División interna y bajo presupuesto dejan a FARC con poca opción en elecciones en Colombia

BOGOTÁ (Sputnik) — El partido de izquierda colombiano Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común tiene muy pocas posibilidades de alcanzar puestos de elección popular en las votaciones locales, aunque confía en que esa participación democrática lo fortalezca para próximos comicios, dijeron a Sputnik integrantes y cercanos a ese movimiento.

«La gente cree que porque a raíz de la firma de la paz obtuvimos diez escaños en el Congreso la tenemos fácil, y la verdad es que no es así, pero sabemos que de esto se trata la transición a la democracia y confiamos que vamos a poder consolidar una base política importante que nos permita tener una mayor representación en las siguientes votaciones electorales», dijo el senador de FARC Julián Gallo a Sputnik.

El domingo 27 de octubre Colombia celebrará comicios para elegir alcaldes, gobernadores, concejales, asambleístas y presidentes de juntas administradoras locales; se trata de las primeras elecciones de este tipo tras la firma de Acuerdo Final de Paz (firmado en noviembre de 2016) y en las que FARC participa de nuevo en democracia como partido, luego de que en marzo de 2018 se presentó para las elecciones legislativas.

En ese entonces, y pese a los diez escaños que le fueron asignados en el Congreso, sus candidatos obtuvieron muy pobres resultados, y los aspirantes al Senado sólo alcanzaron 49.000 votos (0,34% de votación total), mientras que los de la Cámara se hicieron con 31.000 sufragios (0,22% del total).Esta vez el partido aspira a «lograr al menos representación en algunos concejos municipales, algunos escaños en asambleas y quizás en algunas alcaldías», según dijo Lozada a Sputnik en una entrevista reciente.

Para ello el partido creó una Comisión Nacional Electoral que analizó cuáles de sus integrantes tienen algo de trayectoria política o popularidad en algunas regiones para participar de manera independiente o en coalición en los comicios.

El resultado de la Comisión permitió a FARC hacer parte de 9 listas a la Asamblea Departamental, de 79 a concejos municipales y de 7 juntas de acción comunal, mientras que postuló a 15 candidatos para alcaldías, algunos de los cuales militan en el partido o reciben apoyo del mismo.

Los líos de la FARC

Las fracturas al interior de ese colectivo, los bajos recursos para hacer publicidad política y el estigma que significa haber sido una guerrilla cuya sigla es recordada con rechazo por buena parte de los colombianos le pesan en contra para la jornada electoral, admiten algunos cercanos de FARC.

«La FARC tiene problemas internos muy severos, la división ha sido un trastorno que ha frenado el desarrollo de la actividad política, y es evidente que hacer campaña con el nombre FARC es un riesgo muy alto, porque este país aprendió a odiar ese nombre, sin importar lo que hoy en día signifique», dijo a Sputnik Imelda Daza, activista social y política.

Daza, quien también fue candidata a la Vicepresidencia de Colombia por FARC como fórmula vicepresidencial de Rodrigo Londoño, ‘Timochenko’, máximo líder de ese partido, consideró además que ese colectivo nunca inició una campaña electoral, lo que se verá reflejado con pocos votos en las urnas.

«La FARC tiene candidatos a consejos municipales, alcaldes y en algunos casos a las asambleas departamentales, pero yo no auguro mucho éxito en esta campaña electoral porque en realidad el partido no ha hecho campaña por falta de recursos económicos, y aquí se compite, más que con ideas, con publicidad y mercadeo», dijo.

La violencia juega en contra

Otros escenario en contra de las aspiraciones de FARC lo constituye la violencia política en las regiones, paradójicamente de la cual hacía parte como actor armado cuando existía como guerrilla, pero de la que ahora es víctima como partido político en democracia.

«El postacuerdo está caracterizado por una fragmentación de los actores, así que ya no hay una guerrilla como las FARC que concentraba el control del territorio y el sabotaje a las elecciones, sino que ahora hay diversos actores armados, muchos de ellos ligados a los intereses políticos de clanes familiares, que incluso atacan y amenazan a los candidatos de FARC», dijo Gabriel Becerra, dirigente nacional del partido de izquierda Unión Patriótica (UP).

Según Becerra, tales clanes familiares buscan controlar el presupuesto de los territorios y el negocio ilegal del narcotráfico, lo que, aunado a la falta de implementación de una reforma política y electoral como se planteó en los diálogos de paz de La Habana —que garantice la igualdad de los partidos en las elecciones— deja a FARC con muy pocas posibilidades de abonar terreno en las elecciones locales.

«Estas votaciones se hacen sin que se haya aplicado una reforma política ni electoral, es decir, las elecciones de hoy se hacen con las reglas de juego de las elecciones de hace 30 años, no hubo una reforma que democratizara el poder electoral, las garantías en la Registraduría, la financiación de las campañas, el acceso a los medios, todo lo cual implica una desventaja muy grande para FARC y para los movimientos alternativos», dijo Becerra.Con base en ello, aseguró, «no va haber un gran cambio en el mapa político nacional», y aunque prevé que los sectores de izquierda tendrán una presencia nacional, eso «no implicará un gran salto cualitativo ni cuantitativo».

Víctima de aislamiento

Otra fragmentación que también aqueja a FARC es la de los partidos de izquierda del país, como UP, Colombia Humana y el Partido Comunista Colombiano (PCC), que realizan campañas electorales independientes con muy poca vinculación con la antigua guerrilla.

«Los partidos con alguna afinidad ideológica tomaron la decisión de aislarnos. En general la tesis es que nosotros restamos en vez de sumar, y eso no es fácil, porque por un lado está la estigmatización de la derecha y, por el otro, ese aislamiento deja al partido en una situación muy compleja», dijo la senadora de FARC Sandra Ramírez en una entrevista reciente con la revista colombiana Semana.Tanto Daza como Becerra coinciden en que la FARC está en un proceso de reorganización interna que no le permite participar con garantías suficientes en estas elecciones, por lo que será necesario que en la próxima asamblea del partido, prevista para enero, dé un vuelco que le permita reorganizar su objetivos, todo lo cual comenzaría con un cambio de nombre.

«Quisiera estar de acuerdo con Carlos Antonio Lozada sobre que el partido logrará en estas elecciones una base política importante para llegar fortalecido en los siguientes comicios electorales, pero de seguir las cosas como están, yo no soy muy optimista», concluyó Daza.