Al Pueblo De Venezuela,
Al Gobierno Bolivariano de Venezuela,
A los Pueblos y Gobiernos del Mundo,
A los Medios de Comunicación Nacionales e Internacionales,
A la Opinión Pública Nacional e Internacional,
Al Mundo entero,
Hermanos y Hermanas:
La Coordinadora Simón Bolívar en el marco de su línea política de solidaridad con los
luchadores y luchadoras sociales que se encuentran prisioneros por la causa
revolucionaria internacionalista, rinde homenaje a una heroína latinoamericana Ana Belén
Montes, quien procuró comprender la situación que viven los países latinoamericanos y
caribeños ante las intervenciones militares y los crímenes de Estado perpetrados por el
gobierno de EEUU. Y como un acto de profundo convencimiento y de extraordinaria
valentía, apoyó a las víctimas
Nacida en 1957, fue la hija mayor de Emilia y Alberto Montes, ambos puertorriqueños. Su
padre fue un respetado médico militar y psiquiatra que trabajó para el ejército alemán y
luego se radicó en varias ciudades de Estados Unidos antes de establecer un exitoso
consultorio privado en las afueras de Baltimore. Ana tuvo dos hermanos, Lucy y Tito,
quienes también llegaron a trabajar en la inteligencia estatal, alcanzando cargos
importantes.
Su familia era culta y moderna, pero sólo en apariencia. El padre de Ana era de carácter
imprevisible y temperamental. Se llegó a tener testimonios de que golpeaba a sus hijos
con una correa durante sus arranques de ira, sin que su esposa pudiera detenerlo. El
matrimonio se separó cuando Ana tenía 15 años, pero los conflictos familiares y la actitud
paternal de superioridad ya habían inculcado en ella un resentimiento hacia las figuras de
autoridad y una identificación con los menos poderosos.
A finales de los años setenta, durante su tercer año en la Universidad de Virginia, viajó a
España, y en la atmósfera de los comienzos del posfranquismo conoció a un argentino,
hombre apuesto y de izquierda, quien le habló a Ana sobre los desmanes de la
intervención de la CIA en América Latina y el apoyo estadounidense a las dictaduras en la
región. En la década de los ochenta, Ana inició su carrera en la Oficina de Recursos sobre
Privacidad e Información del Departamento de Justicia, a la par que cursaba una maestría
en Estudios Internacionales Avanzados en la John Hopkins University. La administración
Reagan también hacia su debut en Washington y, ante el apoyo de la nueva
administración a los contra que atacaban a los sandinistas en Nicaragua, Ana radicaliza su postura política. Eso no pasó desapercibido para los agentes de la inteligencia cubana
que hacían vida en la universidad, quienes la reclutaron en 1984.
Desde ese momento Ana Belén estuvo al servicio de la Revolución Cubana asumiendo
responsabilidades de inteligencia y contra-inteligencia pasando información y
desclasificando documentos sobre los planes terroristas y contra insurgentes del gobierno
norteamericano contra el pueblo latinoamericano, mujer valiente feminista que cumplió
tareas en pro de la humanidad. Ana Belén Montes es una presa política del Imperio Norteamericano acusada de espionaje detenida en el 2001 y condenada a 25 años de prisión por poner en evidencia y demostrar que el Pentágono Norteamericano es terrorista, esta mujer tuvo la gloria de infiltrarse en los más altos niveles del Pentágono dando por hecho que las fuerzas de seguridad del imperialismo son vulnerables.
Hoy desde la tierra de Chávez y Bolívar le enviamos un abrazo de solidaridad como la expresión de la ternura entre los pueblos.
Libertad para Ana Belén Montes. La queremos de regreso a casa.
Rescatando la Memoria Histórica Revolucionaria.
Desde la Coordinadora Simón Bolívar manifestamos en carta abierta que
«La solidaridad es la ternura de los pueblos».
Con Bolívar y Chávez, decimos ¡a la carga!
Desde Venezuela, Tierra de Libertadores, a 525 años del inicio de la
Resistencia Antiimperialista en América, y a 207 años del inicio de
Nuestra Independencia,