Con el Cuatro, Yomo Toro hizo dio la vuelta al mundo e innovó en el campo de la musicalidad latina.
Yomo Toro comenzó a ser conocido y cotizado en Nueva York, pero para ser justos ya era ampliamente popular en su patria, Puerto Rico.
Tenía 20 años tocando aquel instrumento, aquel cuatro puertorriqueño que decidió donar en 2002 al Museo Nacional de Historia Estadounidense, asociado al Smithsonian, en Washington. No era el único Cuatro de su pertenencia, pero con él quedó una parte importante de su historia y la de la musicalidad de Puerto Rico. Su palabra clave en esos momentos fue Preservar. Sin embargo si algo ha preservado el pueblo que le vio nacer es la impronta que Yomo Toro hizo con el instrumento nacional con el que dio la vuelta al mundo y con el que innovó en el campo de la musicalidad latina.
Yomo Toro aprendió a tocar con su padre, quien era conductor de camiones en la Central Azucarera de Guánica y músico de tiempo parcial. Yomo era zurdo pero aprendió a tocar también a la derecha.
Tenía un gran referente, Tomás Rivera Morales, Maso Rivera, uno de los más grandes ejecutantes y cultores del Cuatro de Puerto Rico. Se pudiera decir que Rivera, junto a otros grandes cultores fue como un gran defensor de las sonoridades de ese instrumento visto desde su estructura y sonoridad boricua. Maso Rivera dedicó gran parte de su vida a promover la música típica puertorriqueña. De esas fuentes y de ese ejemplo bebió Víctor Guillermo Toro Vegas, sencillamente Yomo Toro, de quien ya el Caribe cumplirá 12 años sin su presencia física y su arte. Yomo Toro falleció el 30 de junio de 2012.
Yo-mito
Nació el 26 de julio de 1933 en el barrio Ensenada de Guánica, en el suroeste de Puerto Rico, mirando hacia el Mar Caribe, como Ponce, ciudad musical que le queda relativamente cerca.
A su padre también le llamaban Yomo pues tenía por nombre Guillermo. La secuencia fue: Guillermo, Guillermito, Yo-mito y por fin, Yomo. Pero no solo heredó el apelativo sino la inclinación hacia la música. Su padre tenía un cuatro puertorriqueño y el hijo lo fue pulsando a escondidas. Recuerda que el primer número que aprendió a tocar era mexicano: “La feria de las flores” .
A los 15 años ya tocaba en bandas locales, pero a los 20 años ya estaba en Nueva York como integrante de Los Cuatro Ases, grupo formado en su tierra natal. En Nueva York, Yomo Toro comenzó a ser conocido y cotizado, pero para ser justos ya era ampliamente popular en su patria, Puerto Rico. Había grabado con Cheíto González, conformado el Trío Los Deltis del Sur, además de Los Cuatro Ases.
Retornó a Borinquen, sí, pero tres años más tarde; en 1956 estaba residenciado en el Norte y ya para 1958 entraba a grabar su primer disco, que por cierto fue de 78rpm.
En 1966 contaba Yomo con 33 años cuando con su guitarra (no con el cuatro) entró al estudio de grabación de la mano del sello ABC Paramount para dar forma a un disco con temas del repertorio del idioma castellano. Se incluyeron cuatro temas vocalizados a cargo de Tony Cardona y las voces segunda y tercera de Yomo Toro y Ernesto Torres.
Era su primer disco en 33 rpm, aunque ya había participado en algunos álbumes de Los Panchos, Odilio González, Blanca Iris Villafañe y Daniel Santos. Inclusive grabó con el legendario Ramito, Bury Caban, Nieves Quintero y Niño Rivera ayudando a enaltecer la música de su país.
Tres años después, en 1969, Yomo participa en el Tributo a Arsenio Rodríguez junto a Larry Harlow, introduciendo por primera vez el cuatro puertorriqueño en la Salsa. Hay que destacar que Arsenio Rodríguez, “el cieguito maravilloso”, fue y es un tresero (o tresista) muy referencial en el Son y en la música cubana en general, dentro y fuera de Cuba. El hecho de que Harlow buscara a Yomo Toro para este homenaje discográfico ya habla del conocimiento que tenía en torno al músico borincano.
Destacamos que aunque no fue este el gran inicio masivo de Yomo Toro en la salsa, sí fue uno de los más importantes en su carrera, ya que además marcó su amistad con Harlow, quien no lo abandonó jamás, ni siquiera en sus últimos momentos de existencia.
También hay que destacar que para 1966, tres años antes de la experiencia con Harlow, Toro era ya un guitarrista de excelencia que no había evidenciado todavía sus otras dotes, incluyendo también la de ejecutante del tres. Todas las cuerdas eran su alegría.
El Tributo a Arsenio Rodríguez supuso un avance significativo no solo para Yomo Toro y Larry Harlow, sino para el enriquecimiento de las nuevas modalidades musicales que surgían en Nueva York.
Después de esta etapa de la década de los sesenta vendría la explosión de popularidad mundial de Yomo Toro por su incursión salsera armado del cuatro puertorriqueño, revelación para muchos de la belleza y posibilidades de la música de tradición de Borinquen.
Con Héctor y Willie
Había comenzado la década de los setenta. Willie Colón tenía apenas 20 años y Héctor Lavoe tenía 24. Yomo Toro tenía 37 años y toda la sapiencia sonora boricua a sus espaldas, con su Cuatro Puertorriqueño. Es a Yomo Toro a quien busca “El malo” por recomendación del también músico Roberto García para hacer ese legendario disco que terminó siendo “Asalto Navideño”.
En alguna oportunidad Yomo contaría que ese “Asalto” pretendían hacerlo con guitarra eléctrica, pero él se apareció con su Cuatro. Y cuenta que al final de esa sesión de grabación Willie Colón le dijo: “Es uno de los días más felices de mi vida”. Se entendía: Se trataba de la sonoridad que tanto le inculcó su abuela, de ese sabor a campo en navidad, al ambiente de los jíbaros boricuas, a ese sentimiento orgullosamente nacional puertorriqueño, pues los boricuas especialmente se conectaban con la música de ese disco porque sentían que el sonido del cuatro era un mensaje para ellos. Fue una exitosa fusión de lo tradicional de Puerto Rico con lo urbano en Nueva York, siendo en verdad una de las claves de lo que fue el rotundo paso de Yomo Toro por Fania y por la Salsa en general.
Hubo otro Asalto Navideño en 1973 y aunque Yomo Toro se quedó un buen tiempo con Willie Colón y con el sello Fania y lo que implicaba tanto en grabaciones como en giras por todo el mundo (España, Italia, Japón, Rusia, Zaire, Panamá, Perú, Venezuela y Colombia, entre otros países) también es cierto que tuvo gran libertad para participar en grabaciones de otros artistas como Adalberto Santiago, Johnny Pacheco, Junior González, Harry Belafonte, David Byrne y Paul Simon, y por si fuera poco mantuvo durante siete años un espacio televisivo desde Nueva York.
Participó bien con el Tres Cubano, la Guitarra o el Cuatro Puertorriqueño en temas emblemáticos como “Guaracha”, “Encántigo”, “Según el color”, “Vive tu vida contento” y “La Murga”.
Tuvo a buen resguardo su vida privada, pero se sabe que siempre estuvo alejado del cigarrillo y el alcohol, que tuvo dos hijas y un hijo, y que este último murió muy joven como consecuencia de una bala extraviada en Nueva York.
Yomo Toro falleció en Calvary Hospital, en el Bronx, Nueva York el 30 de junio de 2012 como consecuencia de un fallo renal. Contaba con 78 años de edad. Minerva su esposa, y su hija Denise, así como las hermanas del músico Irma, Iris y Milagros, y sus hermanos Juan, Ángel y Arcángel estuvieron con él hasta su último suspiro.
Fue sepultado en el cementerio de San Miguel en Nueva York donde descansan también sus hijos Víctor y Patricia.
Con su ejemplo imprimió nuevos aires al orgullo boricua, y ese aire dura todavía… y durará
Autor :Lil Rodriguez