¿Hay socialismo en Venezuela?

¿Dónde iremos a buscar modelos? La América es original, originales han de ser sus instituciones y sus gobiernos y originales los medios de fundar unos y otros. ¡O inventamos o erramos!

Simón Rodríguez

Otra pregunta que levanta ronchas y genera polémica. En mi humilde opinión la respuesta es sí y no.

Fidel dijo alguna vez que el peor error que había cometido la revolución cubana fue pensar que existía un manual para construir el socialismo, bastante nos advirtió Ludovico Silva sobre lo equivocado de tratar de inventar manuales sobre las teorías Marxistas.

El socialismo como tal no existe, es algo que tiene que ir creándose desde el vacío, inventando, corrigiendo y sobretodo educando a los pueblos. Tarea nada fácil en un mundo donde la mala cultura hegemónica de las elites financieras nos ha colonizado casi hasta el alma.

Todo está sujeto a cambio, de allí que sería muy difícil mantener un sistema dogmático o demasiado rígido, cosa a la que muchas veces obligan los constantes ataques de los enemigos de todo proceso de cambio.

Dicho esto, todos los procesos revolucionarios anti hegemónicos, han seguido caminos diferentes de acuerdo a tiempo lugar y circunstancia. Pero lo que ha sido una constante han sido los violentos ataques de las contra revoluciones financiadas por las elites financieras internacionales y sus lacayos contra todo proceso de emancipación que trate de liberar a los pueblos de la dictadura del capital.

Así es que a ningún proceso de construcción socialista, se le ha permitido desarrollarse bajo circunstancias «normales», sus economías siempre han sido atacadas y su soberanía amenazada, lo que ha forzado a desviar la atención y el gasto de los revolucionarios en materias a veces muy diferentes al bienestar social, como son las carreras armamentistas y muchas veces, desarrollos económicos que puede calificarse como «capitalistas». Aunque aquí debemos aclarar que el «socialismo» no tiene necesariamente que estar totalmente en contra del capital, solo contra la acumulación excesiva y obsesiva de este, promovida por la egoísta y perversa cultura del capitalismo, que pone al capital como único centro de la actividad humana, y que lamentablemente hoy infecta como un virus la mente de muchísimas personas.

La construcción de un mundo más justo y pacifico debe inevitablemente basarse en una distribución justa y equitativa de las riquezas de las naciones y en un desarrollo en armonía con la madre naturaleza y que proteja los derechos de los pueblos indígenas y campesinos.

Un mundo mejor debe respetar verdaderamente los derechos humanos, todos deberíamos tener derecho a la salud, a la educación, a viviendas dignas, al agua potable, a trabajos bien remunerados, a pensiones decentes, a una niñez libre de violencia, Todos tenemos derecho a movernos y expresarnos libremente, siempre que no dañemos a otros con nuestras acciones… todo esto nunca será posible bajo gobiernos totalitarios ya sean de «izquierda o de derecha».

Pero tengamos bien claro que un gobierno «del pueblo por el pueblo y para el pueblo» nunca será posible bajo la dictadura de las corporaciones y el gran capital.

Con lo que las naciones, (especialmente las grandes potencias) gastan hoy en día en poderosos y sofisticados armamentos, que solo sirven para matar y destruir, se podría solucionar con rapidez el problema del hambre y la miseria en el planeta. Si los monopolios farmacéuticos invirtieran más en buscar la forma de prevenir y tratar efectivamente las enfermedades que azotan al mundo, (muchas quizás inventadas por ellas mismas), se podrían erradicar las mayorías de sus causas.

Si la cantidad de tierra dedicada al monocultivo capitalista, que destruye la naturaleza, vuelve la alimentación un negocio y desplaza a campesinos y a pueblos originarios, se le entregara a estos pueblos junto con apoyo tecnológico y económico para producir de una forma más racional y ecológica, el desastre climático que vivimos y las hambrunas y enfermedades disminuirían enormemente.

Por supuesto nada de esto será posible con el actual sistema imperante en el mundo. Necesario es entonces empezar a pensar seriamente en cambiarlo por algo diferente, por un sistema que ponga a la naturaleza y al ser humano por encima de la acumulación de capital que solo beneficia a unos pocos para el detrimento de las grandes mayorías. Y Nuestra América esta llamada a ser la principal fuerza generadora de ese cambio.

Si quieren llámenlo socialismo….