores, es decir, no encerrado en una oficina; sino en todas las  “Calles, Redes, Medios y Paredes”.

Es el poder civil, popular, comunitario, de calle y en alerta permanente; porque en nuestra revolución hay una fórmula inequívoca, que nuestro pueblo parió o inventó de manera espontánea, práctica, lógica y directa: “TODO ONCE TIENE SU TRECE”. Veamos cómo nació esta fórmula que, históricamente, ha demostrado ser la más eficaz e indestructible.

El primer momento surge con el golpe de Estado durante la media noche del día 11 de abril de 2002. Funcionó la unidad cívico-militar de la derecha apátrida, fascista y antipopular que logró sacar de Miraflores a nuestro comandante Hugo Chávez y llevárselo preso a un lugar incierto, que después se develó y el comandante fue rescatado.

El segundo momento corresponde al posicionamiento de Carmona Estanga y su banda de ladrones, el día 12 de abril de 2002. Instala y preside la dictadura en Miraflores y toda la tribu de apátridas festejaron con algarabía su asalto del poder y la liquidación del Estado de Derecho, emprendiendo una persecución criminal contra el liderazgo chavista y un atribulado desconocimiento de la Carta Magna, del poder popular y de la voluntad soberana del pueblo.

El tercer momento es cuando surge el contra-golpe el día 13 de abril de 2002. El soberano de Caracas sale a las calles y marcha rumbo a Miraflores para sacar a los golpistas y restituir a Chávez en la presidencia. Los jefes militares patriotas, desconocen la línea de mando y pasan por encima de sus generales golpistas, para acompañar al pueblo en su ejercicio constitucional de defender y honrar la Carta Magna de la República.

El cuarto momento es cuando toda la jefatura de la derecha golpista ven, se aterrorizan y salen corriendo como alma que lleva el diablo, para salvarse del contra-ataque multitudinario del pueblo caraqueño en unidad cívico-militar-policial-religiosa, que dejó demostrada su superioridad y máxima eficacia para hacer valer su voluntad y soberanía.

El quinto momento corresponde a la lógica dialéctica e histórica de esa unidad cívico-militar que consagró el nacimiento completo, definitivo, poderoso e indestructible del SUJETO HISTÓRICO DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA, conformado por el líder, el pueblo y el poder militar (el presidente, las comunidades organizadas y la Fuerza Armada Nacional F.A.N.)

El sexto momento, con el cual se cierra esta confrontación histórica, es cuando el comandante Chávez aparece en las pantallas de la televisión reposicionándose como el presidente legítimo, legal y constitucional de la República Bolivariana de Venezuela.

He querido puntualizar, una vez más, estas páginas de nuestra historia, en virtud de la poderosa significación y valor referencial que ellas tienen, a partir del cual podemos valorar adecuadamente las nuevas realidades del proceso revolucionario bolivariano que hoy conduce, muy acertadamente, nuestro presidente Nicolás Maduro.

Recordemos siempre y no perdamos de vista que todo análisis del presente tiene sus determinantes en el pasado y que todo futuro, igualmente, depende de nuestro presente. De manera que debemos abordar, los planes, tareas y acciones de nuestro presente, corrigiendo y no repitiendo todo lo negativo y dañino del pasado.

Sobre esas dos bases, debemos reconocer los errores del pasado y valorar lo mejor del presente, podemos sistematizar y proyectar de la mejor manera posible las tareas del futuro a corto, mediano y largo plazo.

Específicamente, es urgente superar las tres maldiciones del Estado burgués de la modernidad capitalista, imperialista, corrompida y pervertida, sin moral ni ética ni estética alguna para dignificar la vida de los pueblos.

Nos referimos específicamente a las tres llagas que se carcomen las estructuras y el buen funcionamiento del Estado. Esos males perversos son el burocratismo, la ineficacia y la corrupción. Veamos panorámicamente cada uno de ellos

El BUROCRATISMO es un sustantivo derivado de la palabra burocracia que surge de la unión de dos términos: buró, equivalente a escritorio u oficina; y cracia, que significa gobierno, de allí surgió “el poder desde la oficina”, que no es otra cosa sino la burocracia necesaria; con su lado bueno para administrar las empresas y las instituciones del Estado en todos sus niveles; y su lado malo que corrompe, perturba y destruye los senderos de la revolución.

Desde el punto de vista de LA POLITICA, que no es otra cosa sino la ciencia de la administración de la vida pública de un país, región, pueblo o comunidad, la presencia de una burocracia es necesaria, precisamente, para garantizar la administración del poder público en función del bienestar colectivo del pueblo.

Si la burocracia institucional no es eficaz para favorecer y defender los derechos y las garantías constitucionales del pueblo, sus funcionarios son burócratas ineficaces, corrompidos, sinvergüenzas y perversos; convertidos en verdugos enemigos del pueblo; y como tales, sabotean, roban, obstaculizan, desmontan lo bueno y favorecen lo malo; se pervierten, se corrompen y traicionan (primero a Chávez y ahora a Nicolás). He allí el daño y los peligros del burocratismo.

Ese burocratismo pervertido, corrupto y ladrón, es el autor y responsable de todo el saboteo interno de las políticas sociales, los programas de atención a las comunidades; por ejemplo: Barrio Adentro y todo el sistema nacional de salud (robos de las medicinas, insumos y herramientas tecnológicas para tratamientos de los pacientes, etc.).

LA INEFICACIA la podemos entender como una conducta, una actitud o una práctica de la negatividad, el estancamiento, la falta de buena voluntad, interés y sensibilidad para obrar bien. En tal sentido, la ineficacia es la ausencia o vacío de eficacia. De ella derivan todas las situaciones perversas y nefastas de la administración pública; o sea, la perversión moral y ética de la eficiencia, la decencia, la dignidad y el decoro.

El burocratismo y la ineficacia, generan un resultado paralizante, distorsionador y destructor para la nación y el pueblo. La persona burocrática e ineficaz, se convierte en una plaga maligna, en un virus paralizante y mortal que atenta contra la dinámica de la eficacia, la solidaridad y la construcción y defensa del Bien en todas sus dimensiones para la felicidad y la paz de la nación.

LA CORRUPCIÓN es una vieja herencia de las fuerzas inmorales y anti éticas del Mal en contra del Bien. Es la parte más grave de las desviaciones en la administración del Estado y el funcionamiento del gobierno. La corrupción es un enemigo de alto riesgo y peligro para la revolución bolivariana.

La corrupción degrada la moral, la ética y la estética de las instituciones del Estado y genera resentimientos, desprecios, amarguras y odios en la conciencia del pueblo contra los funcionarios corruptos y gobernantes.

Controlar, corregir y superar estas tres llagas en la piel del Estado venezolano y la sociedad toda, es un reto fundamental del proceso revolucionario bolivariano. A 200 años  del famoso Decreto del Padre Libertador Simón Bolívar, del 12 de enero de 1824, veamos la validez de su vigencia política, moral y ética; en oposición a la no vigencia del castigo mortalmente definitivo y único con la pena de muerte, allí contemplada como único y definitivo castigo, tal como allí se expresa:

Teniendo Presente:
1°–Que una de las principales causas de los desastres en que se han visto envuelta la República, ha sido la escandalosa dilapidación de sus fondos, por algunos funcionarios que han invertido en ellos;
2°–Que el único medio de extirpar radicalmente este desorden, es dictar medidas fuertes y extraordinarias, he venido en decretar, y
Decreto:
Artículo 1°–Todo funcionarios público, a quien se le convenciere en juicio sumario de haber malversado o tomado para sí de los fondos públicos de diez pesos arriba, queda sujeto a la pena capital.
Artículo 2°–Los jueces a quienes, según la ley, compete este juicio, que en su caso no procedieren conforme a este decreto, serán condenados a la misma pena.
Artículo 3°–Todo individuo puede acusar a los funcionarios públicos del delito que indica el Artículo 1°.
Artículo 4°–Se fijará este decreto en todas las oficinas de la República, y se tomará razón de él en todos los despachos que se libraren a los funcionarios que de cualquier modo intervengan en el manejo de los fondos públicos.
Imprímase, publíquese y circúlese.
Palacio Dictatorial de Lima, a 12 de enero de 1824– 4° de la República.
Por orden de S. E.,
SIMON BOLIVAR
(Ver en: Decretos del Libertador. Publicaciones de la Sociedad Bolivariana de Venezuela, Tomo I (1813-1825) pág. 283. Imprenta Nacional, Caracas, 1961)

Esta es una referencia fundamental para hacer valer la ética y la moral, necesarias para la decencia, la pulcritud, la estabilidad y el bienestar colectivo de nuestra sociedad. Estamos claros en que el tiempo histórico de nuestro Libertador era de guerra cruenta y competitiva para decidir la victoria necesaria y definitiva.

Nuestro tiempo histórico actual es muy distinto al de esa época de lucha por la libertad, la independencia y la soberanía de la patria. Evidentemente, hoy no es pertinente darle a la criminalidad, categoría de Estado, necesaria para el beneficio moral y ético de la nación. Pero, el presidente Nicolás Maduro, emulando la perspectiva ética y moral de nuestro Libertador Simón Bolívar, pero con conciencia plena de nuestra época actual, ha puesto en marcha una batalla moral y ética contra la corrupción, … “Caiga quien caiga”.

El primer resultado obtenido en esta batalla es el desmantelamiento de la banda de ladrones y saqueadores de PDVSA, liderada por el infiltrado malvado, perverso y cínico ladrón Tarek El Aisami y sus 60 ladrones, quienes fueron capturados y encerrados en la cárcel. Con esta primera batalla, ganada por nuestro Presidente, quedaron abiertas las sendas de la dignidad, la ética y la moral contra los viejos caminos de la burocracia corrupta y perversa que alimenta el Mal contra el Bien de nuestra nación.

Ubicados en esa perspectiva histórica y metódica, muy propia y original de nuestra historia actual, asumimos nuestra propia campaña electoral desde las “Calles, Redes, Medios y Paredes”, tal y como lo indica nuestro gran estratega y ganador de batallas, Nicolás Maduro Moros.

Recuerdo que cuando éramos chamos en nuestro inicio del bachillerato, durante la década de los años 70 y siguientes del siglo pasado, gritábamos la consigna “Las calles son del pueblo, no de la policía”. Ahora, en revolución, podemos decir que “Las calles son del pueblo, sus soldados y policías contra los yanquis y sus oligarquías”. Esa sería la versión actualizada históricamente de dicha consigna.

Recuerdo también que cuando se inició el uso de los celulares durante los dos primeros años del mandato de Chávez, las manifestaciones callejeras y golpistas de la oposición empleaban eficazmente sus redes sociales en la clase media y la burguesía. Ahora, con Nicolas, hemos super potenciado la capacidad de comunicación y difusión de las tareas, actividades, contactos, reuniones, etc. a través de las redes del chavismo y el pueblo soberano.

Recuerdo también que antes de la revolución bolivariana, los medios (radio-tv- periódicos- cine-libros, revistas) eran de uso casi exclusivo de las clases medias y la alta burguesía apátrida. Hoy, todos esos medios se han masificado y extendido en todo el territorio nacional para el uso de toda la población venezolana.

En definitiva, no puede haber dudas de que estamos en un momento histórico crucial y definitivo para el presente y el futuro inmediato de nuestra nación. La soberanía de la patria reside en el pueblo y se ejerce con base en la democracia directa, participativa y protagónica, tal como lo establece nuestra Constitución.