Con bombos y platillos fue anunciada la llegada del vicepresidente estadounidense Mike Pence a la convocada reunión especial del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), con la intención de apoyar la agenda intervencionista contra Cuba y Venezuela, las dos «dictaduras» que hay en el continente según Luis Almagro, y contra el gobierno sandinista de Nicaragua.
Se suponía una sesión más amenazante con respecto a las sanciones que Pence supuestamente proclamaría como nuevo estadio en las agresiones sobre Venezuela. Sin embargo, fue más un saludo a la bandera que una verdadera movida de ajedrez para poner en jaque al gobierno del presidente Nicolás Maduro.
El discurso del número 2 de la Casa Blanca se basó en nombrar lo que ya el secretario general de la OEA suele decir en sus comunicaciones sobre nuestro país en torno a una supuesta «crisis humanitaria», las alianzas del chavismo con el «terrorismo» internacional y el «crimen organizado». Lo que tendría que traducirse en una «intervención humanitaria» occidental.
Además del rápido discurso, en el que también abogó por la suspensión de Venezuela de la OEA, Pence enumeró algunas falacias que valen la pena tomar en cuenta ya que forman parte de la caracterización que medios y políticos antichavistas cartelizan en detrimento de los intereses nacionales venezolanos.
Falacia electoral
«No habrá una verdadera elección en Venezuela el 20 de mayo y el mundo lo sabe. Será una elección falsa», dijo Pence en compañía del lobby antivenezolano.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano es reconocido mundialmente como uno de los más confiables, que garantiza la operatividad transparente del sistema electoral, perfectamente auditable.
Son más de 15 las garantías que otorga el CNE, descritas en detalle aquí para las venideras elecciones de mayo.
Justamente, el Gobierno Bolivariano emprendió una campaña global en distintos países para explicar todo el proceso de sufragio en Venezuela, que cuenta con tecnología de punta a los fines electorales, debido a la manida satanización por parte de EEUU y sus socios del CNE.
Otros datos a tener en cuenta que desmontan la falacia electoral de Pence: son cinco los candidatos presidenciales (y 12 partidos políticos) a las elecciones presidenciales del 20 de mayo, de los cuales cuatro son antichavistas, lo que desmonta la versión de una parcialización política por parte del CNE. Además son 15 las auditorías que blindan a los comicios electorales antes y después de la jornada.
Falacia migratoria
«Cada día 5 mil venezolanos huyen de su patria, siendo el mayor éxodo masivo en la historia», también dijo Pence.
Bien es cierto que de Venezuela han salido muchos connacionales en los últimos años, debido a la compleja situación que vive la población producto de las asimetrías económicas y financieras fabricadas por agentes foráneos e internos, de cara al cambio de régimen tan pregonado por el antichavismo. Pero vale la pena resumir algunas claves.
Las causas migratorias tienen muchas aristas y algunos mitos establecidos a cuestionar, entre ellos, que la situación del país es «insostenible» y por ello la población «huye» hacia otras oportunidades más fértiles en términos de calidad de vida. Está instalado un imaginario mediático-político de «masiva migración», donde unas organizaciones calculan hasta 4 millones de venezolanos que salieron al exterior en los últimos años (muchos de ellos en supuesta calidad de «refugiados»), mientras que otras encuentras (que no «pecan» precisamente de chavistas) dan unos 700 mil y hasta 1 millón en los dos años precedentes.
Lo que poco se anuncia en cuanto a la migración venezolana son los factores subjetivos que llevan a la gente a trabajar afuera para, por nombrar un ejemplo, mandar remesas a familiares para aprovechar la asimetría cambiaria que padece la clase trabajadora en Venezuela, ya que los comercios usan los marcadores del mercado negro de divisas para subir los precios de los productos y servicios. En ese marco se mueven muchos migrantes, más allá del «desastre humanitario» que tanto anuncia Occidente.
Lo cierto es que ni «5 mil personas huyen de su patria» todos los días, ni es «el mayor éxodo masivo en la historia». La cifra no tiene sustento alguno en ninguna fuente, y de paso el país que tiene más desplazados internos (7 millones) y migrantes en el mundo es nuestra vecina Colombia, con unos 5 millones de colombianos que nada más han cruzado la frontera hacia Venezuela para huir de la guerra civil.
Falacia narco
«Estados Unidos ha designado a tres venezolanos como testaferros de las drogas, hemos congelados sus activos», dijo el vicepresidente gringo. Así refuerza la línea que pone a Venezuela en la cabeza del narcotráfico regional, obviando a Colombia como un verdadero narcoestado bajo la tutela estadounidense.
Mientras Venezuela semana tras semana confisca y desmantela grupos delictivos relacionados con el narco (el último parte dice que el Gobierno Bolivariano ha confiscado más de 11 toneladas de drogas en lo que va de año 2018), EEUU posee la red de narcotráfico más grande del mundo, con un mercado opulento a lo interno de Norteamérica y miles de millones lavados a través de bancos que oxigenan el sistema financiero occidental frente a la crisis del modelo capitalista actual.
Las conexiones de la DEA y de la CIA con el narco global han sido expuestas múltiples veces por periodistas, políticos y ex capos de la droga, que han confesado el magro papel que ha tenido EEUU en la expansión de actividades delictivas de este orden en varias partes del mundo.
Parece entonces que es una regla estadounidense el acusar a otros de lo que abunda en las entrañas de Washington, Los Angeles y New York.
Falacia corrupción
Pence cuestionó la corrupción existente en el Gobierno venezolano, sin embargo no mencionó la crítica batalla que se hace desde el Ministerio Público desde que Tarek W. Saab fue nombrado por la Asamblea Nacional Constituyente contra los actores corruptos en el Estado venezolano.
Distintas operaciones se han llevado a cabo en PDVSA y otros entes estatales que han llevado ante la justicia a decenas de personas, entre ellos altos directivos que hasta hace poco parecían «intocables». A su vez, el Estado a través de las operaciones anticorrupción han rescatado bienes materiales y monetarias de mafias que pretendían privatizar insumos públicos para el lucro personal.
Llama asimismo la atención que se apunte a Venezuela sobre este tema cuando los diferentes presidentes y altos políticos del llamado Grupo de Lima (asistentes en la última Cumbre de las Américas) son investigados por causas de corrupción, algunos de ellos comprobados y con no pocos grados de impunidad.
Son esos mismos políticos los socios de EEUU (ni hablar del caído Pedro Pablo Kuczynski) que Pence presiona para que tomen acciones conjuntas contra Venezuela. No sorprende, por ello, el doble rasero de las declaraciones de Pence.
Otros detalles de Pence
Entre los comentarios masticados ya por Almagro, Mike Pence aprovechó la ocasión para ordenar a sus aliados en Latinoamérica apoyar las sanciones contra Venezuela para avanzar en el cambio de régimen tan anunciado. El bloqueo financiero que impuso la Administración Trump al país es uno de los capítulos a revisar en la agenda de EEUU con respecto al Grupo de Lima.
Por otro lado, el vicepresidente gringo urgió a los demás países de la región a restringir las visas de funcionarios y dirigentes del chavismo con el objeto de negar el acceso de estos a los diferentes países del continente, con el claro objetivo de generar un aislamiento diplomático e inmovilzar la política exterior venezolana. Ello sería una actualización oficial del bloqueo diplomático vectorizado por el Grupo de Lima, fiel agrupación de países a los intereses estadounidenses.
La suspensión de Venezuela de la OEA es otro requisito que cuenta con una dificultad previa: EEUU y Almagro aún no cuentan con los 24 votos necesarios en el seno de la Asamblea General de la organización multilateral para tomar esa acción. Por lo que parece una certeza que en el futuro nuestro país se retire de la entidad regional en 2019 como ya lo anunció el Gobierno Bolivariano el año pasado.
Lo que se debe tomar en cuenta de esta reunión extraordinaria y televisada en Washington para demonizar a los gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua, es la impronta en la decisión de EEUU y el presidente Donald Trump de actuar con mayor beligerancia sobre las soberanías amenazadas en la región. Más que una convergencia en la «lucha por la libertad y democracia» en los países mencionados, resultó una declaración de guerra de Pence más a tono con las acciones que toma la Casa Blanca.
Seguro vendrán más sanciones contra el país, cada vez más beligerantes, que signifiquen un factor importante en la dinamización de la agenda pro-intervención, poniendo la economía y las finanzas venezolanas bajo asedio. Esa es la advertencia principal de Pence, más allá de las falacias.