LA SEÑORA BACHELET Y SU TAIMADO PROGRESISMO DE DERECHA, MODO OBAMA

 â€“KLORIAMEL YÉPEZ OLIVEROS−

Ni doña Michelle, ni Pepe Mujica, el otro progresista devaluado en tiempo récord, por su manipuladora interpretación de la pobrecía como tercer estrato mediador en la lucha de clases; nos convencieron de la sinceridad de sus intenciones políticas a mediano plazo: a La Bachelet, la percibimos como la versión austral de Gabriela del Mar Ramírez, la otrora Defensora del Pueblo en la República Bolivariana de Venezuela, tan picapasito ella, tan modosita ella, tan “yo no fui” ella, tan gris, tan opaca, tan hipócrita; taimada y bien vestidita como la Bachelet,  siempre enfundada en sus dos piezas rosa, celeste, verde agua, y zapatitos de tacón chato cual Penélope sentada siempre en la estación, esperando el momento de meter su zancadilla trapera. A la Bachelet no le fueron escasas las ocasiones de zancadillear a los chilenos y traicionar sus ilusiones puestas en ella, por algo la eligieron presidenta de un país que aún no cicatriza las hondas heridas que Pinochet y su gorilaje fascista, les marcaron. Como Bolsonaro pretende marcar a Brasil, instaurando un sub-imperialismo en estas latitudes.

Heridas que la doña quiere transferirnos a nosotros, con la misma sangre y dolor que sufren los chilenos desde el siglo pasado, cuando al terrorista de turno que presidía USA, le dio por hincar sus garras en las anchas alamedas; se le antojó matar la canción de Víctor Jara, la poesía de Neruda, la gallardía de Allende, la ancestral Araucanía y a todo el pueblo Mapuche.

Hoy la doña, desde su investidura de Alta Comisionada de los Derechos Humanos para la Organización de Naciones Unidas, oye a la hambreadora FEDECÁMARAS, y desoye a las víctimas del terrorismo guarimbero; en su informe solapa los derechos humanos de los quemados vivos, y defiende los derechos ¿humanos? de máxima ganancia, oligopolio, usura y acaparamiento, de la cúpula mercantil que se lucra -con plenas liberalidades y ningún deber-, ejerciendo el comercio y desacatando leyes como modus operandi, en la República Bolivariana de Venezuela y bajo el mandato del “dictador” Nicolás Maduro Presidente constitucional y democráticamente elegido en esta  Patria libre, anticapitalista, antimperialista, Bolivariana y profundamente Chavista.

Usted también señora Bachelet, saque sus pezuñas de aquí y váyase muy largo al carajo, regrese a revisar su largo mandato allá en Chile, y si con ello logra comprobar que alguna vez usted fue socialista, entonces estaríamos obligados a inferir que los millones de comunistas del mundo son alienígenas oriundos de Neptuno.