Maryclen Stelling
Cual terremoto, la región, sufre una suerte de movimiento político-telúrico de poderosa intensidad y amplia magnitud, que se manifiesta de manera importante en Ecuador, Chile y Bolivia.
Analistas coinciden en señalar que “arde América Latinaâ€, mientras para otros “arde el neoliberalismo en Nuestraméricaâ€. Lo cierto es que se ha liberado una potente energía, que, cual espada de Bolívar, recorre América Latina.
En Bolivia el golpe de estado -teñido de fundamentalismo- incluye una presidenta auto designada y una poderosa energía emanada del pueblo; una OEA cómplice abocada a la construcción de narrativas favorables a la oposición golpista y un eje México-Argentina, llamado a jugar un importante papel regional, con el apoyo del “Grupo Progresivamente de Pueblaâ€.
El intento de restauración conservadora a la boliviana, ha devenido en una suerte de cruzada religiosa empeñada en construir un enemigo peligroso, a derrotar con un fundamentalismo posprogresista. El golpe revestido de un carácter fundamentalista, suerte de postura religiosa en combinación con un conjunto de objetivos y estrategias políticas golpistas. Fundamentalismo provisto de una furia vengadora que se sustenta en una confrontación simbólica entre Biblia y Constitución, entre Biblia y Pachamama. Desprendiéndose dos consignas golpistas: “la Biblia por la Constitución†y “Nunca más volverá la Pachamamaâ€.
Desde el fundamentalismo religioso, líderes opositores afirman que “este gobierno renunció sin una bala por parte del pueblo, renunció solo con la fe puesta en Diosâ€â€¦â€œBolivia es para Cristo y nunca más volverá la Pachamamaâ€â€¦ “Dios y la Biblia están volviendo al palacioâ€â€¦â€ A quienes no creyeron en esta lucha, les digo que Dios existe y ahora va a gobernar Bolivia para todos los bolivianos.â€
La política deviene entonces en una cruzada religiosa, apoyada en símbolos como la biblia, el rosario y, además, en actos contra la identidad y símbolos de los pueblos originarios. Un golpe de estado disfrazado de estrategia política emancipadora y liberadora, que no puede deslastrarse o disimular el fundamentalismo que la impulsa y supuestamente justifica ante Dios, el mundo y el pueblo boliviano.
De acuerdo al fundamentalismo golpista no es odio ni venganza, es simplemente justicia divina.
@maryclens