
Legalizar el Secuestro y la Extorsión
La reciente propuesta del presidente salvadoreño Nayib Bukele al mandatario venezolano Nicolás Maduro, de intercambiar a 252 venezolanos detenidos en El Salvador por un número igual de presos políticos en Venezuela, no es más que una jugada macabra orquestada por la administración de Donald Trump, que utiliza a Bukele como su carcelero y peón en esta estrategia perversa.
Nayib Bukele: El Carcelero de Trump
Bukele no es el autor intelectual de esta propuesta, sino un simple ejecutor de los designios de Trump, quien ha convertido a El Salvador en un estado carcelario para recibir a migrantes y supuestos criminales deportados desde Estados Unidos, sin garantías legales ni respeto a los derechos humanos. La megacárcel CECOT, símbolo de esta política represiva, alberga a cientos de venezolanos que fueron secuestrados y deportados arbitrariamente, bajo la excusa de combatir pandillas, sin pruebas contundentes y violando el debido proceso.

Un Intercambio que legalizaria el Secuestro.
El intercambio propuesto no es un acuerdo humanitario, sino un chantaje que legitima la práctica del secuestro de personas para obtener rescates políticos. Bukele ofrece a Maduro la liberación de los terroristas presos en Venezuela a cambio de la entrega de venezolanos secuestrados y encarcelados en El Salvador por la política migratoria y de seguridad impuesta por Trump.
Después no es de extrañar que pidan intercambios por petróleo o por reconocimiento de la Sayona y el Inmundo como los reyes de Venezuela.
Este acto Inmundo es inaceptable porque:
- Normaliza el secuestro como herramienta política y diplomática, abriendo un peligroso precedente a nivel mundial, donde gobiernos podrían capturar y retener personas para negociar con otros estados.
- Violenta los derechos humanos fundamentales, al mantener detenidos a migrantes sin acceso a defensa legal ni comunicación con sus familias, en condiciones de aislamiento y desaparición forzada[3].
- Refuerza la alianza perversa entre Trump y Bukele, que convierte a El Salvador en un estado forajido y una extensión del sistema penitenciario estadounidense, donde se externalizan las consecuencias de la política migratoria y represiva de Washington.
Una Práctica Peligrosa para la Paz Mundial
Este intercambio no solo afecta a los involucrados directamente, sino que pone en riesgo la estabilidad y la paz en la región. Legalizar el secuestro y el chantaje político socava los principios de soberanía, justicia y derechos humanos, y fomenta un clima de desconfianza y confrontación entre países.
La propuesta de Nayib Bukele es un reflejo de la subordinación de El Salvador a los intereses imperiales de Estados Unidos y de la complicidad de su gobierno en la violación sistemática de derechos humanos. Bukele no es más que el carcelero de Trump, que usa el chantaje con vidas humanas para fortalecer su imagen autoritaria y satisfacer las demandas del imperio.
La comunidad internacional debe denunciar y rechazar este intercambio inhumano y peligroso. La liberación de presos políticos no puede estar condicionada al secuestro de migrantes y detenidos arbitrariamente. La paz y los derechos humanos no se negocian con chantajes ni con la complicidad de gobiernos serviles al imperialismo.
Este acto de secuestro y chantaje es un atentado contra la dignidad humana y un riesgo para la paz mundial que no podemos permitir.
Bukele y Trump deben ser señalados como responsables de esta política criminal que pone en jaque los valores de justicia y humanidad que defendemos desde Venezuela.
Por: Jesús Sánchez
Militante de la Revolución Bolivariana y de la Paz Mundial.