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Foto: Cortesía
Por Freddy Gutiérrez.
¡Feliz vida estimados compatriotas! Por aquí estoy continuando con reflexiones sobre nuestra identidad, un tema tan necesario para reiterar hoy día, gracias a la globalización. Por ejemplo, en mi publicación “EL ESTADO MIRANDA, CUNA DE LA IDENTIDAD CULTURAL VENEZOLANA”, recordé a venezolanos ejemplares que lo han habitado, como Juan Pablo Sojo (1907-1948), el visionario escritor nacido en Curiepe, quién fue pionero en visibilizar las raíces afro-venezolanas en la década de los 30. Al destacar la rica herencia cultural de nuestros ancestros africanos, Sojo, no solo contribuyó a construir una identidad nacional más inclusiva, sino que también desafió las normas sociales de su época, abriendo camino para futuras generaciones de afrodescendientes.
Ahora bien, resulta que, me topé con un contenido que me dejó pensativo. En él se hacía hincapié en la importancia de analizar cómo determinar una identidad (si una persona pertenece a un lugar u otro). Para eso, habría que tomar en cuenta las realidades intermedias del entorno, es decir, lo local o regional y lo estatal; y que, ello define unas identidades intermedias (identidades regionales de 1er nivel o Mesoidentidad) e (identidades estadales de 2do nivel llamadas Mesoregión). Las de Mesoregión comprenderían las 5 regiones de nuestro estado Miranda (Barlovento, Guarenas-Guatire, Valles del Tuy, Metropolitana y los Altos Mirandinos). Aunque, ese par de niveles también hay que contrastarlos con niveles de macro entorno, como lo es nuestro país (Venezuela) y, a su vez, el entorno Latinoamericano. ¡Menudo asunto!
Entonces, el contexto cultural en el que nacemos y crecemos moldea nuestra identidad de manera profunda y significativa. Nuestras costumbres, tradiciones, gastronomía y creencias son los hilos invisibles que tejen la trama de nuestra existencia, así como, el arte, saberes, héroes y heroínas poco conocidos, lo literario, entre otros. Al analizar estos elementos, podemos desvelar las claves para comprender a una persona, sus orígenes y su pertenencia a un determinado grupo social.
Como puede inferirse, la identidad termina siendo una interacción bien dinámica que implica, asimismo, las diversas formas de relacionarse entre los distintos grupos sociales, el espacio-tiempo en que tengan lugar y por supuesto involucra a la historia (que no está desapegada del macro entorno). Por tanto, es bien importante reforzar nuestra identidad, porque, las grandes potencias nos han demostrado como eso permite el avance de cualquier proyecto de país, necesario para conseguir una verdadera independencia y concretar metas a largo plazo que beneficien a sus pueblos.
Al respecto, les traigo algunas razones que conseguí en mis ratos de lectura, sobre porqué se torna confusa la identidad venezolana. A pesar de habernos independizado hace casi dos siglos, Venezuela sigue lidiando con las secuelas del colonialismo. Nuestra economía, fuertemente dependiente de la exportación de materias primas, es un reflejo de este legado histórico. Según López (2008), esta situación ha dificultado la construcción de una identidad nacional auténtica y cohesionada. Comentó que fue necesario tener una figura para fomentar una identidad “forzada”, debido a la dependencia, que mantuvo nuestro cuando nacimos como república (1830), lo que generó que, aún en pleno siglo XXI, sigamos siendo un país exportador de materias primas.
Otra razón fue que, la Guerra de Independencia no solo fue una lucha por la liberación de Venezuela, sino por la creación de una gran nación que abarcara toda América del Sur. La visión de Simón Bolívar y los demás libertadores era construir una Gran Colombia que unificara a Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá. Según la Carta de Jamaica la “Patria era la América”. Sin embargo, este ambicioso proyecto se vio truncado por las rivalidades entre las élites de Caracas y Bogotá, lo que condujo a la fragmentación del territorio y al nacimiento de la República de Venezuela en 1830.
Es aquí donde se conformaron regiones agroexportadoras (como ciudad-puerto): La Guaira, Cumaná, Puerto Cabello, Angostura y Maracaibo, donde sus pobladores sólo mantenían comunicación directa con España. Es decir, el autor planteaba que NO conformaron una identidad común. Además, quienes vivían en la sociedad colonial del momento en el Oriente, en los Andes, Zulia o Guayana, también se mantenían relacionados con elementos inherentes al imperio español y no entre elementos culturales que les fueran propios (provenientes de intercambios intrarregionales). Entonces, al no formarse un sentimiento de identidad, sencillamente para ellos Venezuela en sí misma, no les significaba patria.
Otro detalle alusivo a desarraigos, fueron las guerras civiles del siglo XIX (se hizo referencia a la guerra civil oriental de 1834, donde las élites buscaban obtener el poder local), además de los intentos separatistas de ciudades como Maracaibo.
En todo caso, se alegó que, una razón de importancia que impidió lograr identidad era que, en la época colonial, al menos un 80% de la población era esclava (sin derecho alguno) o los tenía restringidos (indígenas y pardos) de modo que esos grupos jamás podrían identificarse con una sociedad colonial dominante que los maltrataba y excluía.
Por demás, si bien ocurrieron diversas insurrecciones durante la crisis de la Corona Española, fue la Guerra de Independencia que enfrentó los blancos terratenientes -quienes promovían la independencia (1810-1811)- contra un ejército de esclavos y mestizos (que comandaba Boves) quién, aunque estaba bajo mando español, su objetivo terminó siendo exterminar a los blancos que tenían dominio político-económico sobre el territorio venezolano.
Al final, como la población mantuana se fue agotando, la oligarquía criolla que pretendía la independencia, discurrió aliarse con los pardos y esclavos para poder derrotar a España. Y luego, aunque la sociedad se volvió más igualitaria, la oligarquía criolla refrendó en 1830 la continuidad del régimen esclavista, limitando la participación en los asuntos políticos de quienes no tuvieran bienes de fortuna, es decir, sino tenías cosas, tu opinión era inválida. Para resumir, el grupo social que dominaba, se mantuvo ejerciendo su producción colonial, que después estuvo bajo control del comercio inglés.
Lo anterior me recordó al famoso cantautor jamaiquino Bob Marley, pues, bastante saben los jamaiquinos de opresión, ya que, Jamaica, siendo un país tan caribeño como Venezuela, estuvo bajo dominio del imperio español y luego tomó el turno del yugo Inglaterra, por décadas.
Ahora bien, el autor acotó que una identidad nacional sí fue necesaria para poder dominar –cosa que entendió la élite dominante venezolana del siglo XIX-, sólo que, teníamos tanto en común con otros hermanos latinoamericanos, que se dificultaba la “tarea”:
“…los elementos étnicos comunes a los venezolanos también nos unían con los colombianos, ecuatorianos, peruanos, bolivianos, mexicanos, etcétera. El idioma español, la religión católica, las costumbres heredadas de la España absolutista en su sincretismo colonial con la sociedad autóctona y la mezcla con la población africana esclavizada;…”
Visto lo anterior, es comprensible que nos cueste identificar una identidad. De hecho, me vino a la mente los muchachos del video “Me iría demasiado”. Unos jóvenes que nunca se han sentido venezolanos por haber sido desligados de su contexto; tal vez vivieron su infancia aquí, su adolescencia en Europa o EEUU y, de adultos hayan vivido más en el exterior, por lo cual, al tener una vida multicultural -pero con desarraigo- han sido fácilmente manipulables; no se sienten de aquí, ni de allá; adquieren acentos y culturas foráneas considerándolas propias… ¡tal vez conozcan más de esos países que de Venezuela!
Asimismo, es posible que estos jóvenes desconozcan el peso que tienen conceptos mínimos como soberanía, arraigo, pertenencia, identidad social, patria, etc., debido a venir de familias que les han hecho creer a sus hijos que son europeos, americanos, japoneses, etc. Por supuesto, no tienen una base intelectual-filosófica para comprender la importancia de la unión cívico-militar que logró consolidar el Cmte. Presidente Hugo Chávez, que, actualmente, mantiene nuestro Presidente Nicolás Maduro. Así, bajo ese contexto, para esos jóvenes, es natural que las órdenes que sigan sus padres provengan de países imperiales y así, las aceptan ellos también. Por tanto, no es tarea fácil que asimilen de donde vienen… y quienes son… pues, ¡Son bolivarianos!
Para finalizar, les dejo la traducción de la letra de un tema del revolucionario Bob Marley, para ver porque, cuando alguien piensa (y dice lo que piensa), le puede costar incluso la vida, pues su muerte no fue natural como nos han hecho creer. Pero, sus ideas trascenderán en el tiempo.
Get up, stand up: stand up for your rights!
Get up, stand up: stand up for your rights!
Get up, stand up: stand up for your rights!
Get up, stand up: don’t give up the fight!
¡Levántate, ponte de pie: en defensa de tus derechos!
¡Levántate, ponte de pie: en defensa de tus derechos!
¡Levántate, ponte de pie: en defensa de tus derechos!
¡Levántate, ponte de pie: no renuncies a la lucha!
We sick an tired of-a your ism-skism game –
Dying and going to heaven in-a jesus name, lord.
We know when we understand:
Almighty God is a living man.
You can fool some people sometimes,
But you cant fool all the people all the time.
So now we see the light (what you gonna do?),
We gonna stand up for our rights! (yeah, yeah, yeah!)
Estamos enfermos y cansados de su engañoso juego –
Morir e ir al cielo en nombre de Jesús, Señor.
Sabemos cuando entendemos:
Dios Todopoderoso es un hombre viviente.
Puedes engañar algunas veces a las personas,
Pero no puedes engañar a toda la gente todo el tiempo.
Así que ahora vemos la luz (¿qué vas a hacer?)
¡Vamos a defender tus derechos! (¡Si, Si, SI!)
A modo de conclusión, me quedó con que, ser de Venezuela es un orgullo patrio, pero, además, ser mirandino o mirandina es ¡todo un proceso de exploración personal!
Escríbanme, los leo. Un abrazo fraterno camaradas,
¡Hasta el próximo artículo!
Freddy J. Gutiérrez González
@freddygutierrezgonzalez