7 claves para entender el derrumbe de los precios del petróleo

Por: Notas Periodismo Popular / Aporrea | Martes, 21/04/2020

LA PANDEMIA DE CORONAVIRUS PROFUNDIZÓ TENDENCIAS QUE YA SE VENÍAN DANDO EN LA ECONOMÍA MUNDIAL. EL MERCADO DE HIDROCARBUROS NO FUE LA EXCEPCIÓN Y ESTE LUNES SUFRIÓ UN DERRUMBE HISTÓRICO.

20.04.20 – El precio de petróleo estadounidense West Texas Intermediate (WTI) cayó este lunes más de un 300% y, por primera vez, los contratos futuros para el mes de mayo cotizaron por debajo de cero dólares, llegando a -37,63 por barril. ¿Qué significa esto y a qué se debe?

1. La caída de la demanda

La explicación inmediata que dieron distintos medios de comunicación y analistas fue la caída de la demanda, a priori, más obvia: debido a la crisis económica producto de la expansión del virus Covid-19, cayó abruptamente la demanda de petróleo. La mayoría de los países están «parados» y por lo tanto consumen menos combustible.

Esto provocó la caída del precio ya que se sigue produciendo pero no se vende. La situación llegó a tal punto que en EE.UU. los depósitos están por colapsar.

2. ¿Que significa que el precio del barril sea negativo?

Es importante aclarar que la cotización negativa del barril WTI se dio solo en un tipo de contrato, los que son «a futuro» para el mes de mayo. Es decir que su intercambio no se dará hasta el mes próximo. El problema es que los mismos debían cerrarse antes de este martes 21 de abril, lo que provocó que sus propietarios intentaran desprenderse de los mismos masivamente.

Previendo que la demanda siga siendo baja y que ya no haya donde guardarlos, las empresas productoras se verán obligados a pagar a los compradores para que los recolecten y así evitar el cierre de los yacimientos.

La caída del WTI arrastró el precio de la mezcla mexicana de petróleo que alcanzó también el primer valor negativo de su historia cotizando en -2,37 dólares por barril.

Cabe destacar que según las previsiones de la Agencia Internacional de Energía, en abril el exceso mundial de petróleo promediará los 29 millones de barriles por día, y en todo 2020 será de 9,3 millones de barriles diarios.

3. El desacuerdo entre Rusia y Arabia Saudita

A principios de marzo la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), llevó a cabo una reunión ampliada, conocida como OPEP+, para establecer nuevas cuotas de producción con el objetivo de mantener el precio del crudo que venía en retroceso desde hacía meses. Sin embargo, la propuesta de Arabia Saudita -líder virtual de la organización- de reducir aún más la cantidad de barriles diarios fue rechazada por Rusia, que es el segundo productor a nivel mundial y destina la mayor parte al consumo interno.

Esto provocó que se viniera abajo todo el acuerdo y que cada país pudiera hacer lo que quisiera a partir del 1 de abril. Fue entonces que, como represalia, el reino saudí aseguró que aumentaría drásticamente su producción lo que empujó a la baja a varios mercados a nivel internacional.

Es que el Estado arabe cuenta con una ventaja en relación a sus competidores: aunque el precio del barril caiga por debajo de los 20 dólares, su producción sigue siendo rentable debido al fácil acceso al crudo que tiene en su territorio. No obstante, esos montos harían inviable la extracción de hidrocarburos en territorio ruso, estadounidense o, en el caso argentino, en Vaca Muerta.

4. El nuevo acuerdo insuficiente

Sin embargo, para intentar evitar una catástrofe económica, hace poco más de una semana se llevaron a cabo nuevas negociaciones donde se alcanzó un consenso para reducir, a partir del 1 de mayo, la producción total mundial en 9,7 millones de barriles diarios.

No obstante México se rehusó a bajar su cuota en la misma proporción que los demás países. Fue entonces que, sorpresivamente, Donald Trump intercedió para destrabar el conflicto y acordó que EE.UU. bajaría su producción en 250 mil barriles adicionales y su vecino únicamente 100 mil, alcanzando así una cifra cercana a la exigencia de la organización.

La reducción total es del 10%, la más alta de las historia de la OPEP.

5. Un mercado en retroceso

¿Pero por qué la OPEP+ venía reduciendo su producción antes del estallido de la pandemia? Básicamente por la desaceleración que venían sufriendo las economías de China e India, dos de los principales compradores internacionales de hidrocarburos.

Esto, a su vez, impactó en varios países emergentes de Asia, África y América Latina afectando la economía mundial que viene sufriendo un estancamiento.

En se marco, luego de un pico en 2012 y un pequeño repunte en 2017/2018, la tendencia decreciente del precio del petróleo es sostenida y se ha agravado profundamente en 2020.

6. Las refinerías no refinan

Como un efecto en cadena, la caída del precio llevó a que muchas empresas que refinan el crudo decidan también trabajar menos generando un tapón en la salida de barriles de los depósitos y poniéndolos al borde del colapso.

Ernie Barsamian, director de la empresa Tank Tiger encargada de buscar lugares para almacenar el petróleo, explicó a la BBC que «el crudo por sí solo no tiene valor si no puede refinarse. De ahí la importancia de buscar dónde almacenarlo hasta que pueda ser procesado».

Debido al escenario actual se están utilizando barcos petroleros como depósitos, pero su costo de mantenimiento puede llegar a ser el triple que en tierra. Se estima que el volumen de crudo colocado en embarcaciones aumentó un 25% en marzo llegando a 10 millones de barriles, lo que equivale a cerca del 10% del consumo diario mundial en tiempos normales.

Como un intento de sortear esta situación Saudi Aramco, la petrolera estatal de Arabia Saudita, ofreció a refinerías de Asia y Europa la posibilidad de posponer hasta por tres meses el pago de sus envíos de crudo.

7. ¿Por qué no se frenó la producción estadounidense antes?

Frenar la extracción de petróleo supone varios problemas tanto políticos como logísticos y económicos.

Por un lado, para reducir o suspender la producción antes se debe acordar con los países de la OPEP+ que venían, justamente, de una negociación apenas unos días atrás. Pero además el costo de cerrar un yacimiento puede ser muy alto e incluso imposibilitar su puesta en funcionamiento nuevamente.

«Una vez que pierdes la presión original del reservorio que te da esa formación geológica, es extremadamente difícil recuperarla», detalló Jorge Piñón, especialista en temas energéticos de la Universidad de Texas.

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