En medio del asedio internacional, dirigido por Estados Unidos, y de la pandemia de la Covid-19, el periodista y escritor venezolano José Roberto Duque nos ofrece el libro Venezuela Crónica, en el que hace un repaso completo y crítico de la historia de Venezuela desde el año 1917, cuando se descubre que el país está asentado sobre una gigantesca reserva de petróleo.
Desde el lugar donde pasa la cuarentena, Duque accedió amablemente a responder una serie de planteamientos relacionados con este libro publicado recientemente en Argentina por Tinta Limón Ediciones.
— ¿Cuál es el tema central de esta obra?
— Básicamente, el proceso de sometimiento colonial de Estados Unidos sobre Venezuela, que tiene un siglo de funcionamiento, y que los chavistas estamos convocados a romper.
Es una historia comentada de nuestra historia energética, demográfica y política.
— La explotación petrolera comenzó hace más de cien años. ¿No cree usted que el mismo venezolano es responsable de permanecer en estado de dependencia tecnológica, o fue que no le permitieron el acceso al conocimiento de la industria y el negocio, que le llevaría a independizarse?
— Bueno, es que por lo general los ciudadanos comunes tienen muchas cosas de qué ocuparse. Y sí tiene que ver con que el sistema educativo tampoco ayuda en eso de la comprensión del mundo, más bien ha tenido una función adormecedora. Hablo de todos los países, no solo del nuestro. Eso de la formación en asuntos muy especializados como la economía o el petróleo es algo que mueve a los ciudadanos comunes solo cuando las crisis ponen esos temas en la calle, y aquí nos ves ahora, discutiendo torpemente pero también con mucha intensidad sobre petróleo, geopolítica, monedas digitales, tecnología.
— El pueblo venezolano ha sufrido de muchas carencias en estos últimos años (alimentos, gas, electricidad, agua, etc.), pero estoicamente ha resistido sin llegar a un estallido social como ocurrió el año 1989 con el “Caracazo”, ¿a qué se deberá esa actitud?
— Creo que la diferencia fundamental respecto a 1989 es que en aquel momento la opresión era total e invencible, los ciudadanos no teníamos a ningún aliado a la vista: era la gente pobre enfrentada a un bloque sólido y descomunal, un monstruo integrado por el Estado, el sector empresarial, los sindicatos, los partidos, los comerciantes, Estados Unidos. En este momento, hasta el antichavismo sabe que el pueblo pobre tiene un aliado que de vez en cuando le lanza un salvavidas, una bombonita de oxígeno para respirar: un Gobierno que no lo abandona así esté enfrentado a los demás sectores: empresarios, Estados Unidos, partidos, comerciantes. Hoy tenemos a alguien al lado con quien aguantar la pela, en 1989 no había ninguna estructura luchando o resistiendo al lado del pueblo.
— ¿Cree o teme usted que el Gobierno de Estados Unidos invada a Venezuela?
— Hay un sector del fascismo venezolano que está pidiendo eso a gritos, y el Gobierno de Estados Unidos ha anunciado muchas veces que no ha descartado esa posibilidad. Entonces, hay que tomársela en serio.
— ¿Cuál ha sido la causa de la aparición en Venezuela de políticos que pidan la invasión de nuestro país?
— Venezuela fue un país invadido por Estados Unidos desde los años 20 del siglo pasado.
El chavismo es un proceso cuya misión es romper esa relación de sometimiento, de apropiación forzosa de nuestro territorio y nuestros recursos. La reacción lógica de Estados Unidos ha sido tratar de impedir ese proceso. Y uno de sus mecanismos para ponernos freno ha sido captar elementos dentro de Venezuela que le devuelvan lo que consideran su colonia.
— ¿Es posible aún la implantación del Estado Comunal en Venezuela?
— El Estado Comunal es la propuesta más sólida y viable del proyecto chavista rumbo a otro tipo de sociedad, hacia una organización del pueblo distinta de la que impuso aquí el capitalismo. De las experiencias de avance hacia esa realidad la más contundente es la del municipio Bolívar del estado Anzoátegui, Barcelona. La construcción de una ciudad comunal allí está caminando a una velocidad impresionante, se han dado pasos concretos y muy audaces. Hay un alcalde, Luis José Marcano, que se tomó en serio el llamado de Chávez, y un movimiento de comuneros con una formación política y práctica impresionante. Ese debería ser el modelo para todo el país.
— ¿Qué futuro le avizora usted a Venezuela una vez que sea erradicada la enfermedad y podamos volver a una “nueva normalidad”?
— Creo que lo más responsable y honesto que podemos hacer los ciudadanos del mundo, pero especialmente los venezolanos, es pensar en el futuro en términos de colapso.
Acostumbrarnos a la idea de que ya nada va a ser como era, que debemos avanzar hacia otra forma de organización social, hacia una ciudad distinta, hacia otra relación con el planeta. Nuestra forma de obtener y despilfarrar energía tiene que acabarse porque ya no es viable. Por primera vez en la historia Estados Unidos y los revolucionarios genuinos están empujando en una misma dirección: el colapso de la ciudad industrial, la muerte de su funcionamiento.
— Guaidó ha hecho bastante daño a los venezolanos. ¿Por qué actúa con tanta libertad?
— Porque no es tan importante como mucha gente cree. Guaidó no es presidente de ningún país o estructura que exista en la vida real. No toma decisiones, no tiene liderazgo, no convoca ni moviliza a ninguna fracción del pueblo. Pero es el espantapájaros que Estados Unidos puso ahí, el anzuelo, la trampa cazabobos, el trapo rojo que tenemos enfrente a ver si cometemos el error de golpearlo o meterlo preso. Si no fuera Guaidó sería Borges, o Guanipa o cualquiera de los prostitutos a sueldo que tiene el fascismo a las órdenes de Estados Unidos. El enemigo peligroso no es Guaidó sino el amo que lo mandó a hacer morisquetas a ver si alguien le mete una cachetada.
— ¿Por qué se habla tanto de Venezuela?
— Porque los chavistas estamos completando una misión que Bolívar dejó incompleta, convertir a Venezuela en un país soberano.
— ¿Puede ser considerado este libro como necesario para la comprensión del momento actual que vive Venezuela?
— Para la gente que no vive en Venezuela o no conoce su historia sí pudiera funcionar como guía y GPS, ahí están las líneas gruesas de nuestra historia reciente. Para los venezolanos pudiera servir como papel de trabajo, como propuesta para la reflexión y discusión de lo que hemos hecho y cómo lo hemos hecho.
____________
Biografía Mínima
José Roberto Duque, escritor, periodista y cronista venezolano, nació en Carora, un pueblo ubicado en el centro-occidente venezolano, en el estado Lara. Su obra bibliográfica incluye Salsa y control (1996), Guerra nuestra: crónicas del desamparo (1996-1999), No escuches su canción de trueno (2000), Del 11 al 13: testimonios y grandes historias mínimas de abril de 2002 (2007) y Guerra nuestra: crónicas criminales: 1997-1999 (2012), entre otros. Este año, la editorial argentina Tinta Limón publicará Venezuela Crónica.
Su escritura muestra sencillez pero aspira a la totalidad, proponiendo una discusión crítica hacia adentro del bloque revolucionario como forma de construcción colectiva.