Hermann Escarrá: Diga lo que diga la Corte sobre el Esequibo no lo reconoceremos

El parlamentario sostiene que las concesiones petroleras otorgadas por Guyana en territorio venezolano deben ser demandadas

Caracas.- Al diputado Hermann Escarrá Malavé no se le escapa ningún detalle de la centenaria controversia por el territorio Esequibo, los 159.500 kilómetros cuadrados en el este de Venezuela que antes aparecían en el mapa con líneas oblicuas y la inscripción “zona en reclamación”.

Y para no extraviarse en esos detalles de esa reclamación territorial planteada por Venezuela, titular de ese pedazo de tierra, Escarrá Malavé tiene a la mano una pila de documentos (copias) que su asistente Landaeta le va pasando al tiempo que él los cita durante la entrevista concedida a Últimas Noticias.

“Búscame allí la Declaración de Argyle (…) tenme a la mano el Acuerdo de Ginebra(…) pásame el Protocolo de Puerto España (…) márcame la página nueve de la Ley Orgánica Constitucional para la Defensa de la Guayana Esequiba”.

El título de los documentos ya dice el tema que venimos a tocar en la entrevista. Su experticia sobre ese asunto pesó al momento de ser designado en la Asamblea Nacional como presidente de la Comisión Especial para la Defensa del Territorio de la Guayana Esequiba y la Soberanía Territorial.

—¿Cuál es el estatus de la demanda interpuesta por Guyana ante la Corte Internacional de Justicia?

—Lo de la Corte va a seguir inexorablemente. El estatus es que hubo una citación a Guyana, a Venezuela. Todo eso en el marco de la demanda unilateral de Guyana contra Venezuela. Y ahora se abre un espacio, que pudiera ser oral, de presentación de pruebas y documentos.

—Es un juicio.

—Es en realidad un juicio, pero en una única instancia. No hay apelación. Decidió y decidió.

—¿Venezuela debería ir a esas audiencias orales, a sabiendas de que no reconoce la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia?

—Bueno, yo en lo personal, como un criterio personal, no como diputado, creo que Venezuela se debe mantener en la declaración de Delcy Rodríguez del 8 de abril en La Haya. Nosotros presentaremos los documentos, pero tienen que saber que no vamos a reconocer la jurisdicción de esa corte internacional.

—¿Qué dijo exactamente la vicepresidenta Delcy Rodríguez ante la Corte Internacional de Justicia?

—El 8 de abril de este año ella va a la Corte Internacional de Justicia en representación de Venezuela. Consigna un documento titulado La verdad de Venezuela frente al despojo territorial: recuperemos el Esequibo. Pero es importante leer el punto dos. Yo lo tengo resaltado en amarillo.

Dice así: “La entrega de este documento no implica consentimiento de Venezuela ni el reconocimiento de la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia en la controversia territorial sobre la Guayana Esequiba”. Y agrega, mi querido amigo, una frase que nunca me imaginé que la iba a leer.

—¿Cuál es esa frase?

— “…Ni de la decisión que pudiera adoptar sobre este asunto”. Es decir, que adoptara lo que adoptara la Corte, no es reconocido por Venezuela.

—¿De quién fue la idea de llevar esa controversia a la Corte Internacional de Justicia, interrumpiendo de esa manera lo que dicta el Acuerdo de Ginebra sobre el empleo de la negociación para resolver ese asunto?

—En el año 2018, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, António Guterres, toma la decisión de darle competencia a la Corte Internacional de Justicia y de permitir que Guyana unilateralmente demande a Venezuela. Esto violenta un principio de derecho internacional público que es la cláusula compromisoria.

—¿En qué consiste esa cláusula?

—En el orden jurídico internacional, para nosotros ir a la Corte Internacional de Justicia, tú y yo tenemos que estar de acuerdo los dos y hacer la solicitud. Porque esa instancia es una jurisdicción voluntaria.

—¿Cómo reacciona el presidente Maduro ante ese cambio de reglas?

—El respondió en una carta fechada el 25 de febrero de 2018. Aquí la tengo. Ve lo que le escribe el presidente Maduro a Guterres. “Tenemos preocupación y sorpresa y a la vez lamento el contenido de su carta (…) la competencia otorgada a su figura contraviene el espíritu, propósito y razón del Acuerdo de Ginebra (1966)”. Luego agrega: “Contrariamente a lo que usted afirma, no deriva de ningún marco establecido por sus predecesores, sino que emana expresamente del Acuerdo de Ginebra la figura de los buenos oficios. Quiero recordarle que Venezuela históricamente ha rechazado el método del arreglo judicial”.

—Rechaza el método del acuerdo judicial, ¿y privilegia?

—Privilegia, bueno lo que se llama la doctrina o la política bolivariana de paz que es el diálogo en el marco del Acuerdo de Ginebra. Aquí en esa carta el presidente Maduro le dice a Guterres: “Venezuela no reconoce como obligatoria la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia”.

—¿Por qué Venezuela no acepta la jurisdicción de esa Corte?

—Primero es una cosa de tradición de Venezuela, porque todo lo que hemos perdido de territorio, más de la mitad del territorio original, fue por arbitraje y soluciones judiciales.

—¿Por ejemplo?

—Cuando nosotros perdimos La Guajira fue por eso. Aquí abajo en los llanos, tocando el estado Amazonas, también fue por eso. Las islas que hemos perdido también fueron por eso. Entonces Venezuela tiene una aversión al tema de la Corte Internacional, su posición es no ir a un arreglo judicial y que con los títulos que tiene, enfrentemos esto.

—¿Guyana no posee ningún título que acredite como suyo el territorio Esequibo?

—Ellos tienen la posesión del territorio, usted está explotando, usted está entregando ilegalmente, internacionalmente hablando, concesiones; pero los títulos son nuestros.

—¿Qué anima al secretario general de la ONU a proponer esa salida a la controversia Guyana-Venezuela?

—Yo creo que ya ahí nos escapamos de lo jurídico; porque no hay nada jurídico. Entonces nos debemos ir de los intereses geopolíticos a intereses de otra naturaleza que son los que manejan la actuación de las Naciones Unidas.

—¿A qué intereses responde esa propuesta de António Guterres?

—Algunos son intereses económicos, otros son intereses de poder político, pero aquí no hay un interés jurídico; porque lo jurídico te señala claramente que si no hay cláusula compromisoria usted no puede ir a la Corte Internacional de Justicia. Usted puede ir a la conciliación, a la investigación, al acuerdo, al tercero de buena fe; usted puede procurar otras vías, a los buenos oficios, pero esa vía, no, porque requiere de la parte de un acuerdo, que es la cláusula compromisoria.

—Y está la vía del referendo consultivo, propuesto por el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, y materializado el 3 de diciembre del año 2023.

—¿Y qué es lo que arroja ese referendo consultivo? En primer lugar, más de 10 millones de personas votaron en rechazo a la línea impuesta fraudulentamente del Laudo Arbitral de París (1899). Y en el punto 2 se afirma que el Acuerdo de Ginebra es el único instrumento jurídico válido para resolver esta situación. En el punto 3 se dice que el pueblo de Venezuela no reconoce la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia.

El punto 4 es muy importante porque niega y rechaza la pretensión de Guyana de disponer unilateralmente de un mar que no está delimitado y, sin embargo, está entregando concesiones.

—¿Cuál es el estatus de esas concesiones otorgadas por Guyana a empresas petroleras?

—Para mí todo eso es ilegal, Venezuela tendrá que demandar en su momento los daños y perjuicios. De hecho, yo era partidario de que se pidieran medidas de la Corte Internacional de Justicia, ya que esa instancia nos pide títulos. Está bien; pero yo quiero una medida provisional para que ustedes tengan una explotación ilegal internacional otorgada por quien no tiene título y, además, un mar que está por delimitar.

—¿Demandar ante qué instancia?

—Hay diversas instancias. Una, son tribunales que ejercen lo que hoy día se llama la justicia universal, como lo hicieron con Augusto Pinochet, una orden de aprehensión internacional. Es la justicia universal. Y el segundo, ir al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, como dije anteriormente.

—¿Esas empresas petroleras a las que Guyana le otorgó concesiones en un mar por delimitar se han acercado al presidente Maduro?

—La verdad no, no tengo ese nivel de información; quizás en otro nivel gubernamental del Ejecutivo. En el nivel parlamentario no.

—Es lo ideal que esas empresas se acerquen a Venezuela, que es la titular de ese territorio. ¿Es así?

—Claro y, sobre todo, que nos entendamos. Estás explotando de manera ilegal recursos que son de Venezuela y, en el mejor de los casos, en áreas no delimitadas. Entonces, ¿cómo tú aceptas la concesión y además lo explotas? Creo que al final, ellos buscarán que se produzcan acuerdos con Guyana, con Venezuela. Los empresarios van tras del capital, van tras de la inversión. El esquema de ellos es distinto al nuestro; el nuestro es el espacio territorial, la soberanía.

—Son 125 años que se cumplieron el pasado 3 de octubre del despojo de ese territorio Esequibo, con el Laudo Arbitral de París. ¿Qué contiene ese documento?

—Es un acto fraudulento. Llegamos a 125 años del despojo del que fuimos objeto por el Laudo Arbitral. Es uno de los momentos más graves y fraudulentos que se ha producido contra Venezuela.

—¿Por qué tanta gravedad?

—Venezuela venía reclamando desde El Libertador Simón Bolívar el respeto a esa área que forma parte de la integridad territorial venezolana. De hecho, Bolívar en algún momento le pide a su representante en Londres y a su secretario personal Revenga (José Rafael) que le diga a la reina (de Inglaterra) que no pueden seguir estos colonos ingleses en una conducta anárquica porque se están separando del régimen jurídico de la entonces Gran Colombia.

—¿Cuál fue la reacción de Inglaterra ante ese reclamo del Libertador?

—De allí en adelante vienen presiones de parte y parte, tanto de Venezuela como del Reino Unido que consideraba que esas tierras eran de ellos como producto de los tratados con Holanda y España, y que ellos no tenían de ninguna manera por qué ceder ese territorio.

—¿Y qué replica Venezuela?

—Venezuela dice que ese territorio aparece en la Capitanía General de 1777. Es a partir de la Capitanía General, primer título que tenemos, que estamos diciendo que el territorio de la Guayana Esequiba es nuestro.

—¿Hay otros títulos que le dan a Venezuela la soberanía sobre ese territorio del Esequibo?

—También hay otros títulos. En 1845 se firma un tratado entre el Reino de España y Venezuela, ya de reconocimiento por parte de España de la independencia venezolana. En ese tratado se especifica con muchísima claridad la presencia de la provincia de Guayana, que además aparece en la Constitución de 1811 y en los primeros movimientos de independencia de Venezuela; de allí el tema de la estrella de Guayana y de Angostura.

—Ya llevamos dos documentos que le reconocen a Venezuela su propiedad sobre la Guayana Esequiba.

—Más actualizado, se produce el Tratado de Washington de 1897. En ese tratado ya hay un acuerdo de los imperios de entonces, Inglaterra y Estados Unidos, para entrar en un arbitraje sobre la situación de Venezuela. Se establecen las bases del arbitraje, se niega rotundamente la presencia como árbitro de ningún venezolano.

AL DETAL

”En 1899, los Estados Unidos e Inglaterra instalan el arbitraje en el Palacio de Orsay (París) con la presidencia de Fiodors Martins y los árbritos Merville Fuller, David Brewer, Rusell Quiloven y Richard Collins, sin la presencia de ningún árbitro venezolano”.

“Después de un poco más de 50 reuniones, se produce la sentencia arbitral, producto de la concusión, de influencia de los imperios y muy alejada del derecho. Ese Laudo Arbitral de París es nulo e írrito; porque toda sentencia arbitral tiene que tener una exposición de motivos. Ellos no tienen fundamentación, simplemente decidieron”.

“Para producir esa sentencia no se siguió el debido proceso. Cómo es que usted va a decidir sobre mi territorio y yo no puedo nombrar a un abogado venezolano que esté allí como árbitro. La Gran Bretaña no tenía pruebas y aplicaron el uti posseditis de facto: si yo domino ese territorio, ese es mío”.
“En los años 60 el canciller venezolano Marcos Falcón Briceño reclama y de allí las Naciones Unidas decide que deben reunirse los ingleses y Venezuela. Y de esa reunión nace el Acuerdo de Ginebra (17/2/1966), tratado que empieza ignorando el Laudo Arbitral de París”.

Con información de Últimas Noticias