Trump elegido presidente: riesgos y oportunidades. The Saker

Así que ha sucedido: ¡Hillary no ganó! Lo digo así en vez de «Trump ganó» porque considero lo anterior incluso más importante que lo último. ¿Por qué? Porque no tengo idea de lo que hará Trump. Sin embargo, tengo una excelente idea de lo que Hillary habría hecho: la guerra con Rusia. Trump probablemente no la hará. De hecho, en su discurso de aceptación dijo:

«Quiero decirle a la comunidad mundial que mientras siempre pondremos los intereses de Norteamérica de primero, trataremos con todo el mundo de manera justa, con todo el mundo. Con todos, y con todas las naciones. Buscaremos mutuos intereses, no hostilidad; asociación, no conflicto».

Y la respuesta de Putin fue inmediata:

«Escuchamos las declaraciones que hizo el candidato a la presidencia expresando el deseo de restaurar las relaciones con nuestros países. Nos dimos cuenta y entendemos que esto no será un camino fácil dado el nivel en que se han degradado nuestras relaciones hasta hoy, lamentablemente. Pero, como he dicho antes, no es culpa de Rusia que nuestras relaciones con los Estados Unidos hayan alcanzado este punto.

«Rusia busca y está lista para regresar a las relaciones a cabalidad con los Estados Unidos. Déjenme decirlo otra vez que esto no será fácil, pero estamos listos para tomar este camino, tomar pasos de nuestro lado y haremos lo que podamos para devolver las relaciones entre rusos y estadounidenses a una vía estable y planificada.

«Esto beneficiaría a ambos pueblos, rusos y norteamericanos, y tendría un impacto positivo en el clima general de los asuntos internacionales, dada la particular responsabilidad que Rusia y los Estados Unidos comparten en el mantenimiento de la estabilidad y la seguridad global».

Este mismo intercambio es razón suficiente para el planeta entero para regocijarse por la derrota de Hillary y la victoria de Trump.

Ahora, ¿Trump tendrá el coraje, la voluntad y la inteligencia para purgar del ejecutivo estadounidense de la camarilla neocon que se ha estado infiltrando durante décadas? ¿Tendrá la fuerza para confrontar un Congreso y medios de propaganda extremadamente hostiles? ¿O tratará de encontrarse en una línea intermedia con ellos y esperará ingenuamente que no usarán su poder, dinero e influencia para sabotear su presidencia?

No lo sé. Nadie lo sabe.

Hillary vs. Trump = guerra o paz

Uno de los primeros signos a observar serán los nombres y los antecedentes de la gente que designará para su nueva administración. Especialmente la Jefatura del Gabinete y la Secretaría de Estado.

Siempre he dicho que la elección por el mal menor es moralmente incorrecto y pragmáticamente erróneo. Aún lo creo. En este caso, independientemente, el mal mayor era la guerra termonuclear con Rusia y el mal menor resultó ser el que gradualmente abandonará el Imperio para salvar a los Estados Unidos en vez de sacrificarlo por las necesidades del Imperio. En el caso de Hillary contra Trump la elección era simple: guerra o paz.

A Trump ya se le puede atribuir un inmenso logro: su campaña ha forzado a los medios corporativos estadounidenses a mostrar su verdadera cara: la de una maligna, mentirosa y moralmente corrupta máquina de propaganda. El pueblo norteamericano con su voto ha premiado a los medios con un gigantesco «¡j*dete!», un voto de no confianza y de total rechazo que demolerá para siempre la credibilidad de la máquina de propaganda del Imperio.

No soy tan ingenuo como para no darme cuenta de que el milmillonario Donald Trump forma parte del 1%, un producto puro de la oligarquía estadounidense. Pero tampoco soy tan ignorante de la historia para olvidar que las élites se vuelven contra sí, especialmente cuando su régimen se ve amenazado. ¿Necesito recordarles que Putin también vino de las élites soviéticas?

Idealmente, el próximo paso sería una reunión entre Trump y Putin, con todos sus ministros claves, en una larga semana de negociaciones como los acuerdos de Camp David, en donde todas y cada una de las disputas sin resolver deberían ponerse sobre la mesa con compromisos deseados en cada caso. Paradójicamente, esto podría ser bastante fácil: la crisis en Europa es enteramente artificial, la guerra en Siria tiene una solución absolutamente obvia, y el orden internacional puede fácilmente adaptarse a unos Estados Unidos que pudiera «tratarse con todo el mundo de manera justa, con todo el mundo. Con todos y con todas las naciones» y «buscar intereses comunes, no hostilidad; asociación, no conflicto». La verdad es que los Estados Unidos y Rusia no tienen razones objetivas para entrar en conflicto. Sólo diferencias ideológicas que resultan directamente de la ideología demente del imperialismo mesiánico de aquellos que creen, o pretenden creer, que los Estados Unidos es una «nación indispensable». Lo que el mundo quiere -necesita- es a los Estados Unidos como una nación «normal».

¿El peor caso? Que Trump pudiera resultar un fraude. Personalmente lo dudo mucho, pero admito que esto es posible. Más probable es que él no tenga la previsión y el coraje para arrollar a los neoconservadores y tratara de aplacarlos. Si no lo hace, ellos en cambio lo arrollarán a él. Es un hecho que mientras la administración ha cambiado cada cuatro u ocho años, no así el régimen en el poder, y las políticas internas y foráneas estadounidenses han sido increíblemente consistentes desde el término de la Segunda Guerra Mundial. ¿Trump no sólo traerá consigo una nueva administración sino un real «cambio de régimen»? No lo sé.

El Imperio está llegando a su fin

Sin cometer errores: incluso si Trump termina decepcionando a aquellos que creyeron en él, lo que sucedió hoy ha dado un golpe de gracia al Imperio. «Ocupa Wall Street» no tuvo éxito en lograr nada tangible, pero la noción del «gobierno del 1%» emergió de ese movimiento y se ha mantenido. Esto es un golpe directo a la credibilidad y la legitimidad del orden socio-político entero de los Estados Unidos: lejos de ser una democracia, es una plutocracia oligárquica. Hoy, casi todo el mundo está de acuerdo con eso. Asimismo, la elección de Trump ya ha probado que los medios estadounidenses son prostitutas y que la mayoría del pueblo norteamericano odia a la clase gobernante. Otra vez, este es un golpe directo a la credibilidad y la legitimidad de todo el orden socio-político. Cada uno de los mitos fundadores del Imperio norteamericano se están estrellando y lo que queda es un sistema que sólo puede gobernarse con la fuerza.

El escritor soviético Alexander Solzhenitsyn solía decir que los regímenes pueden ser medidos dentro de un espectro que va desde aquellos cuya autoridad es su poder hasta aquellos cuyo poder reside en su autoridad. En el caso de los Estados Unidos ahora vemos claramente que el régimen no tiene más autoridad que su poder y que eso lo hace ilegítimo e insostenible.

Finalmente, sin importar si las élites estadounidenses pueden aceptar esto o no, el Imperio norteamericano está llegando a su fin. Con Hillary, hubiéramos tenido una especie de negación a lo Titanic hasta el último momento, que bien pudo haber surgido en la forma de un hongo nuclear sobre Washington DC. Trump, sin importar cómo, es posible que use lo que queda del poder de los Estados Unidos para negociar el ocaso de su hegemonía para que su país quede en las mejores condiciones. Francamente, estoy bastante seguro de que todos los líderes claves del mundo se darán cuenta de que está en sus intereses hacer muchas (razonables) concesiones a Trump en la medida de lo posible y trabajar con él, en vez de negociar con la gente que acaba de sacar del poder.

Si Trump puede cumplir con sus promesas de campaña, encontrará socios sólidos y confiables como Vladimir Putin y Xi Jinping. Ni Rusia ni China tienen nada que ganar de una confrontación o, mucho menos, de un conflicto con los Estados Unidos. ¿Trump tendrá la sabiduría para darse cuenta de esto y usarlo en beneficio de su país? ¿O continuará con la retórica anti-china y anti-iraní?

Sólo el tiempo lo dirá.


Publicado originalmente en el blog The Vineyard of The Saker. La traducción para Misión Verdad fue realizada por Ernesto Cazal.