Regresaba a Valencia el pasado sábado, después de una jornada de varios días de trabajo en Caracas, oía la Radio Nacional. El Presidente Maduro desarrollaba una alocución por el 84 aniversario de la fundación de la Guardia Nacional, se efectuaba en la Avenida Bolívar de Caracas, quizás para resaltar el estrecho trabajo que desarrollan con la población. Eran las 5 y 40 de la tarde, cuando de pronto se interrumpe la trasmisión. Silencio. Pienso, se cayó la energía eléctrica, que vaina. No, un sabotaje….Y el teléfono comenzó a sonar. Varios camaradas alarmados por el intento de magnicidio. Muchas opiniones. Sugerí, esperar la opinión oficial, que no se hizo esperar. Volvió la señal, y al cabo de algún tiempo el ministro Jorge Rodríguez anuncia o denuncia lo ocurrido: un intento de magnicidio contra nuestro Presidente Nicolás Maduro y prometía que en unas horas el propio Presidente se dirigiría a la Nación. Una mezcla de sentimientos. Rabia e indignación por el acto terrorista, y por otro lado alegría y satisfacción al saber que la derecha fascista, la oligarquía colombiana y el imperio habían fracasado y una vez más ganábamos una batalla.
Son numerosos los triunfos de la Revolución Bolivariana. Como parecía que a muchos se le había olvidado el golpe de estado de Abril del 2002, y se empeñaban en que en nuestro país estábamos sufriendo las consecuencias económicas producto del desatino de nuestro gobierno en esa área. Muchas fueron las conversaciones, las discusiones, los análisis, con ciudadanos de a pie, con opositores, incluso con pseudochavistas o ingenuos que alardeando de sus conocimientos económicos, nacionales y extranjeros se empeñaban en mostrarme que sólo se trataba de un problema económico y no importaba los argumentos por demostrar que se trata de una guerra, que es política la causa esencial de la crisis que sufrimos.
Si alguna consecuencia positiva puede desprenderse de este incalificable delito es que despejó las dudas, solo una guerra puede explicar esa condenable conducta. Y es la hora de que quede bien claro de qué lado está cada quien. Para completar, ayer, una bomba “voló†un vehículo militar en la zona de Catatumbo, Estado Zulia, donde falleció un sargento de la guardia nacional, y otros dos están heridos en el hospital de San Cristóbal. Otro hecho evidente de guerra típica. Si querían pruebas, ya las tienen. Estamos en guerra, obviamente con diferentes status, perfiles, de cuarta o quinta generación, mediática, económica, bloqueo internacional, conspiración de sectores derechistas de los sectores industriales y comercio nacionales, etc.
El Presidente no titubeó en señalar al gobierno saliente de Colombia y a su presidente Santos, como responsables del intento de magnicidio. Santos, ni se preocupó de desmentir. Se limitó a decir que en ese momento estaba ocupado en bautizar una nieta o nieto. Que sarcasmo.
Los cipayos traidores se han ocupado de inundar las redes sociales de múltiples versiones para distraer y difuminar su gravísima culpabilidad en los hechos del 4 de Agosto. Es verdaderamente lamentable que en el portal aporrea, pidan al gobierno que muestre, a solicitud de sus familiares, a uno de los asesinos, que hoy 7 de Agosto aparece delatando la conspiración en un video durante la alocución Presidencial de esta noche.
En la toma del poder del presidente de Colombia se pone en evidencia de los presidentes que apoyan esa política anti-venezolana, asistieron, Enrique Peña Nieto, de Méjico, Lenin Moreno, de Ecuador, Juan Carlos Varela de Panamá, Carlos Alvarado de Costa Rica, Juan Orlando Hernández de Honduras, Mauricio Macri de Argentina y Sebastián Piñera de Chile. Mientras tanto, la representante de los EUA, Nikky Haley llega a Bogotá sentenciando que el gobierno de Iván Duque “lidere†a la región para “lidiar con Venezuela. Que vaina con Colombia, basta con recordar que en lo que va de año han asesinado 330 dirigentes comunitarios y sociales este año alcanzaron la descomunal cifra de tener 209 mil hectáreas de narco cultivos.
Recordando una vieja conversación, parafraseando, mientras se sigue discutiendo si hay o no hay guerra, quienes están resteados con la revolución Bolivariana, debemos prepararnos para defenderla en cualquier escenario. Como dijo nuestro Libertador Simón Bolívar: “Vacilar es perdernosâ€.