La guerra de cuarta generación impulsada desde Estados Unidos en alianza con políticos y empresarios de derecha que buscan desmontar los logros de los gobiernos y movimientos progresistas y de izquierda en esta región del mundo, obliga a América Latina y el Caribe a reevaluar antiguas estrategias imperialistas que no han perdido vigencia
Autor: Yisell Rodríguez Milán | yisell@granma.cu
Antes que los portaaviones y los misiles, llegan los símbolos, los que venderemos como universales, glamurosos, modernos, heraldos de la eterna juventud y la felicidad ilimitada, escribió Dulles. Foto Tomada en caracas durante las Guarimbas
La guerra de cuarta generación impulsada desde Estados Unidos en alianza con políticos y empresarios de derecha que buscan desmontar los logros de los gobiernos y movimientos progresistas y de izquierda en esta región del mundo, obliga a América Latina y el Caribe a reevaluar antiguas estrategias imperialistas que no han perdido vigencia.
Tal es el caso de la planteada en El Arte de la Inteligencia, libro editado por Allen W. Dulles, exdirector de la CIA y uno de los autores de la estrategia yanqui contra la Unión Soviética.
LA ESTRATEGIA SEGÚN DULLES
–Estados Unidos posee el 50 % de la riqueza del mundo, pero solo el 6 % de su población… La auténtica tarea consiste en mantener esta posición de disparidad sin detrimento de nuestra seguridad nacional. Para lograrlo, tendremos que desprendernos de sentimentalismos y tonterías. Hemos de dejarnos de objetivos vagos y poco realistas…
–Pronto llegará el día en que tendremos que funcionar con conceptos directos de poder. Cuantas menos bobadas idealistas dificulten nuestra tarea, mejor nos irá…
–Sembrando el caos (…), sin que sea percibido, sustituiremos sus valores por otros falsos y les obligaremos a creer en ellos. Encontraremos a nuestros aliados y correligionarios en la propia Rusia.
–Apoyaremos y encumbraremos por todos los medios a los denominados artistas, que comenzarán a sembrar e inculcar en la conciencia humana el culto del sexo, de la violencia, el sadismo, la traición. En una palabra: cualquier tipo de inmoralidad.
–En la dirección del Estado, crearemos el caos y la confusión. De una manera imperceptible, pero activa y constante, propiciaremos el despotismo de los funcionarios, el soborno, la corrupción, la falta de principios.
–La honradez y la honestidad serán ridiculizadas como innecesarias y convertidas en un vestigio del pasado.
–Gracias a su diversificado sistema propagandístico, Estados Unidos debe imponerle su visión, estilo de vida e intereses particulares al resto del mundo…
–Solo unos pocos acertarán a sospechar e incluso a comprender lo que realmente sucede. Pero a esa gente la situaremos en una posición de indefensión, ridiculizándolos, encontrando la manera de calumniarles, desacreditarles y señalarles como desechos de la sociedad.
–Nuestra principal apuesta será la juventud. La corromperemos, desmoralizaremos y pervertiremos.
–El objetivo final de la estrategia a escala planetaria, es derrotar en el terreno de la idea las alternativas a nuestro dominio, mediante el deslumbramiento y la persuasión, la manipulación del inconsciente, la usurpación del imaginario colectivo y la recolonización de las utopías redentoras y libertarias, para lograr un producto paradójico e inquietante: que las víctimas lleguen a comprender y compartir la lógica de sus verdugo