Mientras Marcelo chupaba su mate amargo, pensaba.
Yo sé cuando él va a decirme algo porque el Mate me lo anuncia. ¿En qué andará pensando el hombre y qué cosas me irá a decir? El olor del yuyo me lo dice antes. Es una yerba agria de la Pampa que no siempre macera ni usa. Sólo en ocaciones como éstas, pero su taconeo sobre la madera que le añadió a un pedazo de huerto que hizo con los chicos, con los hijos, que hoy le trajeron una botella de vino de Mendoza por “lo del Padreâ€, como dicen ellos, ese taconeo nervioso que es como un campanario de su timidez, me dice que cuando menos lo espere me va a preguntar de cualquier modo:
-¿Vos sabés algo de economía, verdad Marucha?
Que diablos voy a saber de economía -le respondo -no es una disciplina para mi.
-¿Vos que sabés de esa Pascualina Cursio? Qué apellido tan nuestro, verdad, tan del Bajo Flores, allá donde me conociste. Recordás a esos Cursios que eran hijos de unos Montoneros que mataron después de la masacre de La Tablada?
-Claro, mi amor. Chacho, Julito, si los recuerdo. Le pregunto a qué viene lo de la Doctora Pascualina.
-No, por nada importante, olvidálo -me dice-. Es que estaba leyendo a ese tal Schemel y me confundí. Serán ambos argentinos? El Presidente Maduro dijo que el Schemel es su asesor, te acordás? Pero él es empresario y Constituyente, cierto?
-Imaginate, el asesor del Presidente ha dicho que más del no sé cuanto por ciento quiere que Maduro se vaya. Que coño puede ser asesor ese pelotudo, ah, decíme vos?
Estas conversaciones, este tipo de arrebatos suyos son así, arrebatos fulminantes. Marcelo quiere entender la política de Venezuela como si leyera Página 12 y no 15 y Ultimo de Luis Sálas, que sabe mucho pero no lo dice todo, no sé si porque se hace el duro o porque no quiere que sepan que el sabe dónde está el meollo del problema, o, porque después de haber sido Vicepresidente del área pasó a ser opinador en una web dedicada a los problemas del Cono Monetario, guerra de precios, sueldos y salarios y desde allí se siente mejor. Le he dicho a Marcelo que lea su publicación, y le he dado algunos libros de Giordani, de Fernando Travieso y discursos de Chávez sobre el tema económico y petrolero.
Pero ahora me pregunta por Schemel. Y por la Cursio.
No sé qué responderle. La verdad es que -le dije- algo debe hacer la gente. Nosotros los pelabolas, porque el gobierno no entiende la política ni la economía. Algo, le digo, algo bueno y efectivo, que no sea demoler a golpes a nadie.
¡Mucha ignorancia! -me dice Marcelo – abriéndose paso rumbo a la calle. Y grita en el marco de la puerta:
-Viva mi General Perón, carajo!