Durante 20 años, el guerrillero colombiano SIMÓN TRINIDAD ha soportado confinamiento solitario en una prisión de Estados Unidos, condenado en un juicio de falsa bandera, un simulacro de juicio donde la única evidencia que el fiscal afirmó tener fue que Trinidad estaba acusado de ser miembro de la dirección máxima de la guerrilla de las FARC, El Secretariado.
Pero nunca lo fue. Esta dirección era completamente pública y no se le encontró allí.
Pero con ésta prueba falsa, lo señalaron como co-responsable de la captura de tres espías de la CIA que sobrevivieron cuando su avión sufrió una falla en el motor y se estrelló en el departamento de Caquetá, en el sur de Colombia y en una región bajo control guerrillero.
Los tres fueron retenidos y los guerrilleros propusieron a Estados Unidos canjearlos por guerrilleros presos en las cárceles del gobierno de Álvaro Uribe, en Bogotá. Ellos se negaron.
A Trinidad se le encomendó la tarea de negociar a través del enviado especial de la ONU para Colombia la entrega de unos 30 mandos militares del ejército colombiano retenidos por la guerrilla, así como los tres espías estadounidenses.
Pero fue descubierto durante su misión y arrestado en la capital ecuatoriana de Quito y deportado, primero a Bogotá y luego a Estados Unidos por Uribe después de que Trinidad se negó a «pasar al otro lado» y proporcionar información y traicionar a sus compañeros.
En el juicio que siguió en Estados Unidos, fue condenado a 60 años de prisión. Ya ha cumplido 20 años.
Los tres agentes de la CIA fueron liberados unos años después y se encuentran en Estados Unidos.
Pero en América Latina cada vez es más fuerte la demanda de ¡LIBERTAD PARA SIMÓN TRINIDAD!
Biden tiene este domingo para cumplirlo.
Dick Emanuelsson