por Panza: ¿El mito nacional? Es preferible importarlo que construirlo aquí. El más reciente ejemplo se ve en un estado central donde Drácula es la figura de autoridad y justicia. Y no precisamente el de Bram Stoker, sino el de un comediante que se gana la vida ridiculizándonos. Sin embargo, el mito de Drácula se ajusta parcialmente a nuestra situación, como símbolo de un muerto que se alimenta de la sangre de los vivos: un constituyente exministro de economía que aboga por el levantamiento del control cambiario, calificándolo de inútil, un ejército de profesionales formados gratuitamente por el estado se fuga en desbandada, el contrabando de extracción alcanza niveles inéditos, y la diferencia entre ingreso y gasto en divisa insinúa una sangría oculta.
Marte: ¿Querrá sangre joven nuestro vampiro vernáculo y por eso importa buses escolares? Lo digo por los resultados, más bien pareciera que es Nosferatu de Herzog quien actúa por estos lares. A lo mejor nuestro vampiro pueda ser más eficiente para salvar a Quimbiotec, esa empresa pública que se dedica a producir derivados sanguíneos y se encuentra agonizando.
Continuaremos hablando, Cesar.