Por: José Gregorio Palencia Colmenares |
«Mis alergias son pocas, pero respetables. Soy alérgico a la nuez, a las polvaredas, a las deslealtades, a la hipocresía, al presidente Bush.»
Mario Benedetti, escritor uruguayo 1920–2009
Esa expresión del gran sudamericano resume, en sí, el comportamiento típico de los gobernantes de los EE. UU. Las sanciones impuestas por el gobierno norteamericano a las empresas tecnológicas de la República Popular china, no impidieron que estas le propinaran un descomunal golpe, al centro supremo de los intereses capitalistas, el dinero. Y se lo asestaron en la medula espinal de la estructura de su funcionamiento económico, la bolsa de valores, en Wall Street, en la gran manzana.
El recuerdo, de una imagen de un animal portentoso, con actitud enfurecida sobre la calzada, en la mente de los neoyorquinos transeúntes, contrastaba con la imagen famélica de un toro enorme de rodillas, acompañado de una sufrida y apaleada águila, no tan blanca sobre sus lomos, tratando inútilmente de levantarlo, que se dibujaba desde unas horas atrás en las mentes y corazones de los dueños, y o representantes de las grandes corporaciones tecnológicas del imperio, las siete magníficas, les decían, para referirse a ellas, mientras que a una prudente distancia desde uno de sus encumbrados rascacielos, observaba la pusilánime escena, un dragón de ojos rasgados, en silencio.
En el libro de Pedro, capítulo 3, versículos del 10 al 12, dice: «Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.» Guardando la distancia con el protagonista, a quien se refiere la frase, todo lo demás es una metáfora bastante exacta para describir lo que acontece en el mundo bursátil capitalista de este día.
¡Llego un cisne negro! ¡Llego un cisne negro!, gritan con estertores comprimidos en sus gargantas los inversionistas de esas corporaciones, lo que constituye para la frase referida, el gran estruendo, mientras se calcula que en el mercado se volatizaran como por arte de magia un billón de dólares de los insaciables, ardiendo como desechos.
¿Qué pasó? ¡Gritan los incautos! Paso, que los nenes del norte, mirándoos desde el sur, como de costumbre y a sus anchas, violaron todas las normas impuestas por ellos mismo, cuando vociferaban a los cuatro vientos, que la economía debía funcionar, para estar sana, en un mundo de prácticas éticas y en igualdad para todos, en una vaina que llamaron libre mercado, en el mundo global, pero como en los contratos redactados por vagabundos, en la letra chiquita, escondieron la frase que decía: «mientras no perjudique nuestros intereses».
En cuanto se vieron rebasados por los avances tecnológicos del gigante asiático, se dieron cuenta de que tenían que pararlos a cualquier precio, y la única manera de detenerlos era impedir el acceso a elementos de desarrollo, que imposibilitara ese crecimiento. Un buen ejemplo es la prohibición a empresas como Nvidia, de suministrar chips de nanotecnología de última generación.
Para seguir con las referencias bíblicas, voy a traer a colación la historia del gigante Goliat, contra el joven David. Antes les voy a confesar una inquietud. Yo nunca he podido entender, porque a quien va a tirar el primer golpe, jamás se le ocurre pensar con que se lo van a devolver.
En estos días de efervescencia, el anaranjado presidente de los Estados Unidos, se ha dedicado a vociferar, con amenazas incluidas, las cosas que dice, y piensa qué va a hacer, en su calenturienta y alucinógenamente. Además de que su igualmente millonario y estúpido consorte, no es capaz de guardar las apariencias mínimas de decencia, que lo llevaron a desnudar públicamente su admiración por el responsable de la muerte de cualquier cantidad de millones de personas, en un gesto vergonzoso con su brazo desde su corazón y que develo sus miserias exponiendo al público, su sobaco blanco sudafricano militante del apartheid.
Gritan y hacen sin pudor, a viva voz, como el gigante ante David, porque se sienten todopoderosos, sin imaginar siquiera lo que hay en la onda de David.
¿Será una inofensiva aplicación de inteligencia artificial generativa de apenas unos diez millones de euros? Esa que acabó con mil millones de dólares apenas en este inicio, que dejó en evidencia a Apple, Microsoft, Alphabet, Amazon, Nvidia, Meta, Tesla, que ya no son tan magníficas, porque lo que hacen se puede hacer mejor y a menor costo.
Y si David, portara en el cordobán de su honda en vez de una piedra, un ya mostrado misil hipersónico «Oreshnik», que solo como prueba en campo, fue capaz de deshacer todo lo que existía en forma material en un área de veinticinco mil metros cuadrados, solo con la fuerza cinética acumulada y sin metralla. Creo que debería ser pensado.
Los Estados Unidos de Norteamérica, están viviendo días, muy alejados de los gritos desesperados de campaña del «locotrump», cada vez queda menos posibilidades de que se materialice el «Make America Great Again», porque a partir de este momento, y solo en el campo que hoy nos ocupa, el mundo entero sabe, que ellos ya no serán el centro tecnológico del mundo.
Ojalá nos vaya bien.
Sean felices, que es gratis.
Paz y bien.
En la sede de lo que fue el primer liceo de Venezuela por decreto del libertador, en el día de Santa Ángela de Mérici, cuyo nombre significa «Mensaje de Dios». Nació en Italia en 1474 y tiene el mérito de haber fundado la primera comunidad religiosa femenina para educar niñas, del dos mil veinticinco.