BEIJING, 25 abr (Xinhua) — A continuación presentamos el texto íntegro del Registro de Derechos Humanos de Estados Unidos en 2017, publicado el martes en Beijing por la Oficina de Información del Consejo de Estado (gabinete de China):
Registro de Derechos Humanos de Estados Unidos en 2017
Oficina de Información del Consejo de Estado de la República Popular China
Abril de 2018
Prólogo:
El 20 de abril, hora local, el Departamento de Estado de Estados Unidos publicó sus informes por países sobre las prácticas en materia de derechos humanos en 2017 y se presentó una vez más como «el guardián de los derechos humanos» y como un supuesto «juez de los derechos humanos». Volvió a señalar con el dedo y a atribuir culpas sin fundamento en materia de asuntos internos y en relación con la situación de los derechos humanos en otros países como si tuviese la mejor situación del mundo en este aspecto. Sin embargo, al volver la vista atrás a lo acontecido en 2017, incluso aquellos que tienen un menor sentido de la rectitud se darán cuenta de que el registro de los derechos humanos en Estados Unidos volvió a mostrar manchas y una tendencia continuada al deterioro.
— La noche del 1 de octubre de 2017, casi 60 personas fueron asesinadas y más de 800 resultaron heridas en un tiroteo contra una multitud en Las Vegas, el suceso de este tipo con un mayor número de muertes en la historia moderna de EE.UU.
— En agosto de 2017, supremacistas blancos se manifestaron en Charlottesville coreando eslóganes nazis en la que fue «la mayor reunión motivada por odio en décadas».
— Artículos publicado en los sitios web de The Atlantic y el New York Times citaban encuestas realizadas entre expertos estadounidenses que revelaban que la mayoría de los participantes dijo opinar que la democracia en Estados Unidos lleva décadas estancada y que se está ahogando en dinero.
— Una investigación de Martin Gilens, un profesor de política de la Universidad de Princeton, mostró que las políticas económicas estadounidenses de los últimos 40 años «reflejan nítidamente las preferencias de los más acomodados, pero prácticamente no tienen relación con las preferencias de los estadounidenses pobres o con ingresos medios».
— Un estudio del Registro Nacional de Exculpaciones de Estados Unidos publicado el 7 de marzo de 2017 mostró que los estadounidenses negros tenían siete veces más probabilidades de ser condenados injustamente por asesinato que los blancos. En lo que se refiere a los delitos relacionados con drogas, los estadounidenses negros tienen unas 12 veces más probabilidades de que se les aplique una condena equivocada que las personas blancas inocentes. Los infractores varones negros fueron condenados, de media, a penas un 19,1 por ciento más largas que aquellos infractores varones blancos en «situación similar».
— El Instituto de Política Económica publicó el 13 de febrero de 2017 un informe en el que afirma que la riqueza media de las familias blancas es siete veces superior a la riqueza media de las familias negras y que la mediana de la riqueza de los blancos es 12 veces superior a la mediana de la riqueza de los negros. Más de uno de cada cuatro hogares negros tenía un patrimonio neto de cero o negativo.
— En los sitios web del Guardian y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas se informó en diciembre de 2017 de que 52,3 millones de estadounidenses vivían en «comunidades empobrecidas económicamente» y de que 18,5 millones vivían en una situación de pobreza profunda.
— Una información de la BBC del 11 de diciembre de 2017 indicaba que, entre quienes se encuentran en situación de pobreza en Estados Unidos, hay unos 13,3 millones de niños, el 18 por ciento de la población de menos de 18 años. Las estadísticas del Instituto Urbano de Estados Unidos revelaron que cerca de nueve millones de niños de Estados Unidos (el 11,8 por ciento de los menores del país) crecerán en familias persistentemente pobres.
I. Serias vulneraciones de los derechos civiles
Los delitos violentos fueron en aumento en Estados Unidos; el gobierno no ejerció un control efectivo sobre las armas, lo que causó un continuo incremento de los incidentes con las mismas; los abusos de poder por parte de la policía provocaron protestas masivas y la vigilancia del gobierno vulneró la privacidad individual. Como resultado, los derechos civiles del pueblo estadounidense, en especial el derecho a la vida y el derecho a la libertad, se vieron seriamente amenazados.
Los delitos violentos fueron en aumento en Estados Unidos. Según el informe anual del FBI sobre las estadísticas nacionales de delitos publicado en septiembre de 2017, hubo una cantidad estimada de 1,2 millones de delitos violentos en Estados Unidos en 2016, un aumento del 4,1 por ciento con respecto a 2015. Esto indica que la tasa estimada de crímenes violentos fue de 386,3 por cada 100.000 habitantes, un 3,4 por ciento más que en 2015. Los casos estimados de agresiones con agravantes, asesinatos y violaciones se incrementaron un 5,1, un 8,6 y un 4,9 por ciento, respectivamente, en 2016 en el país, en comparación con la estimación de 2015 (www.fbi.gov, ucr.fbi.gov, septiembre de 2017).
El ineficiente control sobre las armas causó un crecimiento constante de la violencia relacionada con las mismas en Estados Unidos. Una encuesta del Centro de Estudios Pew muestra que al menos dos tercios de los estadounidenses entrevistados había vivido en un hogar con un arma en algún momento de su vida (www.pewsocialtrends.org, 22 de junio de 2017). El 73 por ciento de los homicidios por los cuales el FBI recibió información de armas en 2016 estaba relacionado con el uso de armas de fuego, según el informe anual del FBI sobre las estadísticas de delitos publicado en septiembre de 2017 (www.ucr.fbi.gov, septiembre de 2017). Según el Archivo de Violencia con Armas de 2017, hasta el 25 de diciembre el número total de incidentes en Estados Unidos era de 60.091 y en los mismos habían muerto 15.182 personas y 30.619 habían quedado heridas. De los incidentes, 338 fueron tiroteos masivos (www.gunviolencearchive.org, 25 de diciembre de 2017). El 1 de octubre de 2017, un pistolero, identificado como Stephen Paddock, residente de Nevada de 64 años, abrió fuego desde el piso 32 del hotel Mandalay Bay de Las Vegas contra una multitud que estaba en un festival de música al aire libre al que asistieron 22.000 personas. Murieron cerca de 60 personas y en torno a 500 resultaron heridas en este tiroteo, el más mortífero de la historia moderna de EE.UU. (www.bbc.com, 2 de octubre de 2017). La policía encontró 42 armas de fuego, miles de balas y explosivos en la habitación del hotel y en la vivienda de Paddock. El 5 de noviembre de 2017, al menos 26 personas fallecieron y 20 quedaron heridas después de que un hombre vestido de negro entrase en la Primera Iglesia Baptista de Sutherland Springs, en Texas, armado con un rifle y comenzase a disparar contra la congregación. Las víctimas tenían entre cinco y 72 años.
La policía estadounidense abusó de su poder en la aplicación de la ley. De acuerdo con las estadísticas publicadas por el FBI, las fuerzas del orden practicaron 10.662.252 arrestos estimados en todo el país en 2016. (Nota: El Programa UCR no incorpora los datos de las citaciones por infracciones de tráfico). La tasa de arrestos de Estados Unidos en 2016 fue de 3.298,5 por cada 100.000 habitantes (ucr.fbi.gov, septiembre de 2017). De acuerdo con la base de datos Fatal Force del Washington Post, 987 personas recibieron disparos de la policía en 2017. Este periódico informó el 26 de julio de 2017 de que los agentes estadounidenses habían disparado y provocado la muerte de un hombre al tratar de cumplir una orden en la casa equivocada. No había una orden de arresto contra el hombre, que no tenía antecedentes penales. Las estadísticas difundidas por el Centro de Estudios Pew el 11 de enero de 2017 muestran que desde 2015 casi 500 ciudadanos negros recibieron disparos mortales de la policía (www.pewsocialtrends.org, 11 de enero de 2017). El Huffington Post publicó el 7 de noviembre de 2017 que dos investigadores de la policía estadounidense, Eddie Martins, de 37 años, y Richard Hall, de 33, habían sido arrestados por acusaciones entre las que se incluía la violación de una mujer en un furgón policial en Nueva York tras descubrir que llevaba marihuana y pastillas antidepresivas.
La aplicación de la ley de forma violenta por parte de la policía estadounidense desencadenó protestas masivas en Estados Unidos. El 22 de febrero de 2017 centenares de personas salieron a las calles de Anaheim, en California, en una protesta iniciada a raíz de una grabación de vídeo en la que se veía a un policía de Los Ángeles fuera de servicio disparando con su arma en un enfrentamiento con unos adolescentes el día anterior. La policía informó de que había arrestado a 23 personas en las protestas (www.washingtonpost.com, 23 de febrero de 2017). En Saint Louis manifestantes bloquearon carreteras, dañaron propiedades públicas y privadas, rompieron ventanas, lanzaron piedras a la casa del alcalde y lanzaron ladrillos a los agentes el 15 de septiembre de 2017, después de que un expolicía blanco fuese absuelto ese mismo día de las acusaciones de haber disparado y matado a un hombre negro en 2011. Fueron arrestados 32 de los asistentes a las protestas. «Una y otra vez la policía mata a hombres afroamericanos y nadie paga por ello», dijo uno de los manifestantes (abcnews.go.com, 16 de septiembre de 2017).
La vigilancia en internet por parte del gobierno de Estados Unidos vulneró la privacidad individual. Según una información del Daily Mail del 6 de abril de 2017, Twitter rechazó una petición del gobierno para que revelase quién estaba detrás de una cuenta crítica con las duras políticas de inmigración del presidente, Donald Trump. La empresa presentó un litigio federal para bloquear la orden en el que citaba la libertad de expresión como base para no entregar registros sobre la cuenta. El New York Times publicó el 13 de septiembre de 2017 que hubo casi 15.000 registros forzosos de teléfonos o computadoras portátiles en Estados Unidos entre octubre de 2016 y marzo de 2017, en comparación con los 8.383 del mismo periodo de un año antes. De acuerdo con una información del Independent del 27 de septiembre de 2017, el gobierno estadounidense informó discretamente de que tenía previsto continuar reuniendo información de las redes sociales sobre los inmigrantes en Estados Unidos, una política que preocupa a los expertos por los abusos en materia de privacidad y por la ineficiencia. César Cuauhtémoc García Hernández, un profesor de derecho asociado de la Facultad de Derecho de Sturm de la Universidad de Denver, manifestó que hacer un seguimiento de las cuentas en las redes sociales podría tener un efecto desincentivador en la libertad de expresión. El Departamento de Justicia de EE.UU. estaba investigando a los manifestantes que se acogieron a sus derechos recogidos en la Primera Enmienda de libertad de reunión en la toma de posesión de Donald Trump en enero de 2017. El Departamento de Justicia ha pedido a la empresa DreamHost que entregue 1,3 millones de direcciones IP de personas que visitaron el sitio web utilizado para coordinar las protestas del día de la toma de posesión (edition.cnn.com, 17 de agosto de 2017).
II. La discriminación racial sistemática agrava la fractura social
Los problemas de discriminación por motivos de raza existentes en Estados Unidos no se han suavizado, sino que las relaciones raciales siguen empeorando. El antagonismo social se ha intensificado y se han producido con frecuencia conflictos raciales.
Existe una discriminación racial sistemática en la aplicación de la ley y en los órganos judiciales. De acuerdo con la información publicada en el sitio web del Huffington Post el 18 de noviembre de 2017, un documento de la Comisión de Condenas de Estados Unidos difundido en noviembre dice que los infractores varones negros fueron condenados a penas un 19,1 por ciento más largas de media que aquellos varones blancos infractores que se encontraban en «situaciones similares». Según el estudio del Registro Nacional de Exculpaciones, publicado el 7 de marzo de 2017 y que examina casos desde 1989 hasta octubre de 2016, los afroamericanos tienen muchas más probabilidades que las personas blancas de ser condenados injustamente por delitos como asesinato, agresión sexual y actividades ilegales relacionadas con la droga. De los 1.900 acusados condenados por delitos y posteriormente exculpados, el 47 por ciento eran afroamericanos –tres veces su representación en la población– (www.aljazeera.com, 8 de marzo de 2017). De acuerdo con un informe del Stanford Open Policing Project publicado el 19 de junio de 2017 y basado en el análisis de más de 60 millones de altos dados por la policía en 20 estados, los conductores negros y de origen latinoamericano se enfrentan a un doble rasero y los agentes necesitan muchas menos sospechas para registrarlos que en el caso de los conductores blancos. Los conductores afroamericanos y latinoamericanos tienen el doble de probabilidades de que los registren que los blancos. Una vez que los han parado, los negros y latinos son multados, registrados y arrestados más a menudo que los blancos. Por ejemplo, cuando los paran por exceso de velocidad, los conductores negros tienen un 20 por ciento más y los latinos un 30 por ciento más de probabilidades que los blancos de ser multados (www.latimes.com, 19 de junio de 2017). Según las estadísticas de Mapping Police Violence publicadas en su web el 1 de enero de 2018, la policía estadounidense provocó la muerte de 1.129 personas en 2017, de las que el 25 por ciento eran personas negras, un porcentaje que está muy por encima del que representan entre la población, que es del 13 por ciento.
Según una información difundida por la CNN el 1 de septiembre de 2017, un teniente blanco de la policía del estado de Georgia que llevaba más de 20 años en el cuerpo, Greg Abbott, paró a una conductora blanca. La mujer relató que tenía miedo de mover las manos y que Abbott la interrumpió para decir: «No eres negra. Recuerda: solo matamos a la gente negra». El 8 de septiembre de 2017, AP informó de que seis agentes negros de la policía de Filadelfia presentaron quejas contra sus inspectores, entre ellas que estos se refirieron a civiles negros como «escoria» y a los asesinatos de civiles negros como «reducción del ganado».
Los crímenes de odio por motivos de raza alcanzaron un récord en los últimos años. Según un nuevo informe estadístico publicado por el Buró Federal de Investigación (FBI, por las siglas en inglés) el 13 de noviembre de 2017, el FBI fue informado de un total de 6.121 delitos de odio en Estados Unidos en 2016, un nivel que no se había visto en la historia reciente. En las jornadas posteriores a las elecciones presidenciales de noviembre de 2016, se informó de un aumento de los eslóganes racistas y los mensajes de odio, en especial en las escuelas. El Southern Poverty Law Center detectó 867 casos de acoso por odio o intimidación en los 10 días que siguieron a la cita electoral (edition.cnn.com, 13 de noviembre de 2017). Según una noticia publicada en el sitio web de Al Yazira el 10 de junio de 2017, un hombre blanco de 52 años, Adam Purinton, fue acusado de disparar y matar a un hombre indio y de herir a otro en un bar de Kansas mientras gritaba «fuera de mi país». Según la información publicada en el sitio web del New York Post el 31 de octubre de 2017, en el verano de 2016 la policía arrestó a tres hombres que destrozaron más de 40 lápidas y pintaron con espray expresiones racistas y frases ofensivas en varias lápidas en las que había nombres asiáticos en el cementerio de Queens.
Manifestantes nacionalistas blancos provocaron enfrentamientos violentos. En agosto de 2017 algunos manifestantes nacionalistas blancos y de derechas convergieron en Charlottesville, en Virginia, y gritaron «sangre y tierra», una frase que evoca la filosofía nazi (edition.cnn.com, 12 de agosto de 2017). El nacionalista blanco James Alex Fields Jr., de 20 años, arrolló con su automóvil a un grupo de personas que se manifestaban contra los nacionalistas blancos y mató a una de ellas e hirió a otras 19 (www.cbsnews.com, 12 de agosto de 2017). El Telegraph publicó el 13 de agosto de 2017 que grupos de derechos civiles de Estados Unidos describieron los disturbios como «la mayor concentración motivada por odio en décadas» en el país. La presidenta del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la ONU, Anastasia Crickley, manifestó: «Estamos alarmados por las manifestaciones racistas, con eslóganes, cánticos y saludos abiertamente racistas de los nacionalistas blancos, neonazis y el Ku Klux Klan en defensa de la supremacía blanca e incitando a la discriminación y el odio racial». Los expertos en derechos de las Naciones Unidas criticaron que el gobierno estadounidense no rechazase inequívocamente los eventos violentos racistas y llamó a los políticos de alto nivel y a los funcionarios públicos de Estados Unidos a rechazar de forma inequívoca e incondicional y a condenar el discurso y los crímenes de odio por motivos de raza ocurridos en Charlottesville y en todo el país (www.un.org, 23 de agosto de 2017).
Las relaciones raciales empeoraron. De acuerdo con una encuesta de Gallup publicada el 15 de marzo del año pasado, el 42 por ciento de los estadounidenses dicen que están personalmente muy preocupados sobre las relaciones entre razas en Estados Unidos, siete puntos porcentuales más que en 2016 y un récord en la tendencia en 17 años de Gallup. Es el tercer año consecutivo que la preocupación sobre este asunto sube en un margen significativo. Una encuesta realizada por el Centro de Estudios Pew en agosto de 2017 muestra que el 58 por ciento de los estadounidenses dicen que el racismo es «un gran problema» en su sociedad, ocho puntos porcentuales más que en los últimos dos años. El porcentaje se ha duplicado prácticamente con respecto a 2011 (www.pewresearch.org, 29 de agosto de 2017). De acuerdo con una información publicada en el sitio web de BCC el 26 de septiembre de 2017, en 2016 el jugador de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL, por las siglas en inglés) Colin Kaepernick rechazó ponerse en pie y se arrodilló al sonar el himno nacional. «No me voy a poner en pie para mostrar mi orgullo por la bandera de un país que oprime a las personas negras y a las personas de color», explicó. Varios jugadores se unieron a Colin Kaepernick desde que comenzó sus protestas.
Se produjo con frecuencia discriminación racial. Según una información publicada por la BBC en su sitio web el 31 de mayo de 2017, la superestrella de la NBA LeBron James informó de que la «palabra que empieza por n» apareció pintada con espray en su casa de Los Ángeles. Dijo que el racismo siempre va a ser parte de Estados Unidos y que el odio en Estados Unidos, en especial contra los afroamericanos, está vivo todos los días. El New York Post informó el 15 de septiembre de 2017 de que un bombero voluntario de Ohio había publicado comentarios racistas en Facebook, en los que decía que preferiría salvar a un perro de una casa en llamas antes que a un hombre negro. «Es porque un perro es más importante que un millón de n…», afirmó. Según una información difundida en el sitio web del New York Daily News el 3 de noviembre de 2017, dos candidatos asiáticos a la junta escolar en el centro de New Jersey fueron víctimas de un ataque racista. Una postal enviada a los residentes de Edison incluía fotos de ambos con la palabra «deportar» impresa sobre sus caras. Una encuesta del Centro de Estudios Pew mostró que algunos grupos minoritarios se enfrentan a un acoso de tintes racistas más a menudo. Una cuarta parte de los estadounidenses negros y un 10 por ciento de los hispanos manifiestan que han sido objetivos en internet debido a su raza o etnia (www.pewresearch.org, 25 de julio de 2017).
Los grupos minoritarios tienen una tasa de empleo más baja y salarios menores. Según una noticia publicada en el sitio web de Los Angeles Times el 15 de septiembre de 2017, desde que el Departamento de Trabajo comenzó a hacer un registro del desempleo por razas a principios de los años 70, la tasa de paro de los negros es casi el doble que la de los blancos. En 1979 el hombre negro medio en Estados Unidos ganaba por hora el 80 por ciento de lo que ingresaba un blanco medio. En 2016 la cifra había empeorado hasta el 70 por ciento, según la investigación de San Francisco Fed (www.washingtonpost.com, 5 de septiembre de 2017). Una información del sitio web de USA Today del 16 de diciembre de 2017 indicaba que en todo el país el hogar negro típico ingresaba solo el 61 por ciento del dinero que ganaba la familia blanca típica. En Erie, en Pennsylvania, la tasa de desempleo de la población blanca es del cuatro por ciento, mientras que la de la negra es del 24,6 por ciento. La media de los ingresos de los negros es solo el 43,2 por ciento de la de los blancos. Un artículo publicado en el sitio web de USA Today el 3 de octubre de 2017 afirmaba que la representación de todos los grupos minoritarios va en descenso en las empresas tecnológicas. Según un informe publicado el 29 de marzo de 2017 por una empresa de tecnología de recursos humanos con sede en San Francisco, las personas negras representa solo entre el dos y el tres por ciento de los trabajadores de cuello blanco, muy por debajo de su peso en la mano de obra total, que es del 12 por ciento. La cifra está en torno al cinco por ciento entre la población hispana (www.ibtimes.com, 31 de marzo de 2017).
La brecha racial en la riqueza se amplía. Según los datos publicados por la Reserva Federal en septiembre del año pasado, entre 2013 y 2016 la brecha en la riqueza entre las familias negras y blancas creció un 16 por ciento, mientras que entre las hispanas y las blancas lo hizo en un 14 por ciento. En 2016 las familias blancas tenían una media de patrimonio neto de 171.000 dólares estadounidenses, frente a los 17.600 dólares de las negras y los 20.700 de las hispanas, cifras que representan un 10,29 y un 12,11 por ciento del de las familias blancas, respectivamente (www.washingtonpost.com, 28 de septiembre de 2017). Un informe difundido por el Instituto de Política Económica el 13 de febrero de 2017 señala que más de uno de cada cuatro hogares negros tienen un patrimonio neto de cero o negativo (www.epi.org, 13 de febrero de 2017). La media de los ingresos de las familias afroamericanas era de 39.490 dólares en 2016, según los datos del Buró del Censo de EE.UU. publicados en septiembre de 2017, cantidad que es 1.873 dólares inferior a la del año 2000. Los afroamericanos son el único grupo racial que el Buró del Censo identifica que se ha quedado por detrás del año 2000 (www.latimes.com, 15 de septiembre de 2017).
Los musulmanes sufrieron discriminación y ataques. El 27 de enero de 2017 el gobierno de Estados Unidos emitió una orden para prohibir la entrada de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana: Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen. La orden fue etiquetada como una «prohibición contra los musulmanes», puesto que los países afectados son de población principalmente musulmana, y provocó protestas en Estados Unidos y en el mundo. En una encuesta del Centro de Estudios Pew realizada a principios de 2017, tres cuartas partes de los estadounidenses musulmanes adultos manifestaron que hay «mucha» discriminación contra los musulmanes en el país, una opinión compartida por el 69 por ciento de los adultos de la ciudadanía en general. Además, la mitad de los musulmanes adultos afirmaron que en los últimos años se ha vuelto más difícil seguir su religión en Estados Unidos. Según un análisis del Centro de Estudios Pew sobre las estadísticas de los delitos de odio del FBI, el número de ataques contra musulmanes en Estados Unidos se elevó notablemente entre 2015 y 2016 y sobrepasó el pico moderno que se alcanzó en 2001, el año en el que se produjeron los atentados del 11 de septiembre (www.pewresearch.org, 15 de noviembre de 2017).
III. Graves defectos de la democracia de estilo estadounidense
La influencia del dinero en la política ha aumentado en 2017, año en que los grupos acomodados controlaron los acontecimientos políticos, los grupos desfavorecidos tuvieron mayores impedimentos para votar y se produjeron continuos escándalos de personalidades políticas.
La influencia del dinero en la política agravó la desigualdad. La página web del Financial Times dijo el 15 de julio de 2017 que el sistema político de EE. UU. se ha visto muy adulterado por el gran capital. Decenas de comités de acción política recaudaron decenas de millones de dólares en el primer trimestre de 2017, según datos de la Comisión Electoral Federal. Los donantes individuales entregaron 236,4 millones de dólares a los comités de acción política y entes políticos relacionados, en torno a un 30 por ciento más que la contribución registrada durante el mismo periodo de las elecciones presidenciales de 2012 (www.bizjournals.com, 8 de mayo de 2017). La página web del Centro para la Política Reactiva presentó el 27 de diciembre de 2017 una serie de datos que mostraron que el gasto en cabildeo de 2017 fue el mayor de los cinco últimos años (www.opensecrets.org, 27 de diciembre de 2017). La página web del New York Times dijo en un comentario el 20 de diciembre de 2017: «La democracia estadounidense se está ahogando en dinero». La política del dinero ha causado que las políticas económicas del país en los últimos 40 años «reflejen nítidamente las preferencias de los más acomodados y no tengan prácticamente relación con las preferencias de los estadounidenses pobres o con ingresos medianos».
La política democrática siguió debilitándose. Una encuesta a expertos sobre la democracia estadounidense mostró que el 89 por ciento de los consultados consideraban que la calidad democrática de Estados Unidos ha disminuido en los últimos 10 años (www.authwarningsurvey.com, 28 de junio de 2017). La página web de The Atlantic informó el 21 de junio de 2017 de que la mayoría de los entrevistados en una consulta sobre la democracia de EE. UU. no compartían que EE. UU. cumpliese los estándares para garantizar el derecho al voto en condiciones de igualdad o evitar que los funcionarios públicos se aprovechasen de sus cargos en beneficio personal, ni tampoco para participar en política y dictarla.
Los votantes de ingresos bajos tuvieron ante sí las barreras más firmes. Una información del 21 de noviembre de 2017 de la página web de la revista Newsweek dijo que se estaba denegando el derecho al voto a centenares de miles de estadounidenses porque eran pobres. En nueve Estados, los legisladores han aprobado leyes que excluyen a quien tenga facturas legales o multas judiciales por abonar. En Alabama, más de 100.000 personas con deudas, en torno a un tres por ciento de la población en edad de votar del Estado, han sido eliminadas de las listas de votantes. El informe dice que evitar que la gente vote porque deba facturas legales o multas judiciales amordaza a los estadounidenses con pocos ingresos en un momento de la historia de la nación en que los ricos tienen más poder político que nunca.
Los votantes mayores o con discapacidades físicas tuvieron más problemas para ejercer este derecho. La página web del New York Times informó el 24 de noviembre de 2017 de que las máquinas de voto de los colegios electorales dificultaron el voto a los ancianos y los minusválidos de todas las edades. Una encuesta en 178 colegios electorales mostró que la gran mayoría de ellos presentaban problemas de acceso tanto dentro como fuera del recinto, con rampas con mucha pendiente o dificultades para aparcar, que podían desanimar o excluir a estos grupos de votantes.
Los medios fueron silenciados. En 2017 se impidió a varias organizaciones mediáticas asistir a ruedas de prensa y otras actividades oficiales del gobierno de EE. UU. y la CNN, el New York Times y otras organizaciones mediáticas fueron excluidas de las reuniones informativas de la Casa Blanca. La libertad de prensa en Estados Unidos está en su punto más bajo en 13 años, según un informe de 2017 (www.cnn.com, 28 de abril de 2017). Otra encuesta, del Centro de Estudios Pew, mostró el 4 de abril de 2017 que el 73 por ciento de los adultos que participaron creían que las tensiones entre el gobierno y los medios informativos estaban siendo un impedimento para el acceso a importantes noticias e informaciones de política nacional (www.journalism.org, 4 de abril de 2017).
Estallaron escándalos de corrupción. Una encuesta de 2017 mostró que casi seis de cada 10 estadounidenses creían que el nivel de corrupción se incrementó en 2017, y casi siete de cada 10 dijeron que el gobierno no estaba combatiendo la corrupción adecuadamente. La página web de CBS News informó el 14 de marzo de 2017 de que nueve funcionarios militares, incluido el general de la Armada retirado Bruce Loveless, habían sido procesados por un escándalo de sobornos en el que aceptaron los servicios de prostitutas, comidas y viajes de lujo de un contratista del sector de la Defensa. En el caso están implicados más de 20 funcionarios de la Armada retirados o en activo.
Se siguen sucediendo los escándalos de miembros del Congreso. La página web de USA Today dijo el 20 de noviembre de 2017 que desde 2016 han sido acusados públicamente de algún tipo de conducta sexual incorrecta o acoso por parte de más de 100 personas al menos 40 legisladores de 20 Estados. La página web de Al Yazira informó el 12 de diciembre de 2017 de que el congresista del Partido Demócrata Al Franken y otros habían sido acusados de acoso sexual. Según una información de la página web del Washington Post del 21 de diciembre de 2017, el gabinete de un senador usó fondos del Departamento del Tesoro para zanjar una reclamación por discriminación o acoso sexual, y la Cámara de Representantes ha estado implicada en acuerdos extrajudiciales en al menos 10 acusaciones de acoso o discriminación sexual desde 2008. Otra información, también del Washington Post, del 1 de diciembre de 2017, indicó que las acusaciones contra varias personalidades políticas estaban siendo tapadas por sus partidos, lo que revela una imagen desagradable de la política estadounidense.
IV. La brecha entre ricos y pobres aumenta
La brecha entre ricos y pobres en EE. UU. aumentó, como lo hizo el número de personas sin hogar. Se abusó de las drogas y las sustancias prohibidas, y la población en situación de pobreza vivió en condiciones miserables. «El sueño americano se está convirtiendo rápidamente en el engaño americano», afirmó un experto independiente en derechos humanos nombrado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para examinar la pobreza y los derechos humanos en los países del mundo (www.theguardian.com, 15 de diciembre de 2017).
La situación de las personas pobres siguió siendo precaria. La página web del Guardian informó el 8 de diciembre de 2017 de que 52,3 millones de estadounidenses vivían en «comunidades empobrecidas económicamente», un 17 por ciento de la población del país (www.theguardian.com, 8 de diciembre de 2017). Las estadísticas oficiales más recientes de la Oficina del Censo de EE. UU. indican que viven en la pobreza más de 40 millones de personas. Casi la mitad, 18,5 millones, viven en la extrema pobreza, con ingresos familiares declarados inferiores a la mitad del umbral de la pobreza (www.ohchr.org, 15 de diciembre de 2017). Según un informe de 2017 publicado por el Centro Stanford para el estudio de la Pobreza y la Desigualdad, la tasa de pobreza para el conjunto del sur rural de Estados Unidos se situó en el 20 por ciento, siendo esta del 33 por ciento en el caso de los negros, y del 37 por ciento en el de las mujeres negras. Los indios americanos del oeste rural tuvieron una tasa de pobreza que llegó al 32 por ciento (inequality.stanford.edu). Tras una visita de dos semanas a Estados Unidos, Philip Alston, el relator especial de Naciones Unidas sobre pobreza extrema y derechos humanos, declaró que Estados Unidos es uno de los países más ricos, poderosos y tecnológicamente innovadores, pero que ni su riqueza ni su poder ni su tecnología se estaban dirigiendo a corregir la situación de 40 millones de personas que seguían viviendo en la pobreza. La conclusión que sacó es que «la persistencia de la extrema pobreza es una elección política hecha por quienes están en el poder» (www.theguardian.com, 15 de diciembre de 2017).
La desigualdad empeoró. La brecha patrimonial en Estados Unidos siguió ampliándose. Según la Base de Datos Mundial sobre Desigualdad de Ingresos, Estados Unidos tiene la mayor tasa en el índice de Gini (que mide la desigualdad) de todos los países occidentales. En la OCDE, Estados Unidos está en la 35ª posición de 37 en términos de pobreza y desigualdad (www.theguardian.com, 15 de diciembre de 2017). En un informe que muestra la proporción de la riqueza de los hogares de EE. UU. por nivel de ingresos, el jefe de economistas internacionales del Deutsche Bank, Torsten Slok, dijo que el 0,1 por ciento más rico de entre los hogares estadounidenses disponía de en torno a la misma riqueza que el 90 por ciento menos rico (www.businessinsider.com, 25 de enero de 2017). La página web de la Boston Review informó el 1 de septiembre de 2017 de que, mientras los ingresos del 80 por ciento menos acomodado de los estadounidenses habían crecido en torno a un mero 25 por ciento en las últimas cuatro décadas, estos se han casi duplicado para el 20 por ciento con mayor patrimonio. El analista de Naciones Unidas sobre la pobreza y los derechos humanos acusó a los líderes de EE. UU. de intentar convertir al país en el «campeón mundial de la desigualdad extrema» (www.theguardian.com, 15 de diciembre de 2017).
La vida de los sin hogar fue miserable. La página web del Guardian informó el 6 de diciembre de 2017 de que 553.742 personas pasaban las noches a la intemperie en Estados Unidos el año previo, con un aumento del 4,1 por ciento en Nueva York. En un campamento de personas sin hogar de Los Ángeles, aproximadamente 1.800 personas compartían nueve retretes sin paredes por la noche (www.theguardian.com, 30 de junio de 2017). El libro de Matthew Desmond «Desahuciadas» afirma que millones de estadounidenses son desahuciados todos los años por los problemas para pagar el alquiler: estas personas son los verdaderos pobres olvidados (www.theguardian.com, 24 de febrero de 2017).
El gobierno de EE. UU. fue incapaz de controlar las drogas y los medicamentos adictivos. La página web de Medical Press informó el 13 de junio de 2017 de que 7,7 millones de estadounidenses consumen demasiadas drogas ilícitas. La CNN dijo el 14 de diciembre de 2017 que casi el 40 por ciento de los estudiantes del último curso de instituto, el 28 por ciento de los del antepenúltimo y el 12,9 por ciento de los del octavo de la enseñanza obligatoria habían consumido algún tipo de droga ilegal el año anterior. CBS News informó el 6 de junio de 2017 en su página web de que entre 2011 y 2015 se recetaron casi 4.000 millones de pastillas opiáceas solo en el estado de Ohio. Las sobredosis son hoy la principal causa de muerte entre los estadounidenses de menos de 50 años. Según un informe del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EE. UU. de diciembre de 2017, en 2016 se produjeron más de 63.600 muertes por sobredosis en el país. El 12 de diciembre de 2017, ABC News informó de que el fulgurante aumento del consumo de opiáceos había llevado a decenas de miles de niños a abandonar el hogar en todo el país, y aludió a un aumento del 32 por ciento en los casos de niños en hogares de acogida entre 2012 y 2016.
El sistema sanitario tenía múltiples carencias. Philip Alston, el relator especial de la ONU sobre extrema pobreza y derechos humanos, mencionó en un informe que la «brecha sanitaria» entre Estados Unidos y los países de su entorno siguió creciendo y que los estadounidenses tenían una esperanza de vida menor y peor calidad de vida. Los gastos médicos y los costes de los seguros médicos volvieron a incrementarse, y los precios de las medicinas para las enfermedades crónicas, del asma al cáncer, alcanzaron cifras récord, según recogió el Guardian en su página web el 15 de noviembre de 2017, (www.theguardian.com, 15 de diciembre de 2017). Los resultados de una encuesta publicada el 14 de diciembre de 2017 por el Centro de Estudios Pew mostraron que las puntuaciones positivas respecto de la garantía gubernamental del acceso a la atención sanitaria habían descendido 20 puntos porcentuales desde 2015 (www.people-press.org, 14 de diciembre de 2017).
V. Grupos específicos sufren discriminación y agresiones físicas
Las mujeres estadounidenses fueron claramente discriminadas laboralmente y en cuanto al desarrollo de sus carreras. La pobreza, salud y problemas de seguridad de los niños fueron preocupantes. Las personas con discapacidades sufrieron abusos violentos. El acoso sexual y las violaciones generalizados alimentaron múltiples protestas.
— Las mujeres recibieron graves amenazas de acoso sexual y violación. En octubre de 2017 estalló el escándalo del productor cinematográfico estadounidense Harvey Weinstein, que acosó sexualmente a varias mujeres. Muchos estadounidenses de toda extracción social comenzaron la campaña «#MeToo(Victim)» en las redes sociales para animar a las víctimas a protestar contra el acoso sexual y la violación generalizados, iniciativa que tuvo una respuesta activa por parte de en torno a un millón de personas. Según un informe de la Comisión de Igualdad de Oportunidades Laborales de EE. UU., el 60 por ciento de las mujeres sufrieron acoso laboral (https://www.usatoday.com, 8 de diciembre de 2017). Según una información publicada el 22 de noviembre de 2017 en el sitio web de la BBC, el que fue médico del equipo olímpico estadounidense de gimnasia Larry Nassar fue acusado de abusar sexualmente de más de 130 mujeres a las que prestaba atención médica, incluidas varias deportistas ganadoras de medallas de oro olímpicas. Según, un artículo publicado el 18 de diciembre de 2017 en la página web del Huffington Post, Alex Kozinski, un juez del tribunal de apelación federal, fue acusado por múltiples secretarias judiciales de conducta sexual inapropiada. Según el índice anual de acoso sexual, publicado en mayo de 2017 por el Departamento de Defensa de EE. UU., en 2016 se dieron 14.900 casos de acoso sexual en el ejército (http://abc7ny.com, 13 de diciembre de 2017). Según un informe publicado el 15 de diciembre en la página web del Huffington Post, no se podía garantizar la privacidad de las mujeres víctimas y estas vivían con el temor de que las encontrasen y descubriesen quienes eran, lo que tuvo un impacto negativo en la decisión de las víctimas de presentar una denuncia por acoso sexual.
— Discriminación de género grave en materia de empleo y desarrollo profesional. Según un informe de empleo de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU., el comercio al por menor perdió 54.300 puestos de trabajo entre octubre de 2016 y octubre de 2017, pero la experiencia de hombres y mujeres contrastaba acusadamente: las mujeres perdieron 160.300 empleos, mientras que los hombres obtuvieron 106.000 (http:/iwpr.org). Según una encuesta del Centro de Estudios Pew, el 57 por ciento de las mujeres dicen que el país no ha hecho lo suficiente para igualar los derechos de mujeres y hombres, y el 38 por ciento aluden a situaciones de discriminación de género relacionadas con la contratación, la paga o los ascensos (http://www.pewsocialtrends.or
— Los derechos personales de los niños estuvieron gravemente amenazados. Según estadísticas del Buró Federal de Investigación de EE. UU. (FBI), en 2016 se registraron en el país 68.068 casos de agresiones físicas a niños de menos de 10 años, 97.588 a niños de entre 11 y 15 y 159.963 contra jóvenes de entre 16 y 20. Del total de casos, 83.611 fueron delitos sexuales (http://ucr.fbi.gov). Según un informe publicado el 28 de noviembre de 2017 por el Instituto para el Estudio de Políticas sobre la Mujer de EE. UU., casi una de cada cinco alumnas de secudaria sufrió abusos escolares, mientras que un cuarto de las mujeres de Hawái afirmó haber tenido contactos sexuales indeseados en algún momento de sus vidas.
— El estado de salud de los niños pobres fue preocupante. Según una información de la BBC del 11 de diciembre de 2017, en EE. UU. había 13,3 millones de niños pobres, el 18 por ciento del total. Casi nueve millones de niños de Estados Unidos (el 11,8 por ciento) crecían en hogares sistemáticamente pobres (http://www.mobilitypartnershi
— Graves abusos a personas con discapacidades. Según estadísticas publicadas en julio de 2017 por la Oficina de Estadísticas Judiciales de Estados Unidos, la tasa de abusos violentos a personas con discapacidades fue 2,5 veces mayor que en las personas sin discapacidades de más de 12 años entre 2009 y 2015. La tasa de delitos violentos contra personas con discapacidades triplicó la de las personas sin ellas (http://www.bjs.gov). Según las estadísticas del Programa de Estadísticas sobre Delitos de Odio del FBI de 2016, publicadas en 2017, de los 6.063 incidentes por prejuicios de los que se tuvo conocimiento en 2016, el 1,2 por ciento estuvieron causados por prejuicios respecto de las discapacidades (http://ucr.fbi.gov).
VI. Violaciones continuadas de los derechos humanos en otros países
Las operaciones militares encabezadas por EE. UU. en otros países han causado múltiples bajas civiles. El centro de detención de la bahía de Guantánamo siguió deteniendo y torturando a extranjeros. Estados Unidos también elaboró herramientas de ciberguerra, atacó y espió redes extranjeras.
La guerra de agresión a Siria causó un gran número de bajas civiles. El 19 de junio de 2017, la página web del New York Times informó de que el gobierno de EE. UU. había dado a los militares «autorización plena» para decidir cómo y cuánta fuerza emplear, mientras que el ejército estadounidense había relajado la supervisión, la investigación y la exigencia de responsabilidades por las víctimas civiles, lo que resultó en un repunte de las muertes de civiles. La coalición liderada por EE. UU. y los marines había bombardeado y disparado proyectiles sobre al menos 12 escuelas, 15 mezquitas y 15 puentes, así como barrios residenciales, hospitales, reliquias culturales y campos de refugiados. Los aviones de guerra de la coalición también lanzaron múltiples ataques aéreos sobre barcos en los que muchas familias esperaban a cruzar un río para escapar, lo que supuso la masacre de 21 civiles (www.motherjones.com, 6 de agosto de 2017). El sitio web del Muslim Times de Colombia informó de que el ejército de EE. UU. había atacado a fuerzas del gobierno sirio en «al menos cuatro ocasiones en los últimos meses», incluido un ataque con misiles en abril contra un aeródromo sirio. Myles Hoenig, un analista político estadounidense, declaró que Estados Unidos estaba violando la Carta de Naciones Unidas por estar librando una guerra de agresión contra Siria (muslimtimes.co, 24 de junio de 2017).
En la bahía de Guantánamo se lleva tiempo deteniendo y torturando a extranjeros. La página web de la American Broadcasting Company informó el 13 de diciembre de 2017 de que la nueva administración estadounidense no había liberado a ningún prisionero de la bahía de Guantánamo ni anotado a nadie a la lista de hombres exonerados. La página web de Al Jazeera informó el 22 de septiembre de 2017 de que, en una sesión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el antiguo preso de Guantánamo Djamel Ameziane redactó una declaración escrita en la que dijo que pasó 11 años detenido, con prolongados periodos de aislamiento y múltiples formas de tortura y nunca fue objeto de una resolución judicial que dirimiese la legalidad de su arresto. Según una información de la página web de USA Today del 13 de diciembre de 2017, la ONU y organizaciones de derechos humanos habían criticado a las autoridades de EE. UU. por crear un «agujero negro legal» que permitió la detención indefinida de sospechosos sin cargos, y por mantener presos a muchos de ellos durante más de una década. Nils Melzer, el relator especial sobre la tortura del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, instó a Estados Unidos el 13 de diciembre 2017 a poner fin a la tortura de presos en el polémico centro de detención de la bahía de Guantánamo (www.usatoday.com, 13 de diciembre de 2017).
Fabricar herramientas de ciberguerra. Operadores de la Agencia de Seguridad Nacional de EE. UU. (NSA, por sus siglas en inglés) penetraron en redes de telefonía móvil de Pakistán y habían estado espiando cientos de direcciones IP en el país, según WikiLeaks (economictimes.indiatimes.com, 11 de abril de 2017). El 14 de mayo de 2017, la página web Zero Hedge reveló que la NSA había creado un «Arsenal de alto secreto» que permitía a quienquiera entrar «por la puerta de atrás» en prácticamente cualquier ordenador. Un grupo de piratas informáticos desconocido empleó el mismo juego de herramientas creadas por la NSA para iniciar un ataque cibernético global con software malicioso mediante un virus «secuestrador» que infectó a casi 200.000 sistemas informáticos por todo el mundo (www.zerohedge.com, 14 de mayo de 2017).