El Joropo venezolano en su diversidad, es fruto de una construcción colectiva en la que intervinieron ritmos, estilos y sonidos de lugares muy lejanos y tiempos inmemorables. Alba Ciudad 96.3 FM estrena su serie Patrimonios Culturales de Venezuela entrevistando al reconocido especialista e investigador Rafael Salazar con el fin de conocer cómo nació este género musical, llevándonos en un viaje en el tiempo al siglo XVI, para conocer las primeras formas de fandango -uno de los antecesores del joropo- así como sus raíces africanas y cómo éstas llegan al continente americano. Pero también nos hace retroceder aún más, al siglo VIII, cuando los califas árabes conquistan la península ibérica y hasta allí llega un músico nacido en Bagdad, de nombre Ziryab, quien transforma un instrumento de cuerda llamado Laud y compone más de 10 mil canciones, dejando una profunda herencia cultural. De allí, nos explica cómo el fandango dio origen no sólo al joropo, sino a decenas de otros bailes y tradiciones latinoamericanas, y nos presenta un resumen de los numerosos tipos y variantes de joropo que existen en nuestro país.
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Entrevista: Randolph Borges
Grabación, montaje y guión radial: Nadesjka Landaeta
Texto para Internet: Daniel Liendo y Luigino Bracci Roa
Venezuela: sus riquezas naturales son tan diversas como su cultura. Una posición geográfica privilegiada le da a nuestro país una condición de punto de confluencia de diferentes manifestaciones tradicionales. Tras los horrores de la conquista del continente americano, las culturas europea y africana se mezclaron con la de los pueblos originarios de Nuestra América, dándole a esta tierra de gracia la bendición de una cultura multiétnica y pluricultural, como posiblemente no existe en ninguna otra parte del mundo.
Entendida esta condición, el Gobierno Bolivariano, de la mano del Comandante Supremo Hugo Rafael Chávez Frías, y ahora del Presidente obrero, Nicolás Maduro, se han dedicado a exaltar y promover nuestras manifestaciones culturales con el fin de darles el justo sitial de honor que merecen. En tal sentido, el 2014 ha sido declarado el año del Joropo y toda su diversidad y riqueza musical, dancística y folklórica, ha sido declarada como Patrimonio Cultural de la Patria en la categoría de Bien de Interés Cultural.
Este será el primero de una serie de programas radiales realizados por Alba Ciudad, emisora del Ministerio del Poder Popular para la Cultura -también llevado al formato multimedia en esta página web-, donde haremos un recorrido por los orígenes del Joropo y su diversidad en todo el país.
En esta ocasión contaremos con la participación del musicólogo, compositor y promotor cultural Rafael Salazar, quien nos explicará los orígenes de nuestro joropo, desde los precedentes del Fandango hasta lo que conocemos hoy en día. Salazar es conocido por sus trabajos de investigación, que están plasmados en 25 libros en las áreas de etnomúsica y folclor de Venezuela y Latinoamérica. También, ha realizado su labor como docente y conferencista en diversas universidades y centros artísticos de Venezuela, Latinoamérica y Europa. Entre otras distinciones, ha recibido el Premio V Centenario en España en 1988, y el Premio Pensamiento Caribeño de la Universidad Quintana Roo, en México en 2002.
Salazar nos explica: «Es un hecho bien conocido que el joropo es el canto y el baile nacional de Venezuela. Y esto no es porque sea un Decreto o porque haya sido reconocido en 2014 como Patrimonio Cultural venezolano, sino porque el pueblo venezolano, a través del tiempo, desde el siglo XVIII capturó toda la música proveniente del mundo árabe-hispano y se dispersó por todo el país. Esa dispersión dio lugar a una serie de manifestaciones ‘afandangadas’ que después adquirieron el nombre de joropo».
Explica que una manifestación cultural «es nacional cuando se dispersa en todo un país y lógicamente adquiere características propias de las distintas regiones, porque las distintas regiones del país, tienen una formación histórico social distinta y forma parte de la diversidad cultural de Venezuela».
Antecedentes al joropo
¿De dónde viene el joropo? Para responder a esta pregunta, Salazar nos lleva en un viaje en el tiempo al siglo XVI, para conocer las primeras formas de fandango, sus raíces africanas y cómo éstas llegan al continente americano. Pero también nos hace retroceder aún más, al siglo VIII, cuando los califas árabes conquistan la península ibérica y hasta allí llega un músico nacido en Bagdad, de nombre Ziryab, quien transforma un instrumento de cuerda llamado Laud, crea una escuela de música y compone más de 10 mil canciones, dejando una profunda herencia cultural que se mantiene aún cuando los árabes son expulsados de lo que hoy es España y Portugal. De allí, nos explica cómo el fandango dio origen no sólo al joropo, sino a decenas de otros bailes y tradiciones latinoamericanas, y nos presenta un resumen de los numerosos tipos y variantes de joropo que existen en nuestro país.
Este viaje por el que nos llevará Salazar nos permitirá comprender que «afortunadamente para la Humanidad no existen formas musicales puras. Todas las formas son mestizas, tienen un antes y un después», y nos permite entender cuánto de nuestra propia cultura proviene no sólo de España, sino también de aquellas tierras del Oriente Medio, de las que pareciera que sólo nos recordamos cuando nos enteramos de las desafortunadas intervenciones imperialistas en dicho lugar.
Ziryab y su influencia sobre la música latinoamericana
Para comprender de dónde viene el fandango -predecesor del joropo-, es imprescindible conocer la historia de Ziryab. «Hay que hacerle un homenaje mundial a ese gran músico Ziryab (Abu l-Hasan Ali ibn Nafi`) o Zir Yap», nos explica Salazar. Ziryab era un músico iraquí de palacio, quien nació hace más de mil doscientos años, en el año 789 y murió en 857. Él estableció una de las primeras escuelas de canto libre en Córdoba. Esta escuela incorporaba estudiantes de ambos sexos, especialmente las mujeres esclavas, que eran muy populares entre la aristocracia de la época.
«Ziryab es un hombre genial que llegó a estar al servicio de Harun Al-Rashid», dijo refiriéndose al conocido califa de la dinastía abasí de Bagdad, cuya fama y poderío fueron inmortalizados en Las mil y una noches. Se le considera uno de los más grandes gobernantes musulmanes.
«Cuando los abasí derrotan a lo omeyas y conquistan a Damasco (año 750) se impone esa cultura abasida y los omeyas huyen hacia el Occidente. Entran por Marruecos y conquistan España, Hispania, como era el nombre en árabe», explica Salazar. «Allí se establece Abd al-Rahman I (también conocido como Abderramán I), el primer califa en Córdoba, quien manda a buscar a los mejores músicos de la época, tanto musulmanes como judíos». Para ese momento, Ziryab había huido de Bagdad, tras la muerte del califa Al-Rashid y de su hijo y sucesor, Al-Amin.
«El más grande genio es Ziryab, quien lleva a Córdoba la bandola y agrega una quinta cuerda al Laud, porque él decía que ‘le faltaba el alma’ «. Salazar describe al Laúd como «uno de los instrumentos más hermosos que ha dado la cultura Árabe». Indica que es un instrumento para honrar a Alá, donde se interpretaban piezas muy importantes, como Las Nubas. «Ese Laúd da origen a la guitarra de 4 cuerdas, a la guitarra de 6 cuerdas, a la Bandolina, a las Bandorrias y a una serie de instrumentos».
Señala Salazar que Ziryab compone más de 10 mil canciones, que están registradas en el libro KitÄb al-AghÄnÄ«, El Libro de las Canciones, texto de recopilaciones hecho por Abu l-Faraj al-Isfahani y que incorpora canciones de Ziryab «gracias a que sus hijos se encargaron de copiarlas».
Ziryab crea la primera Escuela de Canto Libre en Córdoba, la primera escuela de Laud y las primeras formas de canto de polifonía elemental en el siglo IX, específicamente en 822, dos siglos antes de la polifonía italiana. «A ti te enseñan en el Conservatorio que la Polifonía nace en Italia pero eso es falso: nace en Al-Ándalus».
«Gracias a Ziryab se conservaron 10 mil canciones», que a la larga, tras un largo proceso de evolución e intercambio cultural, derivaron en «todas las formas posibles de manifestaciones de todos los Fandangos de América», explica Salazar. Y de allí continuó la evolución, hasta llegar a nuestro joropo.
El Fandango
Posteriormente, Salazar nos lleva al siglo XVI, cuando las comunidades negras llegan a Venezuela, «traídas a juro como mano de obra esclavizada provenientes de Guinea Ecuatorial, Congo y Angola, y vino una manifestación de las tantas manifestaciones de la cultura negro-africana».
Allí aparecen las primeras formas de fandango. «Este fandango se establece principalmente en el Caribe, no en Venezuela para esa época, sino en Cuba y en Santo Domingo, también una parte en Jamaica. Como era una danza de procreación, una danza de fertilidad, evidentemente la gestualidad de esa danza estaba cargada de un gran erotismo. Entonces los españoles, cuando vieron aquella manifestación tan erótica y bajo la influencia de la Iglesia, prohibieron el fandango».
Fandango: una palabra netamenta africana
Rafael Salazar continúa explicando que la voz «fandango», «ese cognomento, como dicen los lingüistas, no existe en español. Es una palabra netamente africana. Por ejemplo, la voz ‘Angola’ es una castellanización del nombre original de dicho país, que es Ngola. Aquí hubo una gran cantante surafricana llamada Miriam Makeba, que en el Pata-Pata cantaba con esos sonidos guturales: ngola». Explica que lo mismo sucede con palabras como mondongo, mambo, tango, sorongo, merengue o malambo.
Para Salazar, el fandango caribeño traído por los negros esclavos, «que como era un baile colectivo, con tambores y mucha gestualidad», fue aprendido por la soldadesca española, que venía a las órdenes del Rey. «Esos soldados se mezclaron con los indios y con los negros -sino, no estuviéramos aquí como mestizos- y aprendieron esas danzas colectivas con tal gusto que las llevaron en sus viajes de regreso a España, a lo que era antiguamente Al-Ándalus, como lo llamaban los árabes».
Al-Ándalus es el nombre con el que se conoció a la región de la península ibérica bajo el control musulmán entre los años 711 y 1492, siendo dominada inicialmente por el califato Omeya, y luego por el califato Abasí. «La cultura Abasí proviene de lo que viene siendo hoy Irak, y la cultura Omeya proviene de Damasco (hoy Siria), casualmente donde hay los conflictos ahorita de todas las apetencias imperiales contemporáneas», explicó Salazar.
«Este Fandango llega a Al-Ándalus y, como dicen los abuelos llaneros, ‘eso cogió candela como un pajonal prendido’ y se expandió: llega a los puertos de donde salían los conquistadores tanto de Huelva, donde está el Puerto de Palos de donde partió salió Cristóbal Colón, como a Cádiz, que es la entrada del mar y al río». Esto permitió que los conquistadores que llegaron a América trajeron ese ritmo a nuestras tierras.
«Ellos comenzaron a agregarle otros instrumentos», explica Salazar. «Ese fandango original que era solamente con tambores, se le agrega la guitarra Morisca que es tanto la guitarra de 4 cuerdas como la de 6 cuerdas. Esta guitarra Morisca es derivada del Laud». Este fandango «empieza a ser acompañado con la percusión, con la guitarra Morisca, se le agregan las castañuelas y el pandero, que es de origen congolés y allí comienza ya la complicación de esto», señala Salazar.
Empieza a conquistar territorios andaluces. «El primer Fandango que se conoce en España se asienta en Cádiz, llamado Fandango Gaditano», acotando que Gadir era el nombre de Cádiz, puerto fundado por los fenicios. «Ese Fandango Gaditano pasa a Huelva, otro de los grandes puertos y se convierte en Fandango de Huelva».
«Cuando tú oyes este fandango, es exactamente a nuestra Malagueña de oriente, idéntica», dijo refiriéndose a la tradición venezolana muy popular en Margarita, Anzoátegui y Monagas. «Yo tuve la oportunidad de escucharlo en Huelva y de bailarlo no solamente en Huelva sino en Canarias con el grupo Los Alzaos. Cuando tu lo bailas, la Malagueña tiene figuras muy parecidas al Tamunangue, sobre todo al seis figureado» propio de dicho baile.
Los oriundos de Huelva fundan el pueblo de Alora, en Málaga, «y ahí nacen 2 fandangos: El Verdial que lo usan para los bailes de la fiesta de los inocentes y la Malagueña o Fandango de Málaga». Luego llega a Sevilla para convertirse en las Sevillanas, que hoy conocemos porque se pusieron de moda hace 15 ó 20 años «hasta en Japón». Indicó Salazar que tuvo la oportunidad de oír las Sevillanas originales, «que eran con una Flauta y un Tamboril y un baile de 4 partes. En Ronda se convierte en Rondeña; de ahí nace Vicente Espinel, el creador de la espinela o la décima, que realmente no la creó, sino que él recogió del pueblo a través de un libro llamado Diversas rimas e incorpora esa estrofa de 10 versos donde nace la décima».
Señaló la existencia del Fandango Charro y el Fandango Asturiano entre otras variaciones.
Prohibiciones
«Esto causó tanto revuelo en el año 1600, que en 1640 por un Decreto Real, fue prohibido el fandango. Prohibido por un decreto, pero el pueblo por un decreto no va a dejar de ser lo que es: un recibidor y un transformador de la música a través de los tiempos; pero yo creo que la prohibición fue peor, porque esto se convirtió en la manera andaluza de expresar los sentimientos».
Existe un decreto hecho por el Virrey de México, Bernando de Galves y Madrid en 1786, donde exhorta a los bailarines de fandango a mantener la compostura y el recato, mientras practican estas danzas. Parte del decreto dice lo siguiente:
En el acto de la representación, y con particularidad en la de los bailes, sainetes y tonadillas, pondrán los actores y actoras el mayor cuidado para guardar la modestia debida, el recato y la compostura en las acciones y palabras que exige el respeto debido al público, evitándose toda indecencia y provocación que pueda causar algún menor escándalo, con especialidad en los bailes que se conocen con el “nombre de la tierraâ€, que siendo característicos de este país, como lo es el fandango, seguidillas, etcétera. Durante los bailes es permitido que con el compás de los instrumentos se hagan mudanzas honestas, formando con ellas vistosas y agradables figuras; prohibiéndose, como se prohíbe desde luego el estrechamiento, cualquier agregado que se haya inventado, como el que llaman cuchillada, salto u otros movimientos provocativos: en inteligencia de que el actor o actora que incurra en semejante desorden, se le arrestará en el mismo acto, y será puesto en la cárcel por un mes, conduciéndolo desde el tablado en que haya sido la transgresión, a la vista del público e individuos de la compañía de cómicos, para que sirva de escarmiento y ejemplar.
Ese fandango ya remozado, con toda esa música árabe andaluza y con la influencia de la rítmica africana, llega a Venezuela y a toda América «y se convierte desde México a la Patagonia en el Alma Sonora de Hispanoamérica. Si no hubiese existido el Fandango, no hay música nacional en nuestra América, o mejor dicho, sería otra música distinta».
El fandango árabe-andaluz influye en el surgimiento del Fandango, el Fandanguillo, el Guapango, el Son en México, el Zapateo en Cuba, el Fandango en Colombia, en Venezuela el Joropo y la Malagueña, así como la Zamba Cueca en Perú, que nace «gracias a la influencia de las tropas neogranadinas en la liberación de dicho país, y de allí va hacia al sur y surge la Cueca chilena y la Zamba argentina; la Samba brasilera también tiene influencia del Fandango, mezclado con una danza que tiene también gran exposición erótica, que es el Zemba y es el pasito que hacen en la Samba, los bailarines cuando se separan de la rueda».
En México, el fandango se convierte en un baile con las Jaranas e instrumentos muy parecidos a los larenses. «Se bailaba y se zapateaba sobre unas tablas -explica Salazar-. Ahí también zapateaban los hombres y las mujeres, pero también se convierte en el Huapango, Fandango y en el son, en el famoso Son Jarocho y se convierte en el sur de México en una expresión nacional».
En Cuba se conoció como Zapateao, porque en el baile árabe andaluz el zapateo forma parte de esa tradición y cuando tú pones el Zapateo Cubano, es exactamente igual a un Joropo.
Como puede observarse, la evolución del fandango implicó múltiples viajes de ida y regreso por el océano Atlántico: primero, los africanos secuestrados y traídos como esclavos hasta América crearon las primeras versiones de fandango, inicialmente con puros tambores; luego, los soldados y conquistadores españoles regresaban de América a España con ese ritmo, al cual se le añadió la influencia ibérica y árabe, incluyendo instrumentos de cuerda y percusión, para luego cruzar el Atlántico de vuelta a América, donde continuó evolucionando hasta convertirse en numerosos bailes y ritmos latinoamericanos. Uno de ellos, el joropo.
Venezuela, el Fandango y el Joropo
En Venezuela se dieron tres tipos de Fandango, señala Salazar.
El Fandango Redondo, que dio origen a lo que hoy conocemos como Joropo Llanero, que se llamaba redondo porque tenía las figuras en redondo con mucha influencia incluso con lo que después se conoce como Baile de a tres – a 3 tiempos- que lo adaptó también el Vals por la influencia austríaca, de los Landers austríacos. Ese Fandango fue recopilado por el General Ramón de la Plaza, el primer presidente del Instituto Nacional de Cultura de Venezuela, el primer INCIBA (Instituto Nacional de la Cultura y Bellas Artes). Fue un tipo muy acucioso, hizo un libro llamado Ensayos del Arte en Venezuela, donde incluso aparecen dibujos y grabados de los instrumentos tanto indígenas como africanos, y él pone la partitura del Fandango Redondo, fundamentalmente hecho para violín.
«Yo tuve la oportunidad de grabarlo hace muchos años -señala Salazar- y un hijo mío, estudiante de violín, hizo una adaptación para dos violines y un bajo con Eddy Marcano y el contrabajo era Javier Marín. Ahí vas a ver toda esa transición de ese primer fandango, un poco al estilo ese reposado, ya edulcorado como lo transformaron los españoles, no con la fuerza del Fandango Negro, pero después se convierte en Joropo. Ese es un ejemplo importante de poner porque tu sientes la transición.
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El joropo llanero está asociado con la faena ruda del arreo del ganado, del herraje, de la soga. «Cuando tienes que enlazar a un caballo rebelde, un caballo cimarrón, o vas también a llevar la vacada a través del potrero, ese Joropo está influenciado por la faena ruda del Llano. Se llama Joropo Recio: un canto más rudo al tocarse, de más virtuosismo. De un canto lanzado al viento, como lanzan los llaneros cuando el que está arreando el ganado. Lanza el grito para que la vacada avance o en comunicación con el cabestrero… eso tu lo escuchas en los joropos llaneros».
Explica Salazar que el joropo llanero abarca desde Apure y Barinas hasta los llanos orientales. «La gente cree que el joropo llanero finaliza en Guárico y no es así: hay llanos en Anzoátegui y en Monagas y ese es el joropo recio que conocemos como siempre». Ese joropo se interpreta con arpa, con bandola de cuatro cuerdas y maracas, básicamente. Ha dado lugar a cantidad de formas musicales: el Pajarillo, La Guacharaca, El Zumba que zumba, El Cunaviche y más de cincuenta formas en el llano. En el país hay setenta y dos formas, según Salazar.
El especialista enfatizó que el joropo es un género musical, pero que en Venezuela existen numerosas variantes o formas musicales, siendo el joropo llanero sólo una de ellas. «El género es el joropo, los otros son variantes, digamos derivados». Por ejemplo: «Hay una forma de Joropo lento que es el Joropo para el amor: es el Pasaje, pero el joropo recio -que ellos llaman Golpe- es el gran Joropo Llanero», señala Salazar.
El joropo oriental
Otro tipo de fandango se da en oriente: allí llegan las primeras bandolas y bandurrías, específicamente a Cumaná y a Cubagua alrededor de 1560. «Eso lo dice Alberto Calzavara en su libro La historia de la Música en Venezuela, porque el centro económico del país para la época, la primera forma de riqueza para los españoles fue la exportación de perlas y oriente tenían cierta independencia en el país. Ese -vamos a llamarlo- Joropo Oriental nace de algunos fandangos que llegaron con los barcos», señala Salazar.La primera forma de Fandango que llegó fue La Malagueña, que en España y en Canarias es un fandango bailable».
«Aquí perdió el baile -añade Salazar- y se convirtió en un aire nostálgico, que narra la experiencia de los pescadores: un canto al amor, a la vida, con cinco líneas solamente para versos, cuatro líneas repetidas, y hoy por hoy, no se baila.Indica Salazar que «tú lo oyes actualmente y no lo sientes que fuera un Joropo, pero sí forma parte de esos primeros joropos. Sería un joropo lento. La Malagueña viene siendo como una secuencia ármonica fija de donde surgieron toda la música árabe andaluza. Ellos lo llaman Macán. Macamet es cuando son varios macán».
El especialista relata que, en el pasado, la palabra «macán» se usaba también par referirse a algo fastidioso o reiterativo («¿vas a seguir con ese macán?») y explica que «el macán es una secuencia armónica fija, y sobre eso se improvisa. Eso también tiene la gran influencia árabe».
- El otro tipo de Joropo que se da en oriente, tiene también la influencia del Fandango Redondo pero tocado con Bandolina o Bandola, y con el aporte africano que no fue desde esa época, sino aproximadamente en 1850 cuando se traen los primeros esclavos africanos al Caribe para el cultivo de la caña y del cacao en lo que es el Golfo de Paria y en Guayana para las minas de oro de El Callao. «Allí le agregan a ese Joropo la famosa Caja y una Maraca indígena que llaman Maraca Ordeñada; ese joropo se llama Golpe y tiene tres partes: el Golpe, el Golpe de Arpa y el Estribillo», señala Salazar.
El joropo central
Hay otras formas de Joropo que se dan en el centro del país, principalmente en Aragua, este de Carabobo, Miranda y el norte de Guárico, señala el especialista. «Tuvo una gran influencia del Joropo Llanero pero con una gran diferencia. Ahí se estableció un Arpa con 13 sonidos metálicos en su parte aguda, tocada con gran virtuosismo… y un cantador quien toca las maracas».
Salazar también nos relató sobre los golpes Pajarillo, Yaguaso y las famosas Revueltas, que tiene, además del Golpe o del Pasaje: el Yaguaso, la Guabina, la famosa Marisela y la Llamada del Mono.
- La Revuelta: tiene su origen de la costumbre de los hombres al sembrar o recoger el café, haciendo las famosas filas. «Habían unos que tenían más defensas que otros, y cuando las filas eran irregulares, el que iba de última gritaba: ¡A la Revuelta! Entonces ubicaban, se cambiaban y el que iba más adelantado se iba a la última fila para que la tarea que se hacía en un día, la jornada, mejor dicho, se pudiese cumplir más rápidamente».
- La Hornada y el joropo horconeado: También la voz «Hornada» o Jornada dio origen también a la Hornada que era una Revuelta, una suma del joropo con otro Joropo de transición. «Eso duraba en las fiestas de recolección, hasta el amanecer». Es un Joropo mucho más intimista, muy virtuoso y sin Cuatro, «pero hay una variante muy particular en el estado Cojedes que se llama Joropo Horconeado que no es sino que en las distintas formas de baile, en el Horconeado el hombre imitaba el levantamiento de un horcón o palo para sujetar las famosa vigas de las casas de madera; el baile imita esas colocaciones».
Bailes
En el baile del joropo llanero, Salazar acota que está El Escobillado que lo hace la mujer: «la mujer no zapatea porque el Joropo es una propuesta de conquista amorosa; volvemos al Fandango ¿te das cuenta? El Fandango es una fiesta pre-matrimonial de tambores antes del matrimonio, una fiesta -vamos a llamarla así- de fecundidad».
El Zapateo y El Torea’o imitan la forma del embiste de un toro. En cambio, en el joropo central solamente se notan El Valseado y un Zapateo más o menos suave, aunque últimamente los muchachos han hecho La Metralleta, que son zapateos colectivos delante de los músicos para lucirse en el joropo.
Del Joropo Llanero han surgido otras formas de figuras; «he contado dieciseis figuras de variantes», señaló Salazar y citó como ejemplo la “zambullida del güireâ€, que imita el hombre cuando un pato zambulle la cabeza y después pasa por debajo de uno de los brazos abiertos de la mujer.
Tienes también “La Sentada de la Danta†que imita a la danta cuando se sienta. Tienes “El Sogiao†que imita cuando le da vuelta a la mujer que imita al acto de la soga. Hay cantidad de variantes del Joropo, siempre relacionada con la tierra y siempre relacionada con la faena.
Joropos occidentales
Narra Salazar que en el estado Lara, Zulia y Falcón y en el norte de Portuguesa hay un Joropo occidental que se diferencia radicalmente de los otros joropos. «En él no se usa arpa, sino instrumentos de cuerda derivados del Laúd: el cuatro, el cuatro y medio, el cinco (que también lo llaman seis), el octavo y utilizan la Tambora Golpera y a veces un Pandero, que es como la Pandereta española pero sin los metales. Básicamente es un valseado y se baila como un vals. Es idéntico este golpe larense -que también abarca Yaracuy- a los ‘Sones Jarochos’ del sur de México».
«Nosotros tuvimos hace muchísimos años -quizás 25 o más- un encuentro entre el grupo Chuchumbé de México y Un Solo Pueblo. Eso fue una cosa apoteósica, visitando a Don Pío Alvarado (fallecido el 24 de agosto de 1983 a la edad de 88 años en Barquisimeto) y era la misma música hasta que muchos sones se parecían. Fue una fiesta que hiciemos en Margarita (Estado Nueva Esparta) y después en Lara».
Explicó que si bien se le denomina «golpe larense», el mismo abarca Lara, Yaracuy, norte de Portuguesa y sur de Falcón. «Es un Joropo cantado a dos voces, ellos le llaman Coro y con instrumentos derivados del Laúd».
En el Joropo Oriental, la danza es muy elegante. Si bien está el joropo u golpe y despúes el golpe de arpa y el estribillo, se baila como una especie de eterno escobillado; van escobillando tanto el hombre como la mujer, haciendo “la vuelta†incluso formando un círculo, digamos seis parejas: están bailando agarradas las manos y hacen como una especie de círculo de traslación en sentido contrario a las agujas del reloj.
«Esto es una fórmula cabalística que viene de los antiguos Druidas», explicó Salazar. «Esto es muy viejo y lo usaron también los vieneses, cuando se impuso el vals en 1810 en los famosos bailes de la liberación de la burguesía, que es la expresión que rompió con todas las danzas de cuadros, que eran danzas colectivas formadas por filas y columnas».
Continúa Salazar: «Aquí tenían la libertad de bailar la pareja sobre sí misma y en la traslación a través de un sitio de baile. Esto fue prohibido por la burguesía de la época y los todavía los trasnochados del régimen feudal y de las monarquías de la época… eso que permitía que el hombre abrazase una mujer bien apretaita por la cintura, que den vueltas sobre sí mismos, miradas pícaras -que provocaban según ellos unos desvaríos- eran presas del diablo, lo llamaron ‘danza diabólica’ porque eso era fin de mundo».
El vals y el joropo
Rafael Salazar nos explica cómo el vals influenció notablemente la forma de baile del joropo. «El Times de Londres de 1810, sacó una noticias alertando a ‘la gente decente’ para que no dejaran ir a sus hijas a ese baile impuesto en Londres, que venía de ‘la corrupta’ Francia. En realidad, el vals vino fue de los Campos de Alsacia, región común a Alemania, Francia y también de la región de la cultura germánica -por la lengua- que ocupan los vieneses de Austria».
Johann Strauss, hijo de un cantinero, aprendió a tocar violín porque escuchó a los campesinos. «Eran unas danzas llamadas ‘Landler’ donde se daban vueltas y se bailaban con unos zancos de madera», explica el experto.
Despúes él logró a través de una influencia que tuvo con la corte vienesa, que se impusiera como pieza de palacio. Los valses no tenían letras, pero luego los franceses comenzaron a componer vals cantados. «Eran dos formas de valses: el vals de palacio y el vals arrabalero de los pueblos a orilla de los grandes ríos. En ese vals arrabalero, llamado javá, el hombre le ponía las manos por la parte trasera, por las nalgas de la mujer y bailaban pegaitos. ¿Te puedes imaginar en 1810 esa situación? Fue la expresión de la liberación de la burguesía. Si la burguesía llega al poder y permite el matrimonio entre las parejas sin el permiso del amo, tenía que haber una expresión cultural acorde con esa liberación».
«El vals influyó notablemente la manera de bailarse el joropo, sobre todo la primera parte; por eso se llama valseado, a la manera del vals», sentenció Salazar.
La palabra «joropo»
Joropo viene siendo, en su etimología, sorop, del árabe sorop que significa jarabe. «Recuerdo mucho en mi juventud que, cuando llegaban los norteamericanos a imponernos su cultura gastronómica de chatarra, en un sitio llamado Sears de Venezuela -era una venta por departamentos ubicada en Bello Monte, donde está actualmente Ciudad Banesco- además de imponernos el famoso pino navideño con Santa Claus o San Nicolás, ofrecían las famosas panquecas y te vendían un líquido llamado “siropâ€, que era el jugo del maple, uno de los grandes árboles en Estados Unidos y Canadá, una especie de jarabe. Sirope, sorop, joropo. Y en México se llama «Jarabe» a uno de los Joropos, el Fandango.
El joropo urbano y la radio
Respecto a las ciudades, Salazar señaló que «hay un joropo urbano que surgió en Venezuela a partir de 1860, 1870 con grandes Maestros del piano, como Heraclio Fernández, el creador del Diablo Suelto. Es un vals muy rápido, imposible de bailarlo pero se parece más a un joropo. Y así muchos músicos de esa época, comienzan a componer joropos inspirados por los joropos tradicionales del llano y sobre todo por los joropos centrales».
Luego, Sebastían Díaz Peña crea un joropo urbano llamado “La Mariselaâ€, inspirado en la canción del mismo nombre. «Esa es una de las joyas musicales, creo que aquí la tenemos interpretado por la Orquesta Típica Nacional; esta es una joya de joropo».
La misma se difundió gracias a la radio, que nace en Venezuela en 1926. Recuerda que antes de eso «la música estaba confinada a las retretas domingueras de los pueblos que tocaban joropo, merengue y vals. Esas retretas domingueras dieron origen a famosos joropos. Hay uno de Claudio Eloy Fermín, de principios del Siglo XX que se conoce como Margariteñería y así otros joropos: Jarro Mocho, del estado Lara» por Federico Vollmer.
El Alma Llanera
Al multiplicarse las emisoras de radio, forman conjuntos musicales en los que grupos tocaban en vivo por 3 y 4 horas diarias, un horario al mediodía y otro en la tarde, en los momentos en los que aún no habían grabaciones sonoras. Recordó que en los años 1960, la emisora Radio Continente aún hacía esas emisiones de música en vivo, «y había incluso un pequeño auditorio donde tu asistías a eso, cuando estaban ubicados allí frente al Liceo Andrés Bello», en la avenida México en Caracas. «Todas esas emisoras de radio empezaron a difundir esos joropos urbanos, entre ellos La Marisela, pero hubo un joropo increíble creado por Carlos Bonnet: Quitapesares, que se folclorizó y hoy es una forma musical llanera».
Recordó Salazar que Carlos Bonnet «fue el primer director de la Orquesta de Radio Caracas que era la Brodcasting Caracas y tocaban en vivo. Allí tocó el maestro Eduardo Serrano, creador del famoso merengue Barlovento y cada emisora como la Radiodifusora Venezuela donde cantó desde chiquita Magdalena Sánchez y también, las bandas nuestras dieron origen a grandes joropos como el Alma Llanera, que es un joropo urbano».
Explicó Salazar que «Pedro Elías Gutiérrez no solo era director de la Banda Marcial de Caracas. Estamos hablando de 1914. Él estrena una zarzuela llamada ‘Alma Llanera’, cuya letra perteneció a un gran poeta, Rafael Bolívar Coronado, y donde la introducción de la zarzuela era un joropo». Narra que, «como él era el Supervisor Nacional de Bandas de todos los pueblos, él mismo hacía los arreglos, los mandaba a los pueblos y se acostumbró que la última pieza de la retreta se hacía con el joropo, Alma Llanera y se convirtió en nuestro segundo himno nacional».
Más joropo urbano
También recordó el Caricari, es una especie de chipola que creó Rafael Romero y grabó Aldemaro Romero con la famosa Dinner en Caracas. Y ya en la década de 1970, Aldemaro crea un nuevo joropo urbano (él mismo lo llama así) y es la famosa Onda Nueva, que ya no es para bailar sino para ser escuchada con armonías muy contemporáneas, influenciados por la bossa nova brasilera. «Ã‰l dice que lo de él fue la gran orquestación, que llevaba la armonía de la bossa nova, pero que el gran creador de la rítmica de ese joropo fue el Pavo Frank, que lo hizo con la batería».
«Tú ves a cualquier grupo de ensamble que toquen joropos y hay una Onda Nueva allí», expresó Salazar. «Esto hay que registrarlo, porque esa es la influencia de Aldemaro Romero. ¿Ese joropo de dónde es? ¿Del llano? ¿De dónde es ese joropo? ¿De oriente? ¿Del pueblo oriental? No quiere decir que un cumanés que tenga algunos conocimientos académicos no pueda crear un joropo urbano», pues «hay Joropo Urbano donde haya urbes contemporáneas: Maracaibo, Barquisimeto, Valencia, Maracay, Mérida, San Cristóbal, Cumaná, Barcelona y Caracas, lógicamente».
Explicó que «los muchachos que han salido de esa gran escuela llamada La Siembra del Cuatro, creada por Cheo Hurtado y que tocan mucho joropo, tienen esa influencia de la Onda Nueva y lógicamente también tienen influencia de los sonidos contemporáneos».
«El más grande los instrumentos es la voz. El hombre va adaptando su voz a esos instrumentos. Cuando tu escuchas una Onda Nueva, tiene esa forma de canto adaptado a ese sonido contemporáneo. Eso se clasifica como Joropo Urbano», indicó el especialista.
El joropo guayanés
Salazar también comentó sobre el joropo guayanés: «es una especie de fusión entre la influencia del joropo oriental y el joropo llanero. Miguel Acosta Saignes, uno de los grandes antropólogos venezolanos, tenía una copla muy hermosa para explicar cómo llegó el joropo al oriente y a Guayana, a través de una cuarteta llanera, siempre la sabiduría popular:
La iguana y el mato de agua se fueron al Orinoco
la iguana no volvió nunca ni mato de agua tampoco
«¿Qué significaba esto? En la época de la sequía -hay que ver que la sequía es bien brava en los llanos- los animales, que tienen el don natural de buscar refugio, atraviesan todo el norte en invierno y van buscando al sur donde haya calor. Huían del Arauca en el Apure buscando donde hubiese menos sequía y más agua. Se iban por los ríos y se establecieron en lo que es Guayana, donde todo el tiempo llueve. Detrás de los animales se iban los llaneros. No había trabajo y había que buscar otra forma de vida. Dejó “allá†la novia, la mujer con unos hijos y se fue al oriente, no volvió -y menos si comía zapoara- y se volvió a enamorar».
«A esa música la empezaron a llamar ‘llabajera’ que venía de ‘allá abajo’, del Bajo Apure. Hay un joropo en oriente que se llama Llabajero, que es una especie de corrido». La influencia tanto del llano y del centro causa que aparezca ese joropo híbrido llamado joropo guayanés, «con características muy propias. Una bandola de 8 cuerdas, llamada Bandola Guayanesa donde se interpreta el Seis, la Josa, el San Rafael: son cantidad de golpes que hay en Guayana. El mismo Sapo es una especie de golpe que se baila con el valseao y un zapateao. La difusión de ese joropo se la debemos actualmente a Cheo Hurtado, que hizo grabaciones muy buenas y difundió. Así como Serenata Guayanesa difundió el calypso del famoso ‘El Callao to night, Guasipati tomorrow night’, Cheo Hurtado se dio a la tarea de difundir el Seis Guayanés. Ese es el joropo guayanés».
«La Josa y Mocho Hernández, son distintas formas y variantes de joropo. Los instrumentos básicamente son: bandola de 8 cuerdas, cuatro y maracas, ahora le agregan el bajo o la guitarra, que hace las veces de bajo».
El Joropo Andino
El joropo andino tiene 2 formas básicas: El Corrido y El Galerón. «Es lento, muy de pareja, muy adaptado a ese paisaje montañés que se toca con violín, también con mandolina o con tiple que lo conseguimos en la parte colombiana y la utilizan en algunas fiestas».
Ahí se conocen el famoso Pato Bombiao, la Perra Baya y una especie de joropo que yo ví hace muchos años que se utiliza para el rompimiento del Chorote, siempre me confundo con el Sorocho que es el viento frío de esos que te dan cuando por la altura te da un mareo, ese es el Chorote.
El Chorote
Es una simbología que tiene que ver con la mujer andina, que una vez que entraba en la cuarentena, luego del parto y la alimentaban con caldo de gallina todos los días. «A mi me cuenta mi mamá que llegó a odiar la gallina -cuenta Salazar- porque mi abuelo le mataba todos los días una allá en Margarita, para que se fortaleciera durante la famosa cuarentena, que son 40 días de reposo en cama y 40 días de abstinencia sexual. Como el ser humano está relacionado con la vida, con el nacimiento, con la pubertad, la adolescencia y lógicamente con la adultez y la muerte, el Chorote es un acto público donde se bailaba una especia de joropo, donde hacían una piñata de barro como la mexicana y el dueño de la casa rompía el Chorote; es decir, que ya la mujer podía tener relaciones». Indica Salazar que esta tradición aún existe en algunos pueblos andinos.
«Era una gran fiesta. Este hombre, después de 40 días ya puede y allí se armaba el joropo andino. Esto está en todos los Andes y en Mérida, pero estamos hablando de los pueblos, porque también en Los Andes existe un joropo urbano, en la capital San Cristóbal».
¿Qué tienen en común las variantes de joropo?
Aún cuando las diferentes variantes de joropo señaladas antes (llanero, central, oriental, golpe larense, entre otras) parecieran tener poco en común, Salazar nos explica que no es así.
«Sí tienen algo en común. Primero la rítmica en tres tiempos (3T) o seis por ocho (6×8); después la forma de baile. Todos los Joropos tienen valseado, lo cual te indica que allí hay una madre común. Todos los Joropos tienen zapateo, en unos más fuertes, menos fuertes, más elegantes pero sigue siendo el Joropo». Lo comparó con las distintas formas de hablar el idioma español o castellano: «Independientemente de las distintas formas, nos entendemos un mexicano con un argentino; igualito, el Joropo es Joropo. Que haya decenas de variantes en el llano y haya diferentes formas de baile, eso es lógico porque la cultura es dinámica», explicó.
También destacó que «el Joropo es algo más que canto, música y baile. El Joropo es una forma de ser, una forma de sentir, una forma de vivir que está asociada con la faena, con la fiesta que prodiga la faena. Cada vez que haya una recolección de frutos, bien sea de la tierra o de la mar en oriente; o una buena venta de ganado, se forma un joropo. Cuando tu oyes un joropo del llano, está la palabra mastranto, está jagüey. Tú no vas a ver un joropo oriental hablando de jagüey porque eso no existe en oriente; tienen que ver con las voces de oriente y los términos de ellos».
Pajarillo a Ziryab: Del Fandango al Joropo
Relató Salazar un viaje en 1992 o quizás antes, en el que él asistió de invitado junto a Ismael Querales, Serenata Guayanesa, el arpista Ramón Narváez y Tomás Mantilla, invitados por el Instituto de Musicología de Alemania a través del musicólogo Jabib Tuma. «Hicimos un gran espectáculo en la Sala Nacional de Conciertos en Viena y yo les conté sobre Ziryab y esta secuencia de cómo las primeras danzas árabes influenciaron la música árabe-andaluza».
«Querales tomó esta historia mía e hizo una joya musical que se llama ‘Pajarillo a Ziryab’: él agarró las formas primeras afandangadas que conducen al Pajarillo, que es originario del Fandanguillo, que tenía una introducción con la guitarra, y él hace lo mismo pero paseándonos por una música muy árabe, pasa por la ascendencia andaluza y termina en el Pajarillo. Ese fue el gran aporte de Ismael Querales y, como buena música de influencia árabe, nunca se toca 2 veces igual. Tú nunca oirás a un joropista tocar 2 veces igual, porque es música para la improvisación».
Le invitamos a escuchar el tema Pajarillo Ziryab, de Ismael Querales
Los medios de comunicación y el joropo
Para Salazar, es vital que los medios retomen el papel de dar a conocer el joropo y nustras manifestaciones tradicionales. «Tú no puedes amar lo que ignoras. ¿A ti te gusta la música japonesa? No, porque nunca la haz escuchado, si acaso como una cosa exótica. ¿O la música china? Igualito».
«Estando en Venezuela, no se escucha la música venezolana. Si pusieran el Joropo en la radio como ponen el reguetón o la salsa, sería otro el cantar porque tu empiezas a adaptar tu oído a un gusto urbano, pero la difererncia con el reguetón es que el joropo tiene una raíz nacional. Es como si tú trataras de imponer ahorita un idioma nuevo, que alguien invente un idioma. Y si te lo ponen todos los días, llega un momento en que tú hablas el idioma».
Relató Salazar: «El otro día yo me conseguí con un taxista en una de estas entrevistas de radio. Me reconoció y me dijo: ‘caramba amigo, tú eres compositor. Yo tengo una hija que canta muy bonito en inglés, pero no sabe lo que canta. Tiene 12 años. ¿Qué me aconseja usted?’».
«¿Y por qué canta en inglés? Porque es lo que oye», señaló Salazar.
Para el experto, la responsabilidad de los medios es total. «Los medios del Estado principalmente, pero también los medios privados. Se hizo una Ley, la famosa Ley Resorte (Ley de Responsabilidad en la Radio y Televisión) o mordaza, qué se yo, pero que no le paran. Como no le pararon al uno por uno, que pagaban la multa y ponían la música venezolana a las 5 de la mañana».
Recordó que en los años noventa, «cuando el país entró en esa crisis, obstinados de la corrupción y la decadencia de la Cuarta República, que nació un joropito urbano que empezó a cantar Carlos Baute. Entonces, los pavos de la época de la Universidad Simón Bolívar se iban a las zonas aledañas a comer parrillas, a tomar cervezas y a bailar con la bandera de Venezuela. Eso pasó de moda, pero ahí comenzó todo este movimiento nacionalista que dio paso después al surgimiento de Chávez como precursor de esta nueva realidad política nuestra. Pero realmente no habido una política constante del Estado en el aprendizaje, no solamente del Joropo, sino de todas las formas musicales venezolanas», indicó el especialista. «Esto tiene que ser en la casa, en la escuela, en la radio; cuando digo en la escuela digo primaria, secundaria y la universidad».
Hugo Chávez y el Joropo
Interrogado sobre la influencia de Hugo Chávez en la divulgación del joropo en los últimos quince años, Salazar respondió: «Te voy a decir algo que va más allá de la política: Chávez fue una especie de huracán político, un fenómeno reconocido incluso hasta por Henry Ramos Allup, uno de los viejos líderes de la vieja guardia de Acción Democrática». Para Salazar, Chávez fue creador de una nueva cultura política de un movimiento nacionalista, creador de polos de desarrollos autónomos independientes.
Chávez, como buen llanero, fue un amante del Joropo y lo cantaba a menudo, algo que Salazar admiró mucho de él. «No solamente tuvo una influencia Chávez en la difusión del Joropo (…) sino la poesía llanera, la difusión de Alberto Arvelo Torrealba, de Germán Fleitas Beroes y de tantos poetas, sino que influencia la creación de un nuevo lenguaje. Porque ahora hay un nuevo lenguaje político. Tú oyes incluso a la oposición hablar de inclusión, desarrollo endógeno y una cantidad de palabras» que antes no se usaban, «que alguien debería de hacer ese estudio lingüístico».
«La democracia participativa y protagónica, todo eso tiene que ver con Chávez. ¿Quien hablaba de protagónico antes? (…) Tú ves que la gente dice: yo estoy dignificado… tengo una vivienda digna… vivir viviendo… y cuando tú te pones a ver, son tantas las cosas que ese señor nos dejó, que lógicamente como buen llanero y amante de la cultura popular, nos dejó eso: menos mal.
«Cada vez que Chávez hacía un Aló Presidente, esa era la noticia de primera plana de los periódicos al día siguiente. Cuando no había Aló Presidente, no había noticia en primera plana y esto influenció incluso en la oposición. No vayas a creer que la influencia es nada más en los chavistas, porque el tipo fue un fenómeno político. Fue un líder reconocido en el mundo entero… ¡imagínate tú!».
«Menos mal que Chávez -con el perdón de mis pocos amigos rockeros- no era amante del rock», dijo Salazar. «Hubiéramos decretado el rock como Patrimonio Nacional de Venezuela. Independientemente que el rock es una forma de expresión contemporánea que tiene lógicamente toda la influencia de la cultura anglosajona y que cumplió un papel importante sobre todo en Inglaterra con The Beatles, que fueron unos irreverentes que irrumpieron contra las formas de guerra, y mucha de su música tenía que ver contra las formas imperiales de guerra. Que los jóvenes nuestros lo bailaran sin saber qué estaban escuchando en las letras, es otra cosa; pero fue una música contestataria en su época, como lo hicieron también en Estados Unidos, donde el rock se convirtió en una música contestataria, sobre todo en Memfis con Elvis Presley. El rock fue perseguido», acotó.
Recordó que los afroestadounidenses también influyeron notablemente en el rock, y el bangio que ellos tocaban también es de origen árabe, derivado del Laud.
Joropo y la clase media
«El Joropo es un sentimiento nacional, aunque nuestra clase media, pequeñoburguesa por ignorancia, no por culpa de ellos sino de los medios de comunicación, se sienten distanciados de esa forma popular porque los rebaja a la condición de Pueblo», explicó Salazar. «Nuestra clase media, como decía Aquiles Nazoa “es media porque es mediocreâ€, o como decía Anibal Nazoa: “la clase media se medio compromete cuando medio le convieneâ€. Es una clase sandwich, porque ni es proletaria ni es burguesa. Entonces, vive de la imitación. No quiere ser proletario, quieren ser burgueses, pero jamás serán burgueses porque son asalariados. Creen que distanciándose del pueblo están en un estatus superior, sin saber que lo define la Cultura de un Pueblo es justamente el uso y la apropiación de ese Pueblo a través del tiempo de un colectivo. El Joropo no es un hecho individual, es un hecho colectivo», señaló.
Criticó que en la década de 1950, cuando Marcos Pérez Jiménez, «los medios de comunicación nos impusieron un joropo estilizado. Al pobre llanero le pusieron un poncho, una ruana, una cobija. Le pusieron botas con espuela -jamás eso yo lo he visto- un fuete y empezar a bailar». Indicó que el joropo es muy dificil de bailar si no tienes la vivencia desde pequeño. «Aquí inventaron un zapateo de mujeres con el conjunto ‘Retablo de las Maravillas’ de Yolanda Moreno, con unas filas alineadas con fuetes y las faldas tipo mariposa, y eso cundió en el país. Las danzas nacionalistas tú las conseguías en todo el país. Hay que hacer una lucha para reivindicar nuestra verdadera esencia del joropo».
Explicó que Juan Vicente Torrealba, gran tocador de guitarra tuyera, fue convencido por su productor de «utilizar un instrumento más sonoro como el arpaâ€, y él aprendió a tocar arpa. Sus propias composiciones, que eran golpes tuyeros, las llevó al arpa «y para que eso gustara la hizo como más suave, para que fuera aceptada por esa clase media emergente», dijo Salazar.
El joropo y las tradiciones: ideología desde la escuela
Salazar llamó a considerar el joropo como una propuesta ideológica. «La ideología tiene que ver con nuestra manera de caminar, de comer, se sentir, de abrazarnos, de amar, de convivir; esa es la ideología, y si queremos una cultura nacional en un proceso de reivindicación, lo nacional tendría que estar en primer lugar y no como un hecho fortuito… es decir, poner música venezolana de 5 a 7 de la mañana y unos programitas ahí eventuales, y ni siquiera nombran los autores en las radios nuestras, ni siquiera en las radios del Estado. Yo he oído La Radio del Sur y jamás nombra ni quien interpreta ni de quién es la canción. Entonces, ¿a quién estamos educando? Pregúntale a un muchacho ahorita por cualquier música de moda y te sabe quien es el autor y quien es el intérprete» (Nota del editor: el mismo problema ocurre en Alba Ciudad, pero se están tomando pasos para su solución).
«Entonces, si tú no lo difundes ¿cómo lo vamos a conocer? Eso es un reclamo que hago yo, porque siempre he sido un luchador de esta causa desde que tenía. Voy a cumplir 70 años y desde que tenía yo 15 años de edad estoy haciendo música. Ha sido una pelea dura, y hemos logrado algunas conquistas y es verdad, hemos avanzado. Ahorita hay más calidad musical. Hay más intérpretes, pero no es suficiente».
Salazar insiste en que tiene que haber una política en el Estado para la divulgación del joropo y las tradiciones venezolanas. «Cuando uno dice que se imponga… sí: que se imponga, porque todo hecho educativo es impuesto. Cuando tú vas a un colegio ¿tu estudias lo que te da la gana? Tú estudias lo que dice un manual de primer grado. ¿Quién lo hace? Un Ministerio de Educación, y eso es válido para un colegio privado y una escuela pública», señaló. «¿Por qué no pones allí, así como estudian Castellano y Literatura, ¿por qué no pones la música venezolana como una cosa propia? ¿O es que vamos a estudiar la música alemana? Que deberíamos estudiarla también, ya en bachillerato. Por ejemplo, no se puede entender el Vals, sin la cultura alemana. No se puede entender el Chotis sin la cultura inglesa, la Tarantela sin la cultura italiana».
«Toda forma musical define a un país cuando esa forma musical obedece a la tradición de un pueblo. Yo le hago una pregunta a ustedes: Tango, ¿de qué estamos hablando? de Argentina. Son, ¿de qué estamos hablando? De Cuba. Y así es la comida. ¿Espaguetis? Italia. ¿Hallaca? Venezuela. Tú te identificas con un país a través de si cultura gastronómica, lingüística… si tu dices ‘Che’, estás hablando de Argentina; si dices ‘vale’, estás hablando de Venezuela. ‘¿Qué hubo, vale?’ Es así y ese es mi mensaje. Tratemos que esto no sea una moda, sino que difundamos lo nuestro. No quiere decir esto que no se difundan los valores de otros países».
Yo lo pondría en 3 categorías: «Primero lo Nuestro. Segundo, Lo Nuestro (a nivel) Latinoamericano. Y después, la Música Universal Popular, porque cuando la gente habla de música universal hablan de música académica. La gente dice, esto es un festival de música joven: Rock, Reguetón, como si no hubiera llaneros jóvenes, o no hubiera Golperos jóvenes en Lara, o como si no hubiera tocadores jóvenes de música oriental… ¿te das cuenta hasta dónde hemos llevado la alienación, que nosotros mismos caemos en ese error?»
Ese es mi mensaje pues; difundir lo Nuestro en la Familia, en la Escuela, desde Primaria hasta la Universidad y en los medios de comunicación.
¿La música venezolana no gusta?
«Mira, si fuera verdad que la música venezolana no gusta porque no es moderna, ¿por qué Serenata Guayanesa se ha mantenido durante más de 43 años?», se preguntó Salazar. «Comenzó en 1971 como agrupación, no se han disuelto y viven de eso. Cada uno dejó su profesión, porque cada vez que van a un concierto lo llenan y entonces, hay algo que te dice que allí está una esencia».
«Ahora, esto sería mucho mayor si hubiera una difusión, un plan nacional de defensa de lo nuestro, de la identidad. Que lo que surja a partir de las formas musicales nuestras, sean otras formas, ¡bienvenidas sean! Porque la cultura popular es dinámica. Te pongo un ejemplo, ¿te podrás imaginar que de la Polca europea, que se difundió desde Estados Unidos hasta Argentina, nació la música campesina Country norteamericana? La música Country es Polca». Salazar también pone como ejemplo al Foxtrot o «paso del zorro», baile que «fue la sensación en los años 1920 y 1930», así como a la Guarania y la Galopa, bailes típicos de Paraguay: en su opinión, todos provienen de la Polca. También cita al bossa nova: «es una influencia de la Polca donde los poetas y músicos en el movimiento To be or not to be se unieron y crearon esa música gustosa y melodiosa… pero la base es música binaria de la Polca. Eso es válido», señaló.
«Aquí en Venezuela, la Polca queda en Yaracuy, en Lara y no dio origen a una nueva música. Eso te indica que las nuevas creaciones tienen que partir del conocimiento de una música base que tenga esencia nacional».
Patrimonios Culturales de Venezuela
Alba Ciudad, la emisora adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura del Gobierno Bolivariano, concluye así el primero de los múltiples capítulos de su serie «Patrimonios Culturales de Venezuela» dedicados al joropo venezolano. El segundo episodio, estrenado el 11 de agosto de 2014, estará dedicado al joropo central, con Rafael Salazar, Ismael Querales, Víctor Márquez y Alejandrina Martínez. El lunes 18 de agosto se estrenará el programa dedicado al joropo oriental, con Rafael Salazar, Ismael Querales, Daisy Gutiérrez y Mónico Márquez. El lunes 25 de agosto se estrenará el programa dedicado al joropo guayanés, con la participación del maestro Cheo Hurtado. Para posteriormente estrenarse los programas dedicados al joropo llanero.
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