Las elecciones no resuelven nada

Por: Néstor Francia 

¿Por qué alguien como yo, que piensa lo que dice el título de este artículo, va a votar mañana por Nicolás Maduro? Conste que esto no es campaña, no le estoy diciendo a nadie que vote como yo, solo hablo con base en mi libérrimo albedrío. Yo más bien quedé harto de la campaña, de los jingles, de las promesas, de las frases hechas. Conste, igualmente, que no soy gobiernero, Dios me libre. Yo clasifico los gobiernos del mundo en tres categorías: malos, peores y pésimos. Esto tiene fundamento en el hecho de que soy socialista radical y entiendo que el socialismo privilegia la participación por encima de la representación ¿Ocurre esto en alguna parte hoy por hoy? Claro que no, así que ningún gobierno clasifica en la categoría ideal: un buen gobierno sería el gobierno del pueblo de verdad, verdad, el poder cotidiano de la gente de a pie, en cada rincón, en todos los asuntos, con un mínimo de representación y un máximo de participación, con un mínimo de burocratismo y un máximo de eficiencia. Es como dije hace años en un Congreso Mundial de Filosofía: tanta participación como sea posible, tanta representación como sea necesaria. En mi clasificación personal, nuestro gobierno está en el tope, es tan solo e inevitablemente un mal gobierno. Todos los gobiernos de derecha son peores y algunos, como el de Trump y el de Santos, son pésimos.

Creo que no habrá que insistir demasiado en que el lunes 21 de mayo amaneceremos con los problemas cruditos. La inflación aplastante, los eventuales apagones, el calvario de las medicinas, los frecuentes cortes de agua, la tortura de los bancos, los excesos de los bachaqueros, el caradurismo de Borges, Ledezma y María Corina Machado ¿Estará el Gobierno en capacidad de enfrentar con éxito el cúmulo de dificultades? ¡Vaya usted a saber! Todos deseamos y esperamos que así sea, que poco a poco salgamos de este hueco en que hemos caído (o en el que nos han metido el imperialismo, el capitalismo, el burocratismo y la ineficiencia)

¿Será cierto que Maduro va a enfrentar de verdad lo malo de la gestión gubernamental? ¡Quién sabe! El ha dicho cosas que los medios del Estado se empeñan en poner de lado en función de la propaganda. Sacan con pinzas cualquier cosa que suene a crítica. Eso está también entre las cosas que habría que cambiar. Fíjese el lector lo que expresó el Presidente en el mitin del cierre de campaña: «Hay muchas cosas que están mal y hay que rectificarlas, no podemos taparnos los ojos y no ver lo que está mal, hay mucha corrupción por ahí regada que hay que acabar y enfrentar, hay mucho burocratismo y mucho burócrata que toma sus decisiones en sus oficinas con aire acondicionado y se olvidan del pueblo». Si yo digo cosas como esta, más de un chavista me tuerce los ojos.

La lucha contra la corrupción y el burocratismo es muy difícil, porque el burocratismo y la corrupción anidan en el poder, y se ven ayudados por un Estado que ha cambiado muy poco, sigue siendo el mismo aparato moroso, artificialmente complicado, enfermo de elefantismo, el mismo Estado burgués en el que vegetan trepadores y oportunistas. No son todos, es verdad, pero sí los suficientes para echar vaina cada día, porque suelen estar bien ubicados en el armatoste. El burocratismo se defiende y se va a defender como gato panza arriba, eso hay que saberlo para poder enfrentarlo con toda la fuerza que se necesita, lo cual va a ser imposible si los revolucionarios no afinamos nuestra función crítica y desechamos el conformismo y el jalabolismo del cual también ha hablado Maduro.

Aquí podríamos continuar con un catálogo de los males que nos agobian. Hay que saberlo, reconocerlo y saber que las elecciones no resuelven nada, y que las verdaderas victorias estratégicas esperan por un gran ejercicio de lucidez y esfuerzo colectivo y aun así nada está garantizado. El enemigo histórico de los pueblos no descansará, seguirá martillando y martillando, tallando la recuperación de los espacios que ha perdido.

¿Que por qué voto por Maduro? No porque esté contento con el Gobierno, no lo estoy, a mí no me vieron bailando en la calle durante la campaña. Hay varios personeros de este gobierno que no los trago ni con soda. Sé de más de uno que se da la buena vida mientras el pueblo está jodido. Yo sí digo estas cosas, porque no aspiro a nada, no quiero altos cargos ni que la dirigencia toda me quiera y me mime. No tengo problemas afectivos, si alguien me quiere o no me quiere, ese es problema suyo. Mi problema es a quién quiero yo, porque el amor es una joya que se entrega y no una dádiva que se espera. Que me quiera a quien yo quiero, eso sí es sabroso, como los sabios versos populares que recuerdo: «Que bueno es comer con hambre/ y beber agua con sed /conversar con quien te escuche / y pedirle a quien te dé»

¿Que por qué voto por Maduro? Porque soy antiimperialista, y sé que ese es el gran problema de la época en que me toco vivir, terminar de empujar hacia el abismo al Imperio que irrespeta, roba, asesina y pretende burlarse de los pueblos. Eso sí me gusta de verdad de Maduro, ese plantársele a los poderosos del mundo y cantárselas claras, sin complejos, sin miedo. Ojalá pueda encabezar este camarada los muchos y grandes cambios que necesitamos, y ojalá seamos capaces de ayudarlo. Pero por ahora me basta con que trate de imbécil al CÑM de Santos. Así es que se gobierna contra el imperialismo.